El público fue aumentando conforme avanzaba el acto hasta alcanzar cerca de los dos centenares
El acto de CGT celebrado a las 13:00 de este mediodía por la Memoria Histórica de los pueblos y de las personas ha dejado un balance de todo punto satisfactorio, tanto por el ambiente en que ha transcurrido como por los contenidos del mismo. La climatología también ha puesto su parte, haciendo su aparición el sol tras las lluvias de los días anteriores, lo que ha animado a más gente a acercarse a la madrileña Plaza de Santa Ana, donde tenía lugar el acto, que ha cerrado brillantemente con su música el cantautor argentino Rafael Amor.
El público fue aumentando conforme avanzaba el acto hasta alcanzar cerca de los dos centenares


El acto de CGT celebrado a las 13:00 de este mediodía por la Memoria Histórica de los pueblos y de las personas ha dejado un balance de todo punto satisfactorio, tanto por el ambiente en que ha transcurrido como por los contenidos del mismo. La climatología también ha puesto su parte, haciendo su aparición el sol tras las lluvias de los días anteriores, lo que ha animado a más gente a acercarse a la madrileña Plaza de Santa Ana, donde tenía lugar el acto, que ha cerrado brillantemente con su música el cantautor argentino Rafael Amor.

Este acto, que bajo el título de «Memoria. Donde habitan las ausencias» partía de la idea de que no hay verdadera democracia sin justicia, tenía como principales reivindicaciones la anulación de las sentencias franquistas, el fin de la impunidad, el esclarecimiento de responsabilidades por las personas desaparecidas en todo el mundo y la eliminación de todos los símbolos golpistas y fascistas de las vías públicas.

Durante todo el acto, el artista argentino Fernando Traverso estuvo allí pintando sobre telas sus ya famosas «bicicletas rosarinas». Fernando fue testigo, durante la dictadura argentina, de cómo detenían a un muchacho que iba en bici y lo metían en uno de los siniestros Ford Falcon que usaban las fuerzas represivas argentinas para esos menesteres. El coche se fue con los policías y el chico dentro, camino de su desaparición, y la bici quedó allí, en el suelo, abandonada, como un símbolo de la ausencia de su dueño. Fernando decidió pintar tantas bicicletas como desaparecidos, denunciando esta represión. Ya lleva más de 1.800.

La compañera Cristina Plaza se encargó de presentarnos a las distintas personas que intervinieron desde el escenario. Abrió el turno de intervenciones Mariana Tello, de H.I.J.O.S. (Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), organización de hijas e hijos de desaparecidos, presos políticos, fusilados, exiliados, así como jóvenes que sin haber sufrido en su propia familia la represión directa, comprenden que son también hijos de una historia tanto de represión como de luchas. Mariana presentó la lucha de este colectivo por la memoria, la identidad y la justicia, en su creencia de que otro mundo es posible, y debe incluir verdad y justicia, por lo que alzan su voz contra la impunidad. Los genocidas y sus cómplices deben ser juzgados y castigados, se deben anular las leyes de «obediencia debida» y «punto final» y tiene que ser reivindicada la memoria de todos y todas los luchadores y las luchadoras por un mundo mejor.

El siguiente en intervenir fue Víctor Sáez, de FERINE, federación de asociaciones de inmigrantes y refugiados interesadas en jalonar un proceso organizativo y reivindicativo de los inmigrantes y refugiados residentes en el Estado español. Víctor nos expuso la problemática de la inmigración en España, manifestando en este sentido que FERINE lucha por la justicia : nada más que eso, pero tampoco nada menos. Al final de su intervención, incidió en la importancia de educar a los jóvenes en el concepto de la democracia, pero de una democracia participativa y real, y en la necesidad de transformar la sociedad en una sociedad mucho más justa, reivindicando el derecho al refugio político y pidiendo que ninguna persona sea considerada ilegal.

