Túnez se encuentra en la encrucijada entre seguir el camino de la revolución y de la transformación social o consolidar al actual gobierno de unidad nacional y detener el avance de cambios profundos y reales.
El nuevo gobierno inicia su mandato con la represión
El nuevo Gobierno Ghanouchi, formado la noche del 27 de enero, tras la visita a Túnez de Jeffrey Feltman (Vicesecretario de Estado americano para asuntos de Oriente Próximo) comenzó su trabajo con la amplia y brutal represión de la caravana de la revolución.
El viernes 28 de enero, las fuerzas antidisturbios han lanzado un asalto contra millares de personas que, venidas de varias regiones del país en el marco de la caravana de la Revolución, ocupaban desde el domingo 23 de enero la Plaza del Gobierno en la Kasba.
Los ocupantes, organizados en un Comité de coordinación, habían decidido, democráticamente, prolongar la ocupación de la plaza el viernes 28 de enero.
La respuesta del nuevo Gobierno Ghanouchi no se hizo esperar : a golpe de gases lacrimógenos y porras, la policía ha desalojado violentamente la plaza provocando varios heridos hospitalizados y numerosas detenciones.
Desalojados de la plaza del Gobierno, se ha continuada con una manifestación por la avenida Burguiba, donde se incorporaron numerosos paseantes hasta que la policía volvió a intervenir, usando de nuevo gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos.
El pueblo sigue su lucha
Es importante constatar como la caravana de la revolución estaba formada por multitud de jóvenes venidos de las zonas más marginales de Túnez, los verdaderos protagonistas del cambio, y los que han sufrido una represión mas violenta. Jóvenes de Regueb, Kasserine, Sidi Bouzid, Tela, Jendouba, Kef, Tozeur. “No nos robarán nuestra revolución”, dice una pintada en la plaza Ibn Khaldun. Gritan : Dignidad, dignidad, dignidad (karama, karama, karama), que es como decir trabajo, hospitales, cultura, decisión, palabra pública, respeto a sus propias creaciones. Cayó el dictador, pero permanece la dictadura. (Entrevista a un manifestante al final del texto)
La encrucijada de la revolución tunecina
El nuevo gobierno de unidad nacional en el que se mantiene Ghanouchi como primer ministro, más dos ministros del RCD en carteras no claves, supone la opción más claramente defendida por USA y la UE como garantía de freno del proceso revolucionario. Ya ha conseguido neutralizar la oposición de la UGTT, que da una de cal y otra de arena, toma algunas medidas para contentar a la gente, apartando de la policía a un número de inspectores vinculados a la represión, pero su objetivo fundamental es frenar el proceso de cambio y permitir la continuidad del sistema.
La UGTT sigue con las vacilaciones de su dirección que, no olvidemos, apoyó la candidatura de Ben Ali en las ultimas presidenciales. Por otro lado señalar que la CGTT, sindicato que intentó su legalización en ekl 2008 y prohibido por el regimen de Ben Ali, anunció el comienzo de su actividad en una rueda de prensa el martes día 1 de febrero.
Frente al gobierno, se siguen movilizando los jóvenes autoroganizados desde la base, los sectores radicales de la UGTT, pese al acuerdo de la dirección del sindicato, y todos los partidos excluidos del gobierno, entre ellos el Frente 14 de enero, impulsado por el PCOT. Y especialmente todas las experiencias de autogestión y participación popular que se están desarrollando en muchos lugares de Túnez.
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