Ricardo Flores Magón es uno de los cuatro municipios que desde agosto de 2003 agrupa la Junta de Buen Gobierno El camino del futuro, en lengua tzeltal Te s’belal lixambael. Los otros tres municipios de esta región son Francisco Gómez, San Manuel y Francisco Villa, todos pertenecientes al Caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, que se ubica en La Garrucha.

Ricardo Flores Magón es uno de los cuatro municipios que desde agosto de 2003 agrupa la Junta de Buen Gobierno El camino del futuro, en lengua tzeltal Te s’belal lixambael. Los otros tres municipios de esta región son Francisco Gómez, San Manuel y Francisco Villa, todos pertenecientes al Caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, que se ubica en La Garrucha.

Ojarasca 87 julio de 2004

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El municipio autónomo Ricardo Flores Magón

Gloria Muñoz Ramírez

A casi un año de la conformación de las Juntas de Buen Gobierno zapatistas, los municipios autónomos en rebeldía crecen y se fortalecen. No pocas son las dificultades que sortean : falta de recursos, militarización y paramilitarización, campañas de contrainsurgencia, acoso de delincuentes y del narcotráfico y una serie de contingencias que hacen que sus logros en educación, salud, comercio y justicia, entre otros, cobren otra dimensión.

El municipio rebelde Ricardo Flores Magón, ubicado en la selva Lacandona tzeltal, cerca de la biosfera de Montes Azules, es uno de los 29 municipios que conforman el territorio controlado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Aquí, decenas de comunidades y miles de hombres y mujeres zapatistas trabajan desde 1998 en la construcción de su municipio.

Este proceso, explican los zapatistas, no es nuevo en las comunidades : «A nosotros como indígenas nunca nos han beneficiado las instancias del mal gobierno, nunca nos han tomado en cuenta, y es por eso que nosotros mismos, desde antes de que tuviéramos autoridades autónomas, somos autónomos. Nuestra autonomía viene de nuestra historia, de nuestras propias costumbres, autoridades, sistemas de justicia, de nuestros cultivos. Las leyes del gobierno nos han servido sólo para que nos metieran a la cárcel, pero nosotros siempre hemos tenido nuestras formas de justicia», señala Julio, del Consejo Autónomo de Ricardo Flores Magón.

«La autonomía» —añade— «es como caminar solo. De por sí sabemos caminar, aunque podemos tener errores, pero son de nosotros esos errores y no de otros que nos los imponen. Esta autonomía en los pueblos zapatistas se hace dentro de la resistencia».

Y construir la autonomía dentro de la resistencia significa, entre otras cosas, que los pueblos en rebeldía no acepten un solo peso del gobierno para ninguno de sus proyectos. Todo se hace, como lo han explicado ellos mismos infinidad de ocasiones, con trabajo y recursos propios y con el apoyo de colectivos y organizaciones solidarias. Señalan las autoridades de Flores Magón : «la resistencia hace que crezcan más nuestros trabajos, que nos esforzamos en sacar adelante todo sin permiso ni limosnas del gobierno».

Ricardo Flores Magón es uno de los cuatro municipios que desde agosto de 2003 agrupa la Junta de Buen Gobierno El camino del futuro, en lengua tzeltal Te s’belal lixambael. Los otros tres municipios de esta región son Francisco Gómez, San Manuel y Francisco Villa, todos pertenecientes al Caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, que se ubica en La Garrucha.

Habitado básicamente por zapatistas tzeltales (aunque también hay presencia de tzotziles, choles y lacandones), Flores Magón es uno de los municipios más grandes en extensión del territorio rebelde. Abarca parte de la entrada a la región de Montes Azules, por lo que existen comunidades de esta demarcación bajo la amenaza de ser desalojadas por «cuestiones ecológicas», aunque el motivo real de esta pretensión nace de los intereses multinacionales que rodean un territorio rico en recursos naturales.

