Exitosa jornada de resistencia contra Uribe en toda Colombia
El pasado miércoles 12 de octubre, de acuerdo a cifras oficiales, más de medio millón de personas atendieron a la convocatoria de las centrales obreras y de la Gran Coalición Democrática -principal agrupación de las distintas organizaciones políticas opositoras al gobierno de Uribe-, reuniendo enormes movilizaciones en las ciudades capitales de todos los departamentos del país y en numerosas carreteras de regiones como Caldas, Magdalena y Cauca.
Exitosa jornada de resistencia contra Uribe en toda Colombia

El pasado miércoles 12 de octubre, de acuerdo a cifras oficiales, más de medio millón de personas atendieron a la convocatoria de las centrales obreras y de la Gran Coalición Democrática -principal agrupación de las distintas organizaciones políticas opositoras al gobierno de Uribe-, reuniendo enormes movilizaciones en las ciudades capitales de todos los departamentos del país y en numerosas carreteras de regiones como Caldas, Magdalena y Cauca.

El Paro Cívico Nacional se realizó de forma exitosa a lo largo del territorio nacional, congregando a numerosas organizaciones de trabajadores, campesinos, estudiantes, indígenas, maestros, desplazados, artistas, pobladores de los barrios, desempleados y víctimas del terror de Estado que confluyeron a elevar la protesta contra el Tratado de Libre Comercio, la posibilidad de que el régimen fascista de Uribe Vélez se perpetúe en el poder a través de la reelección, las privatizaciones de las empresas públicas, la legalización del paramilitarismo y la creciente represión a la que se está siendo sometido al pueblo colombiano, que ha cobrado ya numerosas vidas arrebatadas por los cuerpos policiales y sus aliados ilegales.

Reprimidos, pero no silenciados :

Sin embargo, la reacción del gobierno hacia la inconformidad de cientos de miles no se ajustó a la fórmula democrática y civilista que el propio Uribe esgrime como defensa de la llamada «política de seguridad democática». Arguyendo una supuesta infiltración de organizaciones guerrilleras en las marchas -tesis apoyada en informes maquillados por la inteligencia militar-, se dieron órdenes presidenciales precisas para tratar de impedir la Gran Minga Indígena del pueblo Embera, que recorría los departamentos de Risaralda y Caldas, se declaró una descarada ley marcial en el departamento de Arauca y se pretendió impedir la concentración de los manifestantes en la Plaza de Bolívar de Bogotá.

Estas medidas, junto a las malintencionadas declaraciones del gobernador del Cauca, José Vicente Chaux, y del ministro del Interior, Sabas Pretelt, sobre la incidencia de la insurgencia armada en las movilizaciones indígenas y sindicales, llevaron a una serie de actos criminales y represivos cometidos por la fuerza pública en los días anteriores al Paro, que tuvieron sus consecuencias más claras en el asesinato del líder indígena Marcos Antonio Soto, ocurrida el 10 de octubre en cercanías de Belén de Umbría (Caldas) a manos del criminal Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), en las numerosas agresiones de las fuerzas estatales contra los indígenas del Cauca y en las detenciones arbitrarias que se dieron como producto de la militarización de numerosos cascos urbanos, a lo largo del país, atribuida al misterioso atentado contra el senador Germán Vargas Lleras -uno de más fanáticos aliados de Uribe- y al hallazgo de un arsenal en el centro de la capital que fue usada por el Gobierno Nacional como justificación para intentar prohibir las movilizaciones.

El verdadero éxito del Paro :

Es más que necesario destacar, entonces, que a pesar de las múltiples agresiones, de las amenazas, de la militarización de las principales ciudades del país, de las medidas laborales contrarias a los derechos a la huelga y a la libre expresión, de las detenciones arbitrarias y de los asesinatos cometidos a la víspera del Paro Cívico Nacional, los resultados del mismo demostraron la creciente oposición que el gobierno de Uribe Vélez está despertando entre la población colombiana, dado que se presenta un movimiento que cada vez se hace más notorio al enfrentar a sus medidas y que empieza a generar importantes dificultades al régimen para mantener una imagen pública favorable, como ocurre con el TLC y la reelección.

Precisamente allí radica el éxito del Paro Cívico Nacional del pasado 12 de octubre : a pesar de los esfuerzos gubernamentales por acallar las protestas -a través del viejo argumento de la «infiltración terrorista» en las mismas- y del intento de algunos medios de comunicación -de propiedad monopolista y proclives a Uribe- por invisibilizar las multitudinarias movilizaciones, la contundencia de las mismas en la opinión pública ha logrado posicionar un importante debate al conjunto de la población colombiana, pues se nos abren dos caminos posibles : el camino del fascismo y la pobreza, de mano de la reelección, de la legalización de la mafia paramilitar, de la firma del TLC y de la aprobación aparente de una política represiva que cada día trae más muertes ; o el camino de la reconstrucción del país, a través de la unidad del pueblo para enfrentar a Uribe y a sus amos.


Par : Periódico El Turbión



Fuente: Periódico El Turbión