Publicado en Noticia Confederal, CGT-PV.
El viernes 28 de julio saltó la chispa en el Aeropuerto de “El Prat” de Barcelona : alrededor de 900 trabajadores de tierra de Iberia se reunían en asamblea para tratar sobre la pérdida, por parte de esta compañía aérea española, de la licencia de “handling” (la carga y descarga de aviones) en favor de otras subcontratas se iban a hacer cargo de ese trabajo. En asamblea convocada por UGT y CCOO, los trabajadores criticaron duramente el comportamiento de estos sindicatos oficiales y los calificaron de “traidores y vendidos”, con lo que los trabajadores acordaron ir a la sede de AENA para pedir explicaciones. Como en la sede de AENA no encontraron interlocutor o representante de la empresa dispuesto a dar explicaciones, finalmente los trabajadores de tierra de Iberia decidieron colectivamente tomar las pistas del aeropuerto de “El Prat” de Barcelona en protesta por la pérdida de los aproximadamente 2.500 puestos de trabajo que significaba la tercerización o servicio mediante subcontratas de las tareas de “handling”.
Publicado en Noticia Confederal, CGT-PV.

El viernes 28 de julio saltó la chispa en el Aeropuerto de “El Prat” de Barcelona : alrededor de 900 trabajadores de tierra de Iberia se reunían en asamblea para tratar sobre la pérdida, por parte de esta compañía aérea española, de la licencia de “handling” (la carga y descarga de aviones) en favor de otras subcontratas se iban a hacer cargo de ese trabajo. En asamblea convocada por UGT y CCOO, los trabajadores criticaron duramente el comportamiento de estos sindicatos oficiales y los calificaron de “traidores y vendidos”, con lo que los trabajadores acordaron ir a la sede de AENA para pedir explicaciones. Como en la sede de AENA no encontraron interlocutor o representante de la empresa dispuesto a dar explicaciones, finalmente los trabajadores de tierra de Iberia decidieron colectivamente tomar las pistas del aeropuerto de “El Prat” de Barcelona en protesta por la pérdida de los aproximadamente 2.500 puestos de trabajo que significaba la tercerización o servicio mediante subcontratas de las tareas de “handling”.

Los trabajadores permanecieron en las pistas desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. A esa hora fueron detenidos por la Guardia Civil 6 trabajadores que no habían provocado ningún incidente, pues la protesta, a pesar de los ánimos, era pacifica. Al día siguiente el aeropuerto fue tomado por la policía, hecho que fue denunciado por los trabajadores como una situación represiva y de intromisión por parte del Estado, en un conflicto entre empresa y trabajadores.

La huelga tuvo un resultado inmediato : desde las primeras horas acudían medios de comunicación de todo el país, incluso internacionales ; el aeropuerto permanecía parado totalmente, no había casi nadie en ventanillas, nadie llevaba las maletas ni tampoco ningún trabajador colocaba las escaleras de salida de pasajeros en los aviones… todos protestan en las pistas ; la empresa les ha puesto entre la espada y la pared y, en vez de sucumbir a la desesperación, ellos, trabajadores y trabajadoras, han decidido colectivamente permanecer en huelga, espontánea pero organizada. No ha existido el preaviso de huelga, que normalmente se realiza con antelación por parte del comité de huelga, y han cogido a la empresa por sorpresa, que no ha podido maniobrar de forma efectiva para neutralizar los efectos de la convocatoria. Es por tanto una huelga acordada de forma común y asamblearia, no es una huelga domesticada y los medios de comunicación la califican de salvaje…

CCOO y UGT, ante su incapacidad de controlar a los trabajadores, pedían disculpas por el revuelo y le echaban la culpa a los de siempre, mientras los locutores conducían el debate y las calificaciones hacia donde les interesaba, condenando a diestro y siniestro los miles de viajes vacacionales que se perdían. Los partidos políticos de todos los colores y tendencias, utilizaron la huelga para su habitual juego político ; la oposición del PP y los nacionalistas de CIU criticaron al Gobierno y viceversa ; algunos partidos de izquierdas, como IU-IC, o ERC, se sumaron al espectáculo responsabilizando a los trabajadores de las consecuencias sociales y económicas…

En esta ocasión, como siempre, nadie nombró a los afiliados de CGT, a sus militantes y delegados en el Aeropuerto de “El Prat” que propiciaron las asambleas y respaldaron las decisiones de los trabajadores de Iberia como propias. Esto no debe ser noticia.

