Artículo publicado en Rojo y Negro nº 381 de septiembre
Fallecido este mes de julio del 2023, Antonio Miguel Bernal ha sido un hombre de una talla intelectual de primer nivel. Catedrático de la Universidad de Sevilla, fue Premio Nacional de Historia (2006) y codirector de la Historia de Andalucía con el profesor Antonio Domínguez Ortiz, y conocido también por su condición de investigador riguroso con una muy abundante obra publicada que es muy fácil rastrear. Pero en este artículo son otras cuestiones las que merecen ser destacadas: su relación con el mundo libertario andaluz, que conoció en profundidad y con el que colaboró de forma generosa.
Este fenómeno que se ha venido en llamar Memoria Histórica y su Recuperación nos permitió estrechar relaciones cooperativas que alcanzó numerosas iniciativas y proyectos alumbrados por el grupo Memoria de la Historia Social de Andalucía de CGT-Andalucía, aunque ya venía de antes, de los primeros años 80 (50 aniversario de Casas Viejas o 75 de la CNT). Entre otras, su participación en la web Todos los Nombres, a través de su Consejo General, y en muchas otras iniciativas, como las ediciones de trabajos propios: Mis memorias, de Pedro Vallina; La jornada laboral de las 36 horas (sobre un muy adelantado “convenio” que fijó la jornada laboral en 6 horas, entre otros muchos e innovadoras medidas), o El Canal de los Presos. De la represión política a