La familia del técnico fallecido en el Palacio de Congresos puede pedir ahora una indemnización.Trabajo resuelve que hubo una "falta de coordinación preventiva" entre todas las empresas.
Han pasado más de siete meses desde el fatídico día en el que el leonés Héctor Álvarez, técnico de sonido de la empresa Fáctika Soglo XXI, perdió la vida mientras trabajaba en el Palacio de Congresos durante la Expo. Aquel mismo día se inició una investigación por parte de la Inspección Provincial de Trabajo que ahora se ha resuelto determinando que hubo una "falta de coordinación preventiva" entre Expoagua, las empresas que ejecutaron la construcción del edificio (la UTE formada por Sacyr, Idecon y Brues y Fernández) y el montaje del equipamiento escénico y audiovisual (UTE formada por Telefónica Servicios Audiovisuales, Elecnor y Floría Diseño), además de la empresa para la que trabajaba el fallecido. Por esta razón, Trabajo extiende unas actas de infracción que pueden desembocar en una importante multa para la organización del evento y las citadas firmas.
La familia del técnico fallecido en el Palacio de Congresos puede pedir ahora una indemnización.Trabajo resuelve que hubo una «falta de coordinación preventiva» entre todas las empresas.

Han pasado más de siete meses desde el fatídico día en el que el leonés Héctor Álvarez, técnico de sonido de la empresa Fáctika Soglo XXI, perdió la vida mientras trabajaba en el Palacio de Congresos durante la Expo. Aquel mismo día se inició una investigación por parte de la Inspección Provincial de Trabajo que ahora se ha resuelto determinando que hubo una «falta de coordinación preventiva» entre Expoagua, las empresas que ejecutaron la construcción del edificio (la UTE formada por Sacyr, Idecon y Brues y Fernández) y el montaje del equipamiento escénico y audiovisual (UTE formada por Telefónica Servicios Audiovisuales, Elecnor y Floría Diseño), además de la empresa para la que trabajaba el fallecido. Por esta razón, Trabajo extiende unas actas de infracción que pueden desembocar en una importante multa para la organización del evento y las citadas firmas.

El desenlace de esta investigación podría llevar a los familiares de Héctor Grande a presentar una demanda contra Expoagua y las empresas implicadas. Son los únicos que, en realidad, pueden denunciar la negligencia constatada por la Inspección de Trabajo, «aunque la dirección general también podría actuar de oficio, con una sanción económica o informando a los familiares del técnico fallecido sobre su derecho a pedir responsabilidades solicitando una indemnización». Así lo aseguró a este diario la secretaria general de CGT de Aragón, Irene de la Cuerda,quien indicó que «estamos intentado comunicarle a los allegados las conclusiones de esta investigación». El sindicato presentó una denuncia cuando se produjeron los hechos.

Por las oficinas de Inspección de Trabajo han pasado, en todo este tiempo, responsables de todas las empresas contratadas por Expoagua, incluida Fáctika, testigos del accidente, y de la organización como el jefe del Área de Recursos Humanos, José Luis Martínez Laseca, y del Servicio de Prevención, Jesús Villar.

CONCLUSIONES Con sus testimonios, Trabajo ha constatado que el sistema que se preveía instalar para la iluminación del escenario fue sustituido por otro diferente que obligaba a retrasar la plataforma central donde iba a colocarse, de forma que el hueco que se generaba se cubrió con tableros de obra. No se ha podido determinar quién y cuándo se colocaron, pero sí que fue «con anterioridad al inicio de la Expo y posterior al retraso de la plataforma».

No obstante, como todas las empresas señaladas por la inspección eran conocedoras de la presencia de estos tableros —»que no cubrían todo el paso»—, y que se mantuvieron una vez iniciada la Expo «cuando todas las mercantiles mantenían en el Palacio de Congresos un grupo de trabajadores dedicado al mantenimiento», todas son responsables porque «ninguna de las empresas ni Expoagua constató la situación de riesgo al no evaluar el espacio tras la modificación de la plataforma».

Como consecuencia de ello, concluye que «ni el fallecido ni los empleados de las empresas implicadas tenían conocimiento de la situación de riesgo, salvo por las informaciones informales de los trabajadores, en muchas ocasiones cuando estaban atravesando el paso». También desconocían «la obligación de usar arneses», una medida preventiva que pudo evitar el fatal desenlace.


Fuente: EL PERIÓDICO