Nodo50.org participó activamente en el Centro de Medios de la semana de lucha social «Rompamos el Silencio». El Centro de medios fue un punto de encuentro de activistas de la información alternativa con objetivo de organizar la cobertura mediática de la campaña. Hablamos con uno de sus miembros, Gustavo Roig, para analizar cómo seguir avanzando en el futuro.
Mariano Pujadas.- La semana de lucha social «Rompamos el Silencio» (ReS) no es una campaña común. Podría decirse que no está «abierta a la población» porque las acciones que se realizan pocos las conocen y además las convocatorias se difunden con muy poco tiempo de antelación. Por contra, este año ReS ha coordinado a cerca de 40 colectivos políticos, ecologistas, barriales, de contrainformación, etc. ¿Qué es ReS ? ¿Cómo lo definirías ? ¿Es una campaña que fortalece al movimiento anticapitalista «hacia adentro», es decir, engrasando las redes internas ?
Gustavo Roig.- Te respondo a título personal, ya que la valoración «oficial» de ReS 2006 esta aún por hacer. Creo que ReS no es una sola cosa. Rompamos el Silencio se propone varios objetivos o al menos el resultado de este tipo de trabajo colectivo es múltiple, no es único. Podríamos decir que su objetivo central es hacer visible buena parte de la problemática social en Madrid, hacer visible lo que podríamos definir como las líneas centrales de la protesta y la lucha social en la capital. Para conseguir esa visibilidad se recurre (como repertorio de acción consensuado tras un largo debate) a la desobediencia civil y a la acción directa no violenta. Así, la semana, desde el principio al fin, se va desplegando en forma de múltiples intervenciones concretas contra una serie de símbolos o referentes clave frente los que descargamos nuestra rabia : locales pasto de la especulación, centros de inmigrantes, simbología fascista en calles y plazas, SGAE, embajadas, cuarteles, tiendas… Hay que reconocer que es muy difícil «romper el silencio» sin conquistar un espacio de visibilidad en los grandes medios convencionales y sin coordinar una práctica comunicativa en nuestros propios medios de contrainformación. Quizá en ese sentido se entienda la «espectacularidad» de algunas acciones, cuyo objeto puede ser llamar la atención y poner dificultades al bloqueo informativo sobre la protesta y la lucha social. Este año hemos conseguido ambas cosas y el resultado ha sido el de un importante impacto político tanto en Madrid como en el resto del Estado. No obstante, me gustaría comentar que la discusión sobre la relación con los medios de comunicación de masas (MCM) es un debate incipiente, complejo y que a veces genera comportamientos contradictorios por no decir esquizoides. Es un tema que avanza, se detiene o retrocede a la par de otros debates y procesos de maduración política que emprenden los movimientos y organizaciones de base de esta ciudad.
Pero como os decía , ReS no es sólo un conjunto de acciones más o menos espectaculares que tienen por objeto hacerse notar en los medios. En la pregunta ya lo introducís de alguna manera. Esta semana de lucha social se viene preparando desde hace muchos meses, casi un año y esto es muy importante porque refleja un proceso de acercamiento, de conocimiento, de intercambio entre muchas personas y organizaciones que durante todo este tiempo han trabajado conjuntamente, han desarrollado relaciones de confianza, han aprendido a hacer cosas colectivamente… En Madrid hay un fuerte corte generacional que marca una línea divisoria entre personas y colectivos «históricos» que tienen muchas dificultades para hacer cosas juntos, y un montón de gente que viene de otros tiempos, de otras prácticas y formas de trabajar que son capaces de poner a un lado «su proyecto» y colocar en el centro los intereses y el protagonismo del movimiento. Este planteamiento es el de Rompamos el Silencio. Hemos aprendido a disolver siglas e identidades, que son débiles por separado, en un conjunto que es mucho más que una suma, que es una red fuerte, ágil y con capacidad de acción e intervención colectiva en toda el área metropolitana. Esta dimensión del ReS, la del trabajo, la confianza y el aprendizaje político colectivo me parece tan importante o más que la de la visibilidad y el impacto en los medios. Las dos cosas son muy importantes y como podéis imaginar, se refuerzan entre sí. En líneas generales, tal como hemos trabajado este año, el resultado es positivo en la medida en que hemos sido capaces de reforzar una idea y un sentimiento de movimiento dentro del cual cada elemento ha salido reforzado, contento y con muchas ganas de seguir organizando este tipo de cosas. Por encima del esfuerzo, el stress y la presión policial, me da la sensación de que hay alegría. Estamos muy contentxs.