Es curioso, pero sorprende comprobar, siempre, cómo, cuando se van a eliminar 2.500 puestos de trabajo, son los trabajadores los responsables… cómo son criminalizados por ejercer su derecho a la protesta, en este caso a la huelga legítima.

Como trabajadores anarcosindicalistas, como Organización, estos hechos deben ponernos sobre alerta por varios motivos :

En primer lugar porque constituyen un intento de criminalización y represión del derecho de huelga -sobre todo si ésta es espontánea y nacida de una asamblea-, por parte de medios comunicación que actúan de voceros de los que manejan, de los sindicatos oficiales, que quieren protagonizar cada huelga, por pocas que se hagan, y de los partidos políticos tanto de derechas como de izquierdas, para los que resulta incómodo dar explicaciones convincentes a sus respectivas clientelas y temen meter la pata tras cada declaración, olvidándose siempre del carácter constitucional del derecho de huelga. Y en segundo lugar, por los intentos, por parte de la patronal, en cómplice colaboración con los sindicatos CCOO y UGT, de ir recortando de forma legal, a través de la regulación del derecho de huelga, para imposibilitar que “otros” puedan ni siquiera tener acceso a este derecho constitucional, en un intento de acabar de domar a la clase obrera que vive tras las fronteras de este Estado. Esto significaría no reconocerla como derecho -tácitamente- sino más bien establecer los controles y limitaciones necesarios, mediante reuniones paritarias protagonizadas únicamente por ellos, anulando su eficacia inicial. De esta manera, las piezas, el tablero y las leyes del juego son dictadas en beneficio del capital -y de los intereses de los aparatos sindicales de CCOO y UGT, convertidos en empresas que pagan multitud de salarios-, y solo en pocas ocasiones, jugándose el puesto de trabajo, y quizás exponiéndose a la cárcel o a algo peor, como es el caso de la huelga de “El Prat” de Barcelona, siendo los trabajadores los que rompan la baraja y fijen los pasos que autónomamente acuerden de forma colectiva.

Reflexionemos. Desde la regulación del derecho de huelga, tras los primeros años de la transición, el número de huelgas se ha ido reduciendo de manera drástica tanto en cantidad como efectividad. Y ya no hablamos de las últimas huelgas generales de este país, convocadas por los sindicatos mayoritarios y traicionadas y vendidas con antelación por ellos mismos. La huelga no es sólo un derecho : es la manera más eficaz de defensa de los trabajadores -“Si no atiendes a mis demandas, trabaja tú”-, y es y debe seguir siendo el elemento de presión por excelencia para arrancar derechos y conquistas a los explotadores, porque, aunque vivamos en una sociedad aparentemente modernizada, este sistema económico sigue dividido entre explotadores y explotados.

Ser testigo de la huelga de los trabajadores de Iberia es ser testigo de una huelga de verdad ; es decir, efectiva y con el compromiso y el respaldo de los trabajadores… y eso es algo que a los poderosos les preocupa seriamente e incluso les da miedo.

La CGT se ha solidarizado activamente con esta huelga, respaldando y apoyando a los trabajadores, y lo va a seguir haciendo promoviendo huelgas efectivas y combativas, aquí y ahora. Por que se trata de nuestra dignidad y de nuestro futuro y eso no es poco.

Secretaria de Comunicación del sindicato de Transportes, Comunicaciones y Mar de Valencia.


Par : cgt-stcm



Fuente: cgt-stcm