Entrevista publicada en el «Notícia Confederal» Juny 2014, la publicación de CGT País Valencià suplemento de «Rojo y Negro».

 

 

Nacido en el barrio bonaerense de Palermo hace 55 años, Óscar Cusano es hijo de la emigración y del mestizaje. Aunque jamás militó en su país de origen, se ha formado a través de sus viajes y experiencias (Brasil, La Patagonia…). Estudió Cine y Fotografía y tiene en la literatura un rincón privado. Vivió la crisis argentina siendo propietario de una pizzería, profesión de la que se siente orgulloso. En esa vorágine colectiva, decide emigrar a la vieja Europa. Primero probó suerte en Madrid, más tarde en Vitoria-Gazteiz para acabar en Valencia. Su militancia en la Asamblea de Parad@s de la CGT es, como veremos, su más firme compromiso.

¿Cómo y por qué llegas a España?
Yo vine de una familia italiana de emigrantes en el 75%, y otro 25%, mi abuela, era de una tribu americana, de Argentina. Nacimos, crecimos con muchos idiomas en el oído.
A mí la vida me ha demostrado que todo cambia de un día para otro, depende del grado de deseo y compromiso que tengas con vos mismo. Yo no tenía un centavo. Eran tiempos de hiperinflación, de corrupción y de carencia de las cosas más básicas. No me pregunten cómo hice, pero me planté en Madrid. Mi mamá me dio cien y mi tía otros cien dólares y aparecí en España, sin saber nada de Europa, con una especie de endiosamiento de la vanguardia de lo que podía ser este continente que poco a poco se me fue. Yo creo que tomas contacto con la realidad. Había cosas que eran cien mil veces mejor y cosas que no eran tan brillantes.

¿Cuándo decides empezar a militar en CGT?

Yo en realidad me considero como una especie de libertario. Si te cuento mi vida siempre fui e hice lo que quise. Ideológicamente siempre estuve en el mismo camino que estuve ahora pero nunca me organicé. Y en Argentina sólo participé de cosas aisladas.

Tras su paso por varias ciudades españolas, conoce a Amparo y llega a Valencia.

Mi vida cambió totalmente porque vine y la crisis estaba aquí. Yo estoy acostumbrado a conseguir trabajo en días, y claro, cuando vine aquí la crisis ya había hecho estragos, era el 2011. Ahí me las vi mal. Me vine a Valencia, ciudad de la cual me enamoré. Lo que nos empezó a unir a Amparo y a mí fue la literatura porque ambos escribimos hace mucho tiempo y empezamos ahí a conocernos. Y aquí trabajé en una tienda de informática, que vendía cursos. Conocí una red de personajes. Por ejemplo, en la hostelería. Todos los bares que se cierran, toda esa maquinaria va a parar a una especie de galpón en donde se vuelven a revender. Sí, ahí hay unas mafias muy interesantes. Yo no las investigué mucho porque no me correspondía, pero en esto hay unas cosas bastante siniestras. Bueno, ahí al mes, termino de trabajar y no me pagan. Entonces empiezo a buscar otras cosas. Pero hace dos años que realmente no encuentro nada. No voy a negar que al final del primer año no me pinché. Me pinché porque ya va por la edad. Una tipa en la calle de la Mar, me dijo un día: »pero tú, a tu edad, sabes que no puedes buscar trabajo». A lo que le contesté: «¿tú sabes que estás contradiciendo una ley, la Constitución? Por lo que estás diciendo, tú sabes que te puedo denunciar. No voy a hacerlo, pero no digas esas cosas. Aprende a ser persona». Y así estoy. Y a partir de hace seis meses, empiezo a ver en la CGT que era un lugar como para mí. Porque era ideológicamente afín a mí, y empecé a conocer personas aisladas que a mi entender eran muy buenas personas.

Conocí la CGT primero por Ràdio Klara. Es la única radio que escucho. Y la descubrí moviendo el dial. Comencé a escucharla y me dije, esta gente, qué bien. En Argentina yo había escuchado radios muy avanzadas también. No soporto el statu quo. El resto de medios para mí, es como que atentan a mi inteligencia, son una máquina de vender. Empiezo a escuchar, a meterme en el club de oyentes, a participar. Hasta que llegan las Jornadas Libertarias de CGT del año pasado, y comienzo a ir todos los días. Empiezo a conocer las caras de todas las personas a las que había oído. Pasa un tiempo más, con crisis, hicimos trabajos culturales. Luego nos metimos a trabajar en una galería de arte donde, bueno, no fue bien. Y yo, cansado de que hicieran referencia a mi edad, me resigno. Entonces, vi las jornadas y me lo pensé. Y el día de mi cumpleaños, justo antes de las Jornadas, vine y me afilié. Y empecé a participar de la Asamblea de Parad@s de CGT.

¿Cuáles son tus expectativas con la militancia?

Las expectativas me las da la Asamblea de Parad@s, yo vengo sin ninguna expectativa y con las mejores expectativas. Vine un poco cansado de todo lo que la realidad marca día a día. Éramos sólo cinco o seis. E inmediatamente, como les pasa a las asambleas que recién comienzan, empiezan a verse qué prioridades hay, qué es lo que hay que hacer. Sé organizar, y cuando voy por algo, voy muy fuerte. A mí me parece que me contagian y yo contagio. Y comienzan a surgir cosas. Nos invitan a la radio, y eso hace un poquito más. Y después, un compañero propone que teníamos que hacer una concentración. Y yo dije: “pero a menos de un mes es una locura.” Después me di cuenta de que se podía hacer perfectamente. Y entonces, ya después, nos empezamos a juntar con otras asambleas. Y yo soy de mucho hablar, y entonces la gente de otras asambleas me pregunta: «¿Por qué no vienes a ver nuestra asamblea?». Y lo hice.