MP.- En la edición del 2006, la presencia de ReS en los medios burgueses ha sido muy amplia, incluso en clave positiva y no de criminalización, hasta el punto de abrirse un posible debate sobre el carácter «ofensivo/inofensivo» de la campaña. En cualquier caso la presencia mediática era uno de los objetivos fundamentales marcados por ReS y se ha cumplido sobradamente. ¿Cómo valoras este éxito ?
GR.- Bueno, yo ese debate aún no lo he presenciado. Lo que sí sé es que la atención que los medios han centrado en la semana de lucha social no es algo fortuito, espontáneo. Es cierto que la prensa ha estado muy atenta a lo que hacíamos (podéis verlo aquí) pero nosotros también nos hemos tomado muchas molestias para que esto fuera así. Desde el Centro de Medios hemos convocado ruedas de prensa, hemos llamado directamente a algunos periodistas, los hemos bombardeado con faxes y e-mails a través de los que les enviábamos las crónicas de las acciones, fotos, vídeos. Los hemos citado en el Centro de Medios, en las inmediaciones de las mismas acciones y el último día en la puerta de los cines Bogart. Muchas de las noticias que aparecen en prensa, radio o en las notas de agencias están copiadas literalmente de nuestra web o de los comunicados que enviábamos a cerca de 100 medios varias veces al día. Por otra parte, entre la gente de RES hay periodistas que trabajan en grandes medios y que creo que han hecho un buen trabajo, eso es un detalle a tener en cuenta. Con esto os quiero decir que ha habido un trabajo concienzudo, planificado y sistemático hacia los MCM que, como estamos viendo, ha dado su resultado.
Por otra parte hay que reconocer que hay una cosa que se llama «estructura de oportunidad mediática». Es un término que se maneja en sociología de la comunicación y que describe el conjunto de elementos que pueden favorecer que la agenda de la protesta, la nuestra, salte a los grandes medios. En ello pueden intervenir una variedad de elementos como, por ejemplo, la coyuntura política que, como se viene dando en Madrid, puede favorecer la atención de parte de los media en su enfrentamiento al gobierno municipal o autonómico. Creo que debemos tener conciencia de ello, saber movernos con inteligencia en función de la coyuntura, aprovechar las ventajas objetivas , hartos ya de las desventajas objetivas a las que a veces nos consideramos eternamente condenados. Cierta limitación a la hora de valorar este tipo de cosas nos ha llevado durante mucho tiempo a condenarnos al silencio a nosotros mismos, como una profecía autocumplida.
Valorar nuestra acción como ofensiva/inofensiva utilizando como indicador el seguimiento mediático me parece que simplifica y coloca en la superficie el análisis sobre lo que somos y sobre nuestra estrategia comunicativa. Sería muy injusto llamar vendido a alguien tan alegremente. La potencia política de un proyecto, la valoración sobre determinado modelo de acción política exige disponer de muchos más elementos de juicio que superan en mucho la dimensión y el tratamiento mediático de la cosa. Por ejemplo, valorar en qué medida nuestro trabajo refuerza, amplifica e incorpora nuevas redes a la lucha, a la protesta organizada. O en qué medida nuestro discurso supera, desmonta, debilita o si bien refuerza el conjunto de discursos hegemónicos. Para valorar la potencia de nuestro movimiento tenemos que analizar este tipo de cosas y no sólo la cantidad de titulares que hemos conseguido. La prensa, la TV, la radio y las agencias son entes dentro de lo que Bourdieu definió con lucidez como campo periodístico . Muchas veces se comportan como entes autónomos dentro del bloque hegemónico. En este sentido, autonomía significa capacidad de decisión propia dentro del bloque de poder. Con esto quiero decir que cada uno de ellos dispone de su propia estrategia política y lo que digan o dejen de decir en relación a ti muchas veces no depende de lo que tu puedas hacer o decir. La variables son muchas, y casi ninguna de ellas depende de nosotros. Hay medios que te representan como la encarnación del mal. Para otros somos gente «sensible y concienciada». Sólo nuestros propios medios nos reflejan como lo que somos : activistas anticapitalistas. Lo que me interesa es la visión o más bien la sensación de conjunto, que , por encima de matices, se ha conseguido transmitir a eso que se suele llamar «opinión pública» : la existencia de un conflicto, de una realidad cotidiana que genera la respuesta organizada de mucha gente que ha tomado la calle durante una semana y , esta vez sí, ha roto el silencio.
