Estuve en Saint-Imier entre los 8 y 11 de agosto para participar en la feria del libro anarquista y para animar dos charlas debates. La primera fue sobre la votación sindical proporcional en la AIT, y luego en la CGT francesa y las organizaciones anarquistas españolas, y la segunda sobre el legado de Bakunin.
Tres aspectos de este encuentro me llamaron la atención:
Tres aspectos de este encuentro me llamaron la atención:
La capacidad de escucha y la seriedad de los participantes;
La excelente organización de los espacios previstos para los debates, el alojamiento y la alimentación (los fallos, poco importantes, vinieron del gran número de participantes, 1.500 en el primer día, luego más de 4.000 personas);
La inflación de presentaciones y debates propuestos (a menudo, al mismo tiempo, sin hablar de películas y documentales) con la consecuencia directa de la falta de traductores.
Para la venta de libros nuevos y usados en el puesto de «Libros de París», no hubo incidentes como a fines de junio en Montreuil (periferia parisiense) de parte de supuestos anarcosindicalistas y auténticos talibanes, probablemente por una declaración tajante de la Federación Anarquista Francesa en julio, y la solidaridad ofrecida en el sitio en caso de problemas. Todos los visitantes notaron la gran cantidad de títulos ofrecidos en alemán, inglés, castellano, italiano (con a veces un CD de prensa de la época concernida), holandés, sueco y turco (ver . http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=1629).
Lamenté que algunos puestos quedaron abandonados: con publicaciones, CD y DVD, chapitas en las mesas, con una taza para las donaciones, pero ¿qué contactos se pueden establecer de esta manera? Por supuesto, esos compañeros (argentinos, chilenos, turcos, menos para los mexicanos) tenían actividades ya sea con la Internacional de Federaciones Anarquistas o la coordinación anarco-comunista. Seguir dos objetivos a la vez no es muy constructivo, especialmente cuando diferentes corrientes (Argentina y Chile) son incapaces de coordinarse para ofertar una presencia plural.
Durante las dos presentaciones previstas, tuve que improvisar yendo al grano en tres idiomas pero perdiendo matices (un total de 35 y 40 minutos en ambos casos), hacer de moderador (dejando 1 h 30 y 30 minutos de debate, los horarios impuestos no daban para más) y de traductor en francés, castellano e inglés. Lo que yo había previsto, pero no el hablar inglés, lo que hice de modo algo caótico a medida que me apretaban la presión y el cansancio. Las preguntas y los debates fueron muy interesantes y algo tensos para el voto proporcional con los compañeros de la CNT AIT de España (incluido el delegado de relaciones internacionales), de CGT de España (con el responsable de relaciones con África del Norte), el ex secretario general de la AIT (Ratibor, Serbia) y un compañero italiano.
Para Bakunin, las preguntas fueron bastante especializadas, por ejemplo, la diferencia entre la autogestión en el pensamiento de Bakunin y de Kropotkin (contesté que Kropotkin elaboró más la noción, pero aporta más Isaac Puente en su texto de 1933 El Comunismo Libertario). También hubo la diferencia entre la revolución liberal y la revolución social en el texto de las conferencias de Bakunin a los obreros de Saint Imier en 1872. Dado el contexto, es la aparición, con la revolución francesa, de los conceptos de «democracia, libertad, igualdad y fraternidad» remachados por los dirigentes de la burguesía en el poder y nunca aplicados en profundidad, ya que sería el fin del genocidio de los más explotados y de las jerarquías hereditarias -de hecho- en las cúpulas de los centros de decisiones económicas y políticas.
La revolución, espontánea e impredecible, es la aparición de la justicia social, que se llevará a cabo a través de la fase de transición (ver «La instrucción integral», http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=506), un término común en sus escritos. Los anarquistas lo desterraron a causa de los bolcheviques, y al mismo tiempo cercenaron su conocimiento de Bakunin.
El legado de Bakunin consiste, a mi parecer, en dos grandes ideas prácticas.
[…] todo poder político, cualquiera que sea su origen y su forma, tiende necesariamente al despotismo (Subrayado de Bakunin, 1870, Los Osos de Berna y el oso de San Petersburgo, Obras Completas, t. 4, Madrid, p. 223). Por consiguiente, los «profetas» de los grupos anarquistas y los sindicatos no pueden ser más que dictadores (en ciernes o en auge).
Exclusión de todo jesuitismo en las relaciones [entre compañeros en una organización], la desconfianza ruin, el control pérfido, el espionaje y las delaciones recíprocas, ausencia y prohibición terminante de rumores e indirectas. Cuando un afiliado tiene algo que reprochar a otro, debe hacerlo en la asamblea general y en su presencia. Control fraterno colectivo de cada uno por todos, control en ningún caso molesto, mezquino y sobre todo malévolo; (junio 1870, Carta a Serguey Nechayev, http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=644).
Desde la FCL francesa de los años 1950 y las ráfagas de expulsiones de la CNT de España y de la AIT (1979-1995) hasta la situación actual, podemos ver que algunas cloacas organizativas son prácticas de sectas religiosas y de fascismo pardo o rojo que Bakunin rechazó hace más de 150 años.
En cuanto a la pedagogía y su acción emancipadora, Bakunin las coloca en el período post-revolucionario. Los participantes, sobre todo españoles y franceses, fueron muy estimulantes.
René Berthier, integrante de la Federación Anarquista Francesa, dijo en la apertura de las jornadas, el 8 de agosto, que este Encuentro debía aportar reflexiones para una renovación y un fortalecimiento de las ideas anarquistas. Creo que en muchos casos no fue una mera promesa. A nivel personal y de cara a compañeros argentinos, mexicanos, macedonios, catalanes se establecieron nuevos contactos (sin anteojeras ni prejuicios) y las relaciones antiguas con valencianos, suecos y brasileños se potenciaron.
Más de 70 medios de comunicación suizos e internacionales destacaron, así como el municipio de Saint Imier, la seriedad y la tranquilidad de las jornadas de este Encuentro. Una buena demostración de diálogo plural e igualitario.
Frank Mintz, 13.08.12.
Fuente: Frank Mintz