El trabajo propio en este municipio, como en el resto del territorio zapatista, se lleva a cabo contra viento y marea. Cuarteles militares en Ocotal, Taniperlas y San Jerónimo Tulijá, un retén en Cintalapa, campamentos en el crucero Monte Líbano y en el ejido Calvario, un puesto de seguridad pública en Peña Limonar, ocasionan constantes denuncias de hostigamientos y provocaciones en alguna de las aproximadamente 100 comunidades que lo conforman. Están también, por supuesto, los grupos paramilitares, identificados en esta región con la opdic, perteneciente al Partido Revolucionario Institucional.

No todo son amenazas y denuncias. Lo más sobresaliente es el trabajo que día con día protagonizan los miles de hombres y mujeres de Ricardo Flores Magón. Los avances que han tenido en materia de salud se iniciaron desde 1997, antes de la fundación del municipio, con recursos de los pueblos, sin ningún apoyo económico exterior. «Este problema de la salud era primordial en toda la región y por eso las comunidades cooperaron primero», afirman. Hoy, con el apoyo de diversas organizaciones, continúan con la construcción de un sistema de salud autónoma y ya preparan a 80 promotores y promotoras de salud, de los pueblos, para que atiendan a sus comunidades en primeros auxilios y en enfermedades primarias.

Se trabaja también fortaleciendo la red de salud comunitaria, que además de capacitar promotores, implica el fortalecimiento de las casas de salud y la creación de una red de abasto de medicamento, con el fin de que en cada pueblo tenga por lo menos un botiquín con medicinas básicas. Actualmente existen 46 casas de salud comunitarias y 65 promotores asistiendo en sus pueblos. Todo un logro si se toma en cuenta que los niños en esta región morían de enfermedades curables por falta de un simple medicamento.

Cuando en los pueblos zapatistas hablan de salud autónoma se refieren también al rescate de sus usos y costumbres. En Flores Magón, por ejemplo, se fortalece el trabajo de 25 parteras empíricas, que perfeccionan su trabajo sin abandonar su saber tradicional.

La educación es otra de las piezas fundamentales. Hace tres años iniciaron en el municipio la reflexión de cómo querían construir su sistema educativo y juntos llegaron a la siguiente conclusión : «Nosotros queremos una educación que sepa resolver los problemas que hay dentro del municipio autónomo y las comunidades indígenas, y que además haya buena enseñanza de leer y escribir para nuestros hijos. Queremos, pues, una educación verdadera».

En Ricardo Flores Magón se formó entonces un centro de capacitación de promotores de la educación. Estos promotores son apoyados por un grupo de capacitadores de la ciudad, son sociedad civil, maestros, doctores o estudiantes universitarios. Cada comunidad elige a su promotor y acuerda en asamblea cómo lo va a apoyar para que él o ella pueda formarse y regresar a su pueblo a dar clases en la escuela comunitaria. El apoyo que el pueblo le ofrece a su promotor es que, mientras se capacita, le cuidan la milpa, recogen su frijol, cuidan a su familia, etcétera.

Es importante señalar que los procesos de autonomía en el territorio zapatista siguen lógicas y dinámicas diferentes en cada región, en cada municipio y a veces hasta en cada comunidad. No es lo mismo hablar de la educación en La Realidad, que de la educación en Morelia, en Roberto Barrios o en La Garrucha. Cada región es autónoma en sí misma y cada municipio también. Así es que no pueden generalizarse procesos en los municipios zapatistas, aunque todos pertenezcan al ezln y compartan sus principios y demandas.

En Ricardo Flores Magón se inició la capacitación de promotores educativos en 2001 y ya terminaron 56 promotores la primera fase de su formación, que fue de tres años. «Construir nuestra propia educación autónoma» —señala Julio— «ha sido un proceso un poco difícil. No hay pues nadie que diga cómo se hace, ni un libro. Todo lo construimos nuevo de acuerdo a las necesidades de los pueblos, de acuerdo a nuestra identidad. Pero no faltan los problemas, porque todo cuesta».