MP.- Una vez que los objetivos fundamentales se han cumplido, ¿cómo plantear la continuidad de esta campaña ? Es decir, una vez que, por ejemplo, se ha denunciado pública y mediáticamente el problema de la vivienda, el siguiente paso sería desarrollar mecanismos políticos y organizativos para poner este problema en fase resolutiva (okupaciones permanentes, coordinadoras en los barrios, etc). Por otro lado, si entendemos que el eje central de la lucha anticapitalista pasa por el movimiento obrero, habría que discutir como tejer redes en este ámbito, si bien esto no es tarea fácil (no había un eje específico de Trabajo en la campaña). Es definitiva, ¿es posible seguir dando pasos adelante (en tal caso cuáles serían) o estamos llegando al límite de las posibilidades de ReS ? ¿Cómo interpretas esta situación ?
GR.- No creo que la evolución natural de ReS vaya a ser la constitución de una organización. No debería ser eso. Pero sí estoy convencido de que el avance de ReS se va a notar en el avance del movimiento , de los colectivos y redes de base. Tenemos un año por delante para hacer cosas en barrios y facultades y la experiencia de ReS se tiene que notar en esos ámbitos. Por ejemplo, sería importante tender vínculos más estrechos con el movimiento por una vivienda digna con la idea de extender y redimensionar esa lucha desde el respeto por la autonomía y las líneas autoorganización de cada cual. Sería muy buena idea que parte de la energía que se ha generado durante esta semana de lucha social se materializara en alguna iniciativa que pudiera liberar un espacio en el centro de Madrid de forma estable. Podemos pensar también en un Primero de Mayo movidito o en una nueva visita a la SGAE. Tenemos unos meses por delante que nos pueden servir para preparar un otoño caliente en el que se note que la experiencia de ReS abre la puerta a nuevas iniciativas. El trabajo y la confianza colectiva tienen que dar resultados en esa dirección. Deberíamos hacer un esfuerzo porque eso fuera así.
El año pasado participaron una veintena de colectivos y hubo seis ejes temáticos. Este año somos cuarenta y los ejes han sido once. Aunque el año pasado el tema de la precariedad se tocó tangencialmente, este año ni siquiera hemos hecho eso (aunque el tema se planteó en su momento) y lo real es que no hubo un eje sobre trabajo o precariedad. Es cierto que mucha gente de la que participa en ReS es cercana o afín a sindicatos de clase que como CNT, CGT o Solidaridad Obrera. Precisamente esto pone en evidencia alguna de las debilidades de esta iniciativa que aún no ha sido capaz de incorporar a sectores imprescindibles, como pueden ser éste o el movimiento vecinal. También es verdad que muchas de estas organizaciones fueron invitadas a participar en ejes de RES hace meses.
Todos sabemos que la deslocalización de la producción y la precarización de las relaciones laborales hace difícil abordar el trabajo únicamente bajo una perspectiva sindical. Bueno, realmente se está produciendo un cambio de base del modo de producción capitalista, que está generando cambios críticos en la composición de la clase obrera . La cultura obrera está muy ligada a la experiencia sindical y la crisis de una está en la base de la penosa experiencia de la otra. Imagínate el panorama que tenemos por delante y lo difícil que se hace colocar a la clase obrera como tal en el centro del conflicto social contemporáneo. ¿Dónde está localizada materialmente esa clase obrera de la que echamos mano en nuestro imaginario ? ¿Podemos hablar de una cultura obrera ? ¿Bajo qué condiciones de produce hoy ? ¿En qué sectores de la producción se genera riqueza sustentada en el trabajo material de la clase obrera ? ¿Qué proporción del beneficio generado por el trabajo se origina en la producción inmaterial ? ¿Qué está suponiendo la automatización y la informatización de los procesos productivos ? ¿Qué sectores de la producción están en la base de la ampliación y reproducción del capital ? ¿Qué papel juega la clase obrera en ellos ? ¿Tendremos que liarnos la manta a la cabeza y romper máquinas y ordenadores ? ¿Hay que pedir trabajo porque se supone que nos hará libres o hay que rechazar el trabajo porque nos encadenará de por vida a una hipoteca ? Vaya lio, ¿no ? ¡Hay tantas preguntas que hacerse ! Es más, creo que todo esto obliga a los sindicatos a plantearse muchas cosas en relación a su propio futuro. Imagino que en ReS sería muy positivo incorporar a los colectivos y a las personas que estuviesen dispuestas a organizar este eje y, sobre todo, este debate, que sin duda es el gran debate pendiente.
Fuente: Nodo50.org