Después de Sáez, intervino Mohamed Milayaoui, de Espacio de la Solidaridad (Marruecos), que nos habló del movimiento de recuperación de la memoria histórica en Marruecos. El país norteafricano ha sufrido una dictadura feroz desde la independencia, con graves violaciones de los derechos humanos como, entre otras, la represión en el Rif (1958-59) o la de la izquierda marxista en los años setenta. También, antes de la independencia, el pueblo marroquí tuvo que sufrir los rigores del colonialismo, incluyendo el uso de armas químicas por las tropas españolas en los años veinte. Mohamed dio un repaso a la historia del movimiento de recuperación de la memoria en Marruecos, destacando la creación del Foro de la Justicia y la Verdad en 1994, que dura hasta la actualidad. A día de hoy, los casos de violaciones de derechos humanos no han sido solucionados, por lo que la lucha sigue.

El siguiente orador era Rafael Cid, de la Comisión de Memoria Histórica de CGT, que comenzó saludando a los compañeros sudamericanos y marroquíes, felicitándoles por conseguir poner de actualidad la memoria histórica en sus países. Rafael destacó la importancia de hablar rodeado de nuestros colores, el rojo y el negro, que hace setenta años también estaban en la calle, en defensa de la libertad. Recordó que el Movimiento Libertario fue el primero que derrotó al fascismo en Europa, cuando la cúpula dirigente del país ya había tirado la toalla. Cid insistió en que la memoria histórica es un imperativo ético : la memoria no prescribe. Por eso queremos reivindicarla : porque estamos orgullosos de aquellos hechos, y sí sabemos quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos. Rafael denunció la continuidad de la dictadura en la pretendida democracia en la que hoy vivimos y a la que acusó de querer enterrar la memoria, calificando el proyecto de ley de memoria de «vergonzoso» y de «ley de punto final». «¿Cómo puede ser que una democracia asimile una legalidad vigente de un sistema criminal como fue la dictadura ?», se preguntó. Rafael Cid recordó como referente a Delgado y Granado, a los que aludió como «nuestros Sacco y Vanzetti». «Hoy, setenta años después de la revolución libertaria -concluyó-, tenemos un compromiso con las personas que la protagonizaron. Porque ellos tenían un mundo nuevo en sus corazones ; un mundo que late hoy todavía».

El último de los oradores fue José Luis Humanes, coordinador de la Comisión de Solidaridad CGT-Chiapas que, antes de ponernos al día de la situación en Méjico, nos recordó que no hay democracia sin justicia, no hay justicia sin libertad y no hay libertad sin lucha, por lo que tenemos que seguir luchando, ya que la democracia que nos quieren vender es mentira : son tiranías manejadas por las multinacionales. El compañero Humanes nos dijo que Méjico es un polvorín, que está en lucha. La Memoria Histórica es importante, pero también lo es el presente. Y tenemos que actuar : tenemos que hacer acción directa ; no valen sólo las palabras. José Luis anunció que mañana hay una huelga general convocada por el EZLN en apoyo al pueblo de Oaxaca, que lleva ya bastante tiempo luchando por su libertad. Humanes nos animó a apoyarles, con apoyo mutuo y no con caridad, pues su lucha es la nuestra. También a los mapuches, en Chile y Argentina, que «les están machacando».

Después de José Luis, volvió a subir Cristina para anunciarnos que Octavio Alberola y Antonio Martín, del Grupo Pro-Revisión del Caso Granado-Delgado, habían enviado un texto con motivo del acto que estábamos celebrando, en los mismos términos que la intervención de Rafael Cid. Cristina recordó que el proceso de recuperación de la memoria histórica no lo han iniciado los políticos, sino los trabajadores y las trabajadoras. La ley de memoria histórica que está en proyecto es insuficiente y tenemos que luchar para que nuestros compañeros y compañeras que lucharon por la libertad sean reconocidos. A renglón seguido, el cantautor argentino Rafael Amor subió al escenario, cerrando el acto con algunas de sus canciones (entre las que destacó «No me llames extranjero») y hechizando al numeroso público allí reunido, que le acompañó con sus palmas y coreando los estribillos. Una deliciosa forma de terminar un acto ya de por sí emotivo.




Fuente: Roberto Blanco. Fotos : José Luis Humanes.