No nos interesan los culpables, ni sus oscuras y sangrientas industrias ; nos
interesan los inocentes, porque son como nosotros. Gente sencilla que trabaja y
sobrevive entre inflaciones y crisis, entre amenazas a su libertad y a su legítima
búsqueda del bienestar. Nos interesan los niños y su futuro, construir y sonreír.
No nos interesan los militares, ni su oscura y sangrienta profesión ; nos interesan
los civiles, porque son como nosotros. Porque tienen nuestro rostro.
Quienes buscamos la paz también queremos que las palabras la habiten, porque la paz
es un paisaje constantemente poblado de hechos, de vida. Por eso hablamos de paz y
queremos que se imponga ; no nos conformaremos con el silencio de nuestros
gobernantes, no nos conformaremos con que no se nos escuche. Nuestra paz es algo
activo, como nuestra vida cotidiana. Exigimos a quienes representan a nuestro país
que hagan parar la guerra ; ahora, esta guerra. No nos sirve la excusa de que la
guerra es en otro país, porque si fuera en el nuestro, nos gustaría que desde otros
países se exigiera el fin de nuestra guerra. Todas las guerras son aquí, porque
todas las guerras matan un poco nuestra paz : las del pasado y las lejanas, también.
Todas las guerras son contra nosotr@s, inocentes y civiles. L@s trabajador@s que
amamos la paz. Todas las guerras son la misma guerra.
Si para demostrarles a nuestros políticos que la paz es más fuerte que sus
industrias y oscuras profesiones, tenemos que hacer algo… sólo se me ocurre que
nuestra fuerza está en nuestra lucha cotidiana, en nuestro trabajo. Demostremos que
la paz nos importa más que el resto de las cosas y hagamos un paro general el
próximo 5 de febrero ; que sepan quienes tienen el poder, que antes de que finalice
esta guerra que estamos perdiendo a cada instante, nos detendremos un día y
lloraremos por los inocentes, por nosotr@s mism@s.
Fuente: Ernesto Laguna