El albañil Modesto Manzano Sánchez, de 53 años, falleció en una trabajo para Lidl en Laudio, en un accidente no traumático. Osalan cree que se debió a un infarto. LAB ha convocado una concentración para mañana miércoles a las 11,30 frente a las instalaciones de Lidl.

El albañil Modesto Manzano Sánchez, de 53 años, falleció en una trabajo para Lidl en Laudio, en un accidente no traumático. Osalan cree que se debió a un infarto. LAB ha convocado una concentración para mañana miércoles a las 11,30 frente a las instalaciones de Lidl.

Modesto Manzano Sánchez, de 53 años, falleció ayer en un accidente laboral no traumático sobre las 9:00 en las obras del aparcamiento del centro logístico que Lidl tiene en el polígono industrial de Arza, en Laudio. En el momento de su muerte estaba colocando unos tubos de canalización eléctrica. Según el informe de Osalan, la causa del accidente mortal fue un « posible infarto de miocardio », ya que « desde la mañana se encontraba mal y, cuando iba a ir a un bar a tomarse una aspirina, se ha desplomado al suelo ».

Manzano Sánchez trabajaba para la empresa Pikons Proyectos Inmobiliarios y Construcciones SL, de Barakaldo, subcontratada por Lidl. A sus 53 años tenía contrato indefinido desde el 26 de julio de 2004, « anteriormente tenía contratos temporales », indica el preinforme de Osalan.

Con éste suman ya, al menos, 89 trabajadores fallecidos en Euskal Herria. Este reguero de muerte en el trabajo manifiesta la inseguridad que está instalada en los centros de trabajo.

LAB ha convocado en solitario una concentración mañana miércoles a las 11.30 frente a las instalaciones de Lidl. También se manifestarán ese mismo día en la Plaza Fueros de Altsasu para denunciar el accidente grave que sufrió un trabajador la semana pasada en esa localidad.

LAB denunció ayer la nueva muerte en el trabajo y destacó la alta siniestralidad laboral que soportan los trabajadores sin que « parezca ni alarmar ni importar a nadie. Es un problema estructural que, año tras año, se repite, unos más que otros ».

El sindicato asegura que « dependiendo del factor suerte varían mínimamente los datos, porque no se dan las condiciones que hagan cambiar esta cruda realidad. Tenemos que recordar -añadió- que no estamos hablando únicamente de cifras, porque detrás de cada número hay un homicidio de una persona trabajadora en o por su puesto de trabajo y hay un drama individual, familiar y social ». En este proceso, LAB considera que los empresarios « no ponen las medidas de seguridad adecuadas para garantizar nuestra vida » y culpa a la Administración « de mirar hacia otro lado ».
En Iruñea, por otro lado, ayer se concentraron ELA, LAB, ESK, CGT y STEE-EILAS para denunciar la muerte del trabajador Paul Enrique Parra, inmigrante, muerto la semana pasada aplastado por un muro cuando trabajaba en una zanja en el saneamiento de Ultzama. Asimismo, 50 personas tomaron parte en otra concentración convocada por la izquierda abertzale ante la sede de UPN en Iruñea para denunciar la muerte de Parra.
Doce años después de la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, las empresas siguen sin adecuarse a la normativa legal que las señala como responsables por no contar con las medidas adecuadas para evitar que los trabajadores sufran daños o enfermedades profesionales.
Los ritmos de trabajo, la precariedad y la falta de formación son carencias que se detectan en los siniestros.


Fuente: Juanjo BASTERRA | Gara