“De la huelga en Movistar he aprendido que contra el pueblo unido no pueden hacer nada”

Sergio Díaz Soler, de 36 años, pertenece a una generación nacida y educada en “democracia”. Aunque vino al mundo en la ciudad de Valencia, pasó sus primeros 17 años de vida en Talayuelas, un pueblo de la serranía baja de Cuenca. Al volver a la capital, empezó a trabajar en actividades relacionadas con las telecomunicaciones y la informática. Era el inicio de una nueva era tecnológica, un nicho de puestos de trabajo que se alimentó durante casi dos décadas de mano de obra muy especializada pero cada vez más precaria.

Sergio Díaz Soler, de 36 años, pertenece a una generación nacida y educada en “democracia”. Aunque vino al mundo en la ciudad de Valencia, pasó sus primeros 17 años de vida en Talayuelas, un pueblo de la serranía baja de Cuenca. Al volver a la capital, empezó a trabajar en actividades relacionadas con las telecomunicaciones y la informática. Era el inicio de una nueva era tecnológica, un nicho de puestos de trabajo que se alimentó durante casi dos décadas de mano de obra muy especializada pero cada vez más precaria. Sergio acabó subcontratado por Movistar a través de Teleco, una de las cuatro contratos, junto a Itete, Abentel y Elecnor, que operan para Telefónica en la provincia de Valencia. Salía adelante, dedicándole muchas horas, tragado por la vorágine de la competencia potenciada por la multinacional. Hasta que en el mes de febrero de este año, este padre de dos hijos, vio que su sueldo se tambaleaba: Movistar renovó el contrato de los servicios técnicos empeorando significativamente las condiciones. Entonces, Sergio y miles de trabajadores como él dijeron:¡Basta! Empezaba la revolución de las escaleras y nuestro entrevistado se implicó por primera vez en su vida en una huelga, en manifestaciones y en un movimiento de protesta organizado.

¿Cómo se inicia la lucha de autónomos, contratas y subcontratas de Movistar y por qué?

En Valencia ciudad, se inicia a partir del día 7 de abril, el mismo día que comienza la huelga indefinida en el resto del Estado (el día 28 se había iniciado en Madrid). Empezó muy fuerte, el problema que tuvimos es que no teníamos ningún tipo de organización ni respaldo, ni sindical, ni nada por el estilo. Por desconocimiento, por falta de experiencia, estuvimos prácticamente diez días dando vueltas de aquí para allá, sin saber cómo mover la huelga. Nos reuníamos en la puerta del Cementerio de Valencia. Esa falta de coordinación lo que provocó fue que la gente fuera perdiendo fuerza. Entonces, cuando llegamos aquí a CGT, la gente estaba que ya que no podía más. Estaban muy desanimados. Luego hubo un par de recuperaciones, pero comenzaron los piques entre contratas: “Es que éste no para, es que éste sí”. Y no se volvió a coger la cosa como tocaba. Ahora mismo estamos un poco a la expectativa.

¿Cuáles son las razones de la movilización?

Radican principalmente en dos puntos, aunque hay más. Entre las reivindicaciones, en primer lugar está la derogación del contrato bucle que nos pone sobre la mesa Telefónica. Renueva cada tres años y siempre va a la baja. Y, en segundo lugar, la subcontratación.

Respecto al contrato bucle, el tema está en que el último que teníamos no era para tirar cohetes, ni muchísimo menos. Pero nos permitía sobrevivir. Teníamos un pequeño margen que era aceptable. Pero con el nuevo contrato que reduce las ganancias en un 25% aproximadamente, la gente no puede seguir ya trabajando. De hecho, muchos ya han dejado el material y han comunicado a las contratas que no continúan. Ya no por un tema de huelga, sino porque con esas condiciones no se puede seguir adelante.

Respecto al tema de la subcontratación, porque consideramos que todos esos niveles de subcontratación que no tienen ningún sentido, lo que hacen es quitarnos el pan a nosotros. Es así de sencillo.

Aparte de que es algo que no nos afecta sólo a nosotros. La subcontratación se está generalizando. Incluso en una asamblea que tuvimos, escuchamos el caso del conserje de una finca al que habían obligado a hacerse autónomo.

Consideramos que la realidad está tomando un rumbo que ni nos interesa a nosotros, ni a la amplia mayoría de la sociedad. Porque lo que están intentando es quitarnos nuestros derechos como trabajadores obligándonos a convertirnos en autónomos, sin poder tener una representación sindical, ni derecho a vacaciones, etc.

¿Qué dirías a la gente que piensa que los autónomos son empresarios?

