Dos cayucos con 78 inmigrantes llegan a Tenerife en menos de seis horas
Con los ojos entrecerrados y llenos de salitre, tumbado en el suelo, un chico africano de 20 años pregunta en bajito : "¿Estamos en Barcelona ?". Cuando se le contesta que no, que con sus 67 compañeros de travesía (todos varones y al menos seis menores) acaba de llegar a una isla se queda pasmado ; y más al explicarle con la ayuda de sus dos zapatillas viejas a modo de isla y de península que está en las Islas Canarias y que Barcelona está lejos. "Ah, en medio hay más agua", chapurrea en francés y se desmorona antes de decir : "Es que mi primo está en Barcelona…".
Dos cayucos con 78 inmigrantes llegan a Tenerife en menos de seis horas

Con los ojos entrecerrados y llenos de salitre, tumbado en el suelo, un chico africano de 20 años pregunta en bajito : «¿Estamos en Barcelona ?». Cuando se le contesta que no, que con sus 67 compañeros de travesía (todos varones y al menos seis menores) acaba de llegar a una isla se queda pasmado ; y más al explicarle con la ayuda de sus dos zapatillas viejas a modo de isla y de península que está en las Islas Canarias y que Barcelona está lejos. «Ah, en medio hay más agua», chapurrea en francés y se desmorona antes de decir : «Es que mi primo está en Barcelona…».

Él y sus compañeros de travesía, todos subsaharianos y que partieron desde Gambia hace seis días según su relato, llegaron ayer a las cuatro y media de la tarde a la playa de Los Abrigos, al sur de Tenerife.

«Casi han llegado solos a tierra», explicaron fuentes de la Guardia Civil. Cuando los cayucos son interceptados en el mar por Salvamento Marítimo, son escoltados hasta el puerto de Los Cristianos, pero no fue el caso de ayer, donde los 68 subsaharianos casi acarician el sueño de poder empezar su vida en España.

«¿Voy a poder trabajar ?»

Uno de los inmigrantes de este grupo ya vino a España en cayuco una vez, se quedó unos meses, le deportaron, y ayer lo intentó de nuevo. De todo el grupo, al menos dos fueron trasladados al hospital y nueve fueron atendidos en el lugar por la Cruz Roja. Los inmigrantes se apoyaron contra el muelle, se taparon con mantas y se cubrieron con las capuchas de las sudaderas. «¿Hay algún problema, voy a poder trabajar ?», pregunta uno de los recién llegados.

Cuenta que ha venido de Costa de Marfil y mueve los dedos para explicar los días que ha pasado en el barco : «Seis». Sonríe y levanta el pulgar. A su lado, dos inmigrantes que llegaron en cayuco hace unos años y que colaboran con la policía les ayudan y hacen de traductores. La Cruz Roja les ofrece te frío y está pendiente de los menores. La escena es contemplada por los turistas de las terrazas, que sacan las cámaras digitales.

Segunda embarcación

No fue el único cayuco que llegó ayer a Tenerife, en un día tapado por la calima y con fuertes vientos. A las diez de la mañana llegó otro, blanco y azul celeste, con sólo diez inmigrantes, al puerto de Los Cristianos.

«Es rarísimo que lleguen tan pocos», explicó el delegado del Gobierno, que se acercó al lugar. «Muy duro, muy duro», comentaba un turista alemán, cámara en mano, mientras se sacaban los bidones azules de gasolina del cayuco. En media hora, los inmigrantes fueron derivados a comisaría y la pérgola donde estaban sentados exhaustos fue tomada por un grupo de los alemanes en espera de su barco a La Gomera.


Fuente: Publico.es | SUSANA HIDALGO - Los Abrigos (Tenerife)