La Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2011 muestra cómo a lo largo del año el paro aumentó en 577.000 personas, situándose el número de parados en 5.273.000, cifra récord en España. La tasa de paro es del 22,85%, y sólo un cambio en la metodología de su cálculo que se hizo en 2002 evita que este dato sea también el más elevado de la historia.

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La distribución del desempleo sigue siendo muy desigual en España: las tasas de paro más bajas se dan en País Vasco y Navarro (por debajo del 14%), mientras que las más altas son las de Andalucía y Canarias (por encima del 30%).

La distribución del desempleo sigue siendo muy desigual en España: las tasas de paro más bajas se dan en País Vasco y Navarro (por debajo del 14%), mientras que las más altas son las de Andalucía y Canarias (por encima del 30%).

Resulta especialmente preocupante que el aumento desbocado del paro se produzca en un contexto de estancamiento de la actividad (de hecho, a lo largo de 2011 el número de activos descendió en 23.600), lo que significa que el incremento del desempleo no se debe tanto a nuevas incorporaciones al mercado laboral, sino a que se sigue destruyendo empleo: en 2011 el número de ocupados ha descendido en 600.600 personas.

Los hogares con todos sus miembros activos en paro alcanzan la cifra de 1.575.000, (lo que supone en torno al 9% del total de hogares), tras aumentar durante 2011 en 247.000 los hogares en esta situación. Por su parte, la tasa de desempleo juvenil alcanza el 48,56% (casi la mitad de los menores de 25 años está en paro), la de la población extranjera llega al 34,82% (más de 14 puntos porcentuales más elevada que la de los españoles) y los parados que perdieron su empleo hace más de un año son ya 2.319.200.

En 2011 se ha mantenido la composición del desempleo observada desde 2008, con tasas de paro masculino y femenino muy similares (22,46% y 23,32% respectivamente), y con mayor número de varones en paro (2.840.100) que de mujeres (2.433.600). No obstante, a lo largo del año la tasa de actividad masculina (un 67,3%) ha descendido un 0,42%, mientras que la femenina (un 52,93%) ha aumentado un 0,33%. Estos datos apuntan a que entre los varones, aunque de forma muy ligera, el efecto desánimo empieza a hacerse patente: ante la dificultad de encontrar un empleo, algunos varones estarían dejando de buscarlo. En lo que respecta a las mujeres, el aumento de su tasa de actividad muestra su creciente incorporación al mercado de trabajo (en muchos casos hacia situaciones de desempleo), en buena medida como resultado de la difícil situación de los hogares (mujeres que tradicionalmente no han buscado un trabajo remunerado lo estarían haciendo ante la falta de empleo de otros miembros del hogar).

A lo largo de 2011 la ocupación ha descendido en todos los sectores económicos salvo en la Agricultura (con un ligero aumento del 0,49%). Destaca el fuerte descenso en la ocupación en el sector de la Construcción (un 18,8%).

Aunque la tasa de temporalidad en el empleo se sitúa en el 24,98% (lo que supone una tasa muy similar al 24,8% del cuarto trimestre de 2010), a lo largo del año el descenso en la ocupación ha sido mayor entre los asalariados que cuentan con un contrato indefinido (que han descendido un 3,38%) que entre los que cuentan con un contrato temporal (que han descendido un 1,54%), datos que muestran cómo, una vez que los primeros años de la crisis se cebaron con el empleo temporal, la destrucción de empleo tiende a afectar cada vez más a empleos más protegidos.

Pablo Meseguer – Gabinete de Estudios CGT


Fuente: Pablo Meseguer - Gabinete de Estudios CGT