Pues, empezaría diciéndoles que yo no soy autónomo. Yo soy falso autónomo y estoy obligado a serlo para poder trabajar, para poder llevar dinero a mi casa, para poder mantener a mi familia. Yo no soy ningún empresario.

¿Crees que en algún momento dado ha habido autónomos que se han creído eso de que son empresarios?

Lo dudo mucho. Realmente quien se ha creído empresario ha intentado crear alguna subcontrata, contratar trabajadores, y bueno, por desgracia ha habido casos de más precarización si cabe por parte de esas personas que han tratado de ganar dinero con trabajadores apretándoles y ahogándoles todavía más. Aquí en Valencia ese caso no se da mucho, pero en Madrid la mayor parte de los afectados por la huelga están todos subcontratados, no trabajan directamente para las contratas.

¿Sois un colectivo especialmente afectado por la crisis/estafa?

Yo no creo que sea una cuestión de crisis, porque los números de Telefónica hablan por sí solos (1.802 milions d’euros entre els mesos de gener i març, un 162% més que en el mateix periode de 2014.). Son rocambolescos: ¿dónde está la crisis? La multinacional gana más del doble que el año pasado e intenta recortar un 25% a la gente que estamos dando la cara por esa empresa, a los que vamos a casa de los clientes, representamos todo lo que es la compañía… Me parece cruel.

¿Cuál es la reflexión colectiva que hacéis en torno a los procesos de privatización? En este caso, el de Telefónica, puesto que toda esta situación deriva de la privatización de una empresa que era pública y, para la cual, la gente trabajaba directamente.

Como colectivo no te puedo decir. Pero a nivel personal, a raíz de la huelga, supongo que todo el que se acuesta pensando en ello llega al mismo punto. Y es que, hace 20 años, éramos como funcionarios, trabajábamos para el Estado. Telefónica era una empresa pública y trabajar para ella estaba muy bien visto, era un trabajo digno, donde se tenía una seguridad. A día de hoy, ¿dónde ha quedado todo eso?

¿Qué has aprendido en todo este proceso de lucha?

He aprendido mucho de esta huelga. En primer lugar que, si la gente está unida, da igual el rival que se tenga delante. Contra el pueblo unido, no pueden luchar, no pueden hacer absolutamente nada.

Por eso, yo intento recalcar siempre a mis compañeros la importancia que tiene la unión de todos. Porque no hay otra manera de combatir a un gigante como Movistar que no sea con todo el mundo unido.

Por otro lado, esta huelga nos ha dado la posibilidad de conocernos entre nosotros, porque en el día a día, éste es un trabajo muy individual en el que apenas se tiene contacto con otros trabajadores y, mucho menos, con los de otras contratas, porque trabajamos en zonas muy diferentes y no nos cruzamos, para nada. Entonces, nos ha dado la posibilidad de conocer a gente estupenda, de apoyarnos, de crear lazos entre nosotros. Como siempre pasa, te llevas chascos con ciertas personas. Pero bueno, en general la valoración es muy positiva.

La gente de Madrid nos ha apoyado muchísimo. Teresa Rodríguez Celador, Secretaria General de la AST, y nos estuvo contando cómo funcionan en Madrid, cómo están organizados… una serie de cosas que nosotros y nosotras no sabíamos. De hecho, ha sido una de las causas de que aquí en Valencia haya habido esa falta de organización.

¿Qué os faltaba por saber?

Nos faltaba saber la manera de autofinanciarse, de quitarle un poco de hierro a esa falta de ingresos que provoca hacer la huelga, creando cajas de resistencia, la manera de gestionarlas, la forma de reunirse en asamblea, el modo de apoyar a la gente, de animarla… Todo eso tipo de cosas que son fundamentales.

¿Cuál es la manera de apoyar a la gente?

Escuchando. Toda aquella persona que secunde la huelga y tenga un problema, debe ser escuchada y hay que intentar darle un apoyo, una solución, aunque en muchos casos no es posible, pero siempre hay que intentarlo a través de denuncias o de lo que haga falta.

¿Cuál era tu visión de los sindicatos? ¿Ha cambiado después de la huelga?

Antes de la huelga, ya tenía más o menos claro lo que eran UGT y CCOO, los sindicatos mayoritarios. Y, sinceramente creo que forman parte de este entramado del sistema y están igual de podridos. Me parece injusto que una organización sindical funcione como están funcionando. Que se estén llevando dinero de los fondos de pensiones de Telefónica, y cosas así. Me parece que es una auténtica barbaridad, una forma de corromper a una organización que se supone que defiende a los trabajadores. Puede sonar un poco radical, pero pienso que esa gente debería estar en la cárcel.