El reto, explica la autoridad autónoma, «es construir nuestra educación relacionando el conocimiento con las trece demandas de nuestra lucha zapatista. Se trata de relacionar las matemáticas, la lengua, la historia, la vida y el medio ambiente, con el techo, el trabajo, la democracia, la justicia, la independencia, la libertad, la educación y así con cada una de las demandas».

El trabajo colectivo de las mujeres es otra vertiente en que trabaja este municipio. Las mujeres de estos pueblos mayoritariamente tzeltales llevan a cabo un proyecto textil que contempla la formación colectiva de las mujeres en sus pueblos, y como un segundo paso la instalación de cooperativas para comercializar sus productos. Otro proyecto es el taller de serigrafía (aunque en éste también participan compañeros), que es autofinanciable con los recursos que ellas mismas generan con la venta de su trabajo.

Las mujeres destacan también en los cursos de salud y de educación, en los que cada vez son más las promotoras que se involucran. Ellas aún pelean sus espacios y poco a poco los van ganando y, a veces, arrebatando. Cuentan las promotoras de educación que todavía algunas reciben burlas de los hombres de sus pueblos por salir de su comunidad para capacitarse, pero, advierten, «ya nosotras no nos quedamos calladas».

«Las mujeres» —señala la promotora Hortensia— «de por sí son las primeras que defienden su pueblo cuando entra el ejército, son las primeras que hacen frente. Entonces, si son capaces de defender, también son capaces de estudiar. No podemos estar ya con las bocas cerradas porque así la situación no cambia. Estamos así creando una educación muy diferente».

Un poco de historia

Este municipio nació hace seis años bajo el acoso militar y policiaco. La primera sede del Consejo Autónomo, inaugurada en la comunidad de Taniperlas el 9 de abril de 1998, sólo tuvo 24 horas de vida, pues al día siguiente un fuerte operativo del ejército y de seguridad pública tomó y destruyó las instalaciones del nuevo gobierno, incluido el ahora famoso «mural de Taniperlas», diseñado durante un tallercoordinado por Sergio Valdés y pintado por toda la comunidad.

«Pero el gobierno autónomo nunca dejó de funcionar. Destruyeron la casa pero no al Consejo, y desde al otro día de que entraron los militares a Taniperlas nosotros empezamos a trabajar en diferentes sedes, o sea que andábamos de un lado para otro, pero nunca lo consiguieron parar nuestro trabajo», afirma Julio.

La ofensiva gubernamental contra los municipios zapatistas estuvo encabezada por Ernesto Zedillo en 1998. El entonces presidente calculó que desmantelando las sedes autónomas, persiguiendo, torturando y encarcelando zapatistas, conseguiría quebrantar la resistencia. Nada más lejos. A lo largo de estos seis años el Consejo ha trabajado como nómada, perseguido por las autoridades federales y estatales, y hoy está con mayor ánimo porque, dicen, «el trabajo ya se ve en los pueblos».

Este municipio, explica la autoridad autónoma, «nace porque las comunidades zapatistas vieron la necesidad de nombrar sus propias autoridades autónomas y hacer en los hechos la autonomía. Nosotros declaramos este municipio en 1998 y antes estuvimos sacando acuerdos de dónde iba a ser la cabecera municipal. Tuvimos entonces mucho apoyo de parte del ezln para sacar adelante el trabajo. Además de que organizaciones como aric Independiente, que de por sí tienen presencia de este lado, dijeron que simpatizan con la creación del municipio y que lo van a respetar».

«Los pueblos» —cuenta Julio— «eligieron entonces que Taniperlas fuera la cabecera municipal y así se empezó a construir la casa del Consejo Autónomo, su auditorio, su oficina, todo con la cooperación de los pueblos. Ahí fue donde se pintó el mural de Taniperlas, que luego fue destruido por el ejército».

