Aunque el medio ambiente es uno de los ámbitos en los que la UE produce
más legislación, es el que registra más incumplimientos por parte de
todos los países
BRUSELAS. El quinto estudio anual de la Comisión Europea sobre el grado
de cumplimiento de la normativa europea de Medio Ambiente confirmó ayer
que nuestro país sigue en el grupo de cola en cuanto a la protección de
la naturaleza. Concretamente, España es el undécimo país, entre los 15
que tenía la UE en 2003, el año de referencia de este informe elaborado
por los servicios de la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot
Wallström.
Peor que España están Irlanda, Grecia y, sobretodo, Italia y Francia,
los países menos rigurosos. Los más serios se encuentran, sin sorpresas,
en Escandinavia : Dinamarca y Suecia. Los expertos de la CE constataron
el año pasado en nuestro país 25 irregularidades en la incorporación de
estas reglas a la legislación nacional o en su aplicación : en diez
casos, la norma no se traspuso correctamente, en otros siete se hizo con
retraso y en ocho ocasiones la norma se inscribió correctamente pero se
aplicó mal. Estas infracciones de unas normas que no han sido decretadas
de la noche a la mañana por la Comisión Europea, sino que se han dado en
todos los países de la UE tras largas negociaciones, afectan a diversos
problemas. En el caso de España arrancan con la contaminación (vertidos,
emisiones, ruido) y siguen con la calidad del agua y unas evaluaciones
de impacto ambiental de grandes obras a veces demasiado ligeras.
Mala aplicación de la ley
El Medio Ambiente es uno de los ámbitos en los que la UE produce más
legislación pero también es, lamentablemente, uno de los que registra
más incumplimientos, como se constata cada año por estas fechas en este
informe. « La aplicación de la ley medioambiental de la UE es mala »,
lamentó Wallström en un comunicado, y deseó que los Estados miembros
encuentren en este documento « una razón para mejorar sus registros y
aportar a sus ciudadanos el nivel de protección medioambiental que
demandan ». Como ejemplo de esta desidia generalizada, basta señalar que
este mes de agosto se cumplía el plazo para aplicar la directiva sobre
residuos eléctricos y electrónicos y que sólo un país entre 25, Grecia,
la ha incorporado a tiempo y correctamente a su legislación nacional.
En la actualidad, los servicios de Wallström se encuentran desbordados
por una montaña de 509 expedientes de infracciones de la legislación
medioambiental y las quejas, la mayoría de organizaciones ecologistas,
no paran de llegar. Dada esta acumulación de casos, la CE suele hacer la
vista gorda sobre las infracciones menores y los plazos de incorporación
al Derecho nacional, aunque en situaciones graves puede presentar una
denuncia contra el Estado concernido ante el Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas, en Luxemburgo. La situación no parece que vaya a
mejorar en un futuro próximo, porque la ampliación a diez países con
serios problemas ambientales y marcadas carencias administrativas sólo
puede repercutir en un mayor número de expedientes.
Como reflexión y opinión personal diría que estamos esperando sanciones
realmente efectivas de Bruselas por tanto incumplimiento español y que
si no dan para tanta queja que contralen más personal y dediquen más
medios para perseguir a los estados infractores en vez gastarse tantos
millones en el AVE, hacer una presa en Alqueva, subvencionar la mina de
Aguablanca o una PAC antiecológica como la actual, y un largo etc
Par : ABC