¿Y en el conflicto con Movistar, cuál es el papel que han jugado?

Muy negativo. Tanto por parte de CCOO como de UGT. En Valencia, UGT, cuando comenzó la huelga, lo único que hizo por nosotros fue desconvocar la huelga a través de un bulo de whatsapp. No la desconvocó realmente, pero a través de sus delegados y de su organización hizo correr el bulo. Con lo cual hizo muchísimo daño.

Respecto a CCOO, en la primera asamblea realmente importante de trabajadores, seríamos unas 120 personas, acudió un delegado suyo de Valencia. Y estando en el párquing del cementerio empezó escuchando qué es es lo que ocurría, nos preguntó si éramos autónomos o contratados, y cuando vio que éramos todos autónomos, lo único que se le ocurrió decir al hombre era que él no nos podía representar. Me parecen evidentes las intenciones que tiene este tipo de sindicato: si no puedo rascar nada de ti, olvídate de que yo te defienda. Ni por tus derechos, ni por tus intereses ni por nada. Me parece interesado y falto de principios.

¿Y el resto de sindicatos?

Ahí la cosa ocurre de diferente manera. Antes de la huelga, yo nunca me había acercado a CGT, ni había participado en una huelga, ni en una manifestación, ni nada por el estilo. Era ajeno a que existieran sindicatos con pureza, sindicatos donde está claro qué es lo importante y qué es secundario. Y la verdad, es que me llevo muy buen sabor de boca de lo que es CGT. Nos habéis abierto las puertas desde el primer día que vinimos aquí, y sí que es cierto que antes de la huelga yo tenía a los sindicatos generalizados. Para mí eran todo lo mismo, y me he dado cuenta de que no es así.

¿Ves al sindicato pues como una herramienta válida?

Sí. De hecho, creo que es una herramienta fundamental. Pero siempre y cuando un sindicato sea un sindicato y no una empresa.

¿Cuáles crees que son los principales problemas a los que nos enfrentamos ante unas multinacionales crecidas al amparo de la crisis/estafa?

La globalización, el tratado del TTIP, que me parece una aberración…. De ciencia ficción. Siempre me acuerdo de George Orwell y 1984. En su día, cuando se publicó el libro, cualquiera que lo leyera debía pensar que era completamente ficticio e irreal. Pero hoy, estamos ahí. Nos encaminamos de cabeza a ser esclavos de las empresas. El día menos pensado hay elecciones y los candidatos son el BBVA, Iberdrola, Telefónica. Es así ya pero maquillado. Y puede que llegue un día en que se olvidarán del maquillaje.

Creo que la sociedad tiene que reflexionar al respecto y tomar conciencia. No sé muy bien de qué manera se podría lograr ofrecerle a la sociedad en su conjunto una visión objetiva de lo que realmente está pasando. Porque mucha gente no es consciente de lo que está sucediendo. Es importante buscar la forma entre todos de parar esto.

¿Esta situación que estáis viviendo te ha vuelto anticapitalista o tú ya lo eras?

Yo ya era anticapitalista, desde que nací (risas). No sé por qué. Siempre le he tenido bastante tirria al dinero. Aunque considero que es necesario en la sociedad en la que vivimos. Siempre he pensado que corrompe el alma y los principios. Puede que tenga una vocación interna a nivel reivindicativo y de defensa de los derechos. Siempre he tenido mucho sentido de la justicia. Pero por una cuestión de vivencias durante la infancia, experiencias que toca vivir y generan un sentido de la justicia.

¿Piensas que todo ese sentido de la justicia que comparte mucha gente ha de encauzarse en una organización para que pueda convertirse en una lucha colectiva?

Sí. De hecho yo insisto mucho a mis compañeros en que esta lucha no nos incumbe sólo a nosotros. Sobre todo hablando del tema de la subcontratación, esto es una lucha que afecta a todo el mundo y nosotros somos la avanzadilla, la prueba piloto. Y si perdemos esta guerra, lo va a pagar mucha gente. Es importante que no perdamos fuelle y sigamos luchando para que creemos un precedente sobre todo esto, que es lamentable, para que los que vengan detrás tengan una buena base de apoyo. No dejemos que las grandes empresas hagan de nosotros lo que quieran.

¿Quieres añadir algo más?

Dar las gracias a toda la CGT por el apoyo que nos habéis brindado.

Libertad Montesinos

Equip Comunicació CGT-PV

Entrevista publicada en Notícia Confederal – junio 2015

http://www.cgtpv.org/Descarrega-Noticia-Confederal-Juny-6148.html

 


Fuente: Libertad Montesinos - Equip Comunicació CGT-PV