«En aquel tiempo los pueblos se turnaron para el trabajo de las instalaciones. Estuvimos contentos en esperar que iniciaran los trabajos de nuestro municipio autónomo. Así estábamos y anunciamos que íbamos a declarar públicamente la creación del municipio el 9 de abril de 1998, para continuar al día siguiente con la fiesta del 10 de abril, del aniversario de Zapata. Esa es la fecha que se formó el primer Consejo Autónomo de Ricardo Flores Magón, que tenía sólo un presidente con dos vocales ; el secretario con sus vocales ; el tesorero y sus dos vocales, aparte las comisiones de salud y agraria. La justicia era responsabilidad de todo el Consejo.

«Pero no amaneció el día 11 de abril de 1998. El 9 de abril quedó instalado el Consejo, el 10 ya estaba funcionando, pero sólo quedó como 24 horas trabajando en ese lugar, ni siquiera se calentó la silla. Como a las 10 de la noche salieron ejército federal de Ocosingo y horas después escuchamos que venía más seguridad pública. De repente a las 11 escuchamos que estaban llegando a Taniperlas por crucero Monte Líbano. Ahí se instalaron. El Consejo y todos los que estaban haciendo la fiesta, más de mil gentes, luego luego nos retiramos».

Uno de los asuntos que más ha ocupado a las autoridades de Flores Magón es la justicia. Señala Julio que «hay de todo, violaciones, asesinatos, drogadicción, asaltos, pleitos de zapatistas contra priístas y todo lo tratamos de resolver de la mejor forma. De por sí vienen los priístas y de otras organizaciones a que el Consejo les resuelva sus problemas de justicia, y cuando lo hacemos nunca se carga a favor de los zapatistas, porque a veces el otro tiene la razón. Aquí la justicia es la justicia y si el zapatista tiene delito lo paga con su sanción en trabajos jornales, o con lo que decida el pueblo o la familia afectada».

Los problemas agrarios, conflictos de límites, pleitos por parcelas o por tierras tomadas, son de los más comunes en esta región en la que conviven, no sin dificultades pero cada vez llegando a más arreglos, organizaciones como la aric Independiente, la aric Oficial, la cnpi, el pri, un poco de prd, otro poco de pt, Xi’ Nich’ y la opdic (identificada por los zapatistas como una organización paramilitar). «Todos respetan los acuerdos que se hacen aquí en el Consejo Autónomo. Ya hay un reconocimiento de muchas organizaciones, nos respetan, pero no los paramilitares, aunque a veces hasta ellos llegan», indican las autoridades zapatistas.

A partir del año 2000 crearon en este municipio una Comisión de Honor y Justicia, encargada especialmente de todos los asuntos de justicia, y ese mismo año se formó el Consejo de Educación. Hay también un Juez de Registro Civil, que por el momento «sólo hace actas de nacimiento, para que haya constancia».

En 2001 entró en funciones el nuevo Consejo. Fue el primer cambio de autoridades, mismas que ya están por finalizar su periodo.

Nuevas tareas y nuevos retos, porque «se tienen que ver los proyectos, se debe estar atento a las soluciones de los problemas, se tiene que tener presencia y darle seguimiento a los trabajos».

Con la creación de las Juntas de Buen Gobierno, el municipio autónomo Ricardo Flores Magón coordina todo el trabajo con sus autoridades, pues, como lo explicaron los zapatistas hace casi un año, una de las tareas de las Juntas es equilibrar el desarrollo en todos los municipios.

«Sí hay un cambio ahora con las Juntas. Ya no podemos estar creando proyectos así nomás. Ahora esperamos el proyecto de la Junta, que vigila que todos vayamos creciendo igual. Ahorita, por ejemplo, el municipio Francisco Villa está bajo en sus proyectos y por eso les van a dar más importancia. Esto es para la justicia, para que el desarrollo sea mejor», explican las autoridades. Ahora, aseguran, «todo eso está mejor organizado».


Par : rr.ii.