Pienso que la CGT debería empezar a ir a visitar a la gente. Es una opinión personal, debería visitar a muchas personas que están pidiendo que las visiten. En una de las asambleas que visité había unas cuarenta personas, lo que está bien. Pero fue empezar la reunión y comenzar a tirarse palos. Yo señalé: “me parece que ustedes se equivocan y que, en realidad, están haciendo las cosas muy bien”. Y les cambió la cara. Y ahora quieren que vaya todos los lunes.

En cuanto a la Asamblea de Parad@s de CGT en Valencia, ¿cuáles son sus dinámicas y proyectos?

No hace falta afiliación para participar en la asamblea de CGT, es lo que se ha decidido.

Supongo que cada asamblea es un mundo de lo que va sucediendo en las relaciones. Lo que yo veo de diferencia aquí es que todo el mundo sabe exactamente lo que hay que hacer, cómo comportarse. Que cada cual puede tener su libertad, expresar lo que quiera, y eso no es así en todos lados. Me gusta saber qué opina la gente, qué sintieron, qué vieron. Imaginemos que la gente que no está afiliada a ningún sindicato, ve los sindicatos de reojo. Pero yo siempre digo tenemos que sentir orgullo de ser un sindicato que no tiene nada que ver con los antiguos.

Ahora tenemos un chico belga que vino a hacer un estudio de la universidad para saber qué está pasando. Y yo le dije: «sabes por qué haces esto, porque allá tenéis miedo. Porque España es el país que puede arrastrar a toda Europa, en una crisis generalizada”. Este chico se tomó el trabajo, estudia ciencias sociales, de recorrer en el 1º de Mayo todos los sindicatos. Y el primero que miró fue el nuestro. Y me dijo: «Era una gesta. Cuando fui a los otros dos, eran los viejos, con sus pancartas y sus chicas en minifalda, y eso es lo antiguo, la vieja política». Y este chico tiene 27 años. Dio una descripción enseguida de cómo están las cosas. Y ese concepto para mí, hay que instalarlo. Que lo antiguo se tiene que ir. Y Valencia o España está dividida entre la vieja manera de pensar, siempre pasó esto, y la nueva.

A la última Asamblea de Parad@s iba con mucho entusiasmo y me encontré con que había mucha gente, unas 30 o 40 personas, y un ritmo impresionante. Quería proponer una comisión para el estudio de las cooperativas, hacer charlas y empezar a iniciar aquel papelito que había llevado el primer dia y que no había mostrado porque aún no se daban las condiciones. ¿Y qué pasa? Las personas de aquí piensan que una cooperativa son huertos. Y no, cooperativa puede consistir en 30, 40 ramas de actividad diferentes. Y a partir de ahí, salió una comisión para tratar de investigar las cooperativas. Este es un tema muy delicado, es necesaria mucha formación. Hay otra comisión que va a hacer una cosa muy interesante, la que una a la mayoría de las asambleas.

Se habló de Valencia, pero los pueblos están tan pegados, y ya estamos casi en Comunidad Valenciana. Estoy juntando un archivo de todas partes. Desde Burgos me acaban de enviar información de que se metieron en el Ayuntamiento y lograron financiación para personas desempleadas. No sé quién gobierna Burgos ni qué ideología gobierna esa asamblea. Yo rescato la experiencia. Y otras comisiones que se van a crear. El resto de mis compañeros y compañeras y yo nos vamos a encargar del estudio de lo que es el cooperativismo, la autogestión, la acción directa, de cómo hacer para sacar recursos y, sobre todo, de comprometer a la cooperativa “A Tornallom”, para explicarnos (habrá un encuentro el 19 de junio). Ahora, de una reunión semanal, pasamos a tres, más los viernes en la radio, y ahora el sábado también.

¿Y cuál es el objetivo final de la asamblea?

Mi visión es generar muchísimos puestos de trabajo, al menos los que podamos. No lo sé cuántos. Hay mucha sutileza en esto. Primero hay que crear dos o tres, y esos dos o tres tienen que empezar a nutrir. No es tan difícil. Se necesita formación y compromiso, gente para que charle. Y después empezar a identificar perfectamente cuáles son los rubros más viables. Cuando en América abren un negocio, ya saben cuánto van a vender. Porque hacen un estudio. En este caso, el objetivo es crear puestos de trabajo, concienciar y, por supuesto, todo lo que corresponde a nuestra ideología: liberar a la gente de su propia alienación.

¿Quieres añadir alguna cosa más?

Me gustaría acabar diciendo lo que pienso que va a pasar. Creo que a partir de este momento hasta dentro de uno o dos años, el tema del desempleo se va a disparar. Primero porque están dejando de pagar las prestaciones, y en segundo lugar (en Argentina se disparó más rápido porque no se cobraba nada, todo el mundo lo sabe), todos los partidos políticos, todos los sindicatos van a empezar y CGT tiene que ser el primero. Nos movemos porque queremos que la gente esté mejor, porque queremos que todo el mundo se una, porque realmente es, cuando la gente sale de la casa y viene a una asamblea, cuando empieza a hacer una catarsis y a sentirse mejor.

Para acabar, esta frase que es mía: Los límites de una sociedad no los establece el tiempo sino los procesos históricos que marcan a futuro el ritmo de la justicia.

José Asensio, Libertad Montesinos y Josefina Juste
Equipo de Comunicación CGT-PV

http://www.cgtpv.org/Entrevista-a-Oscar-Cusano-Asamblea.html


Fuente: Equipo de Comunicación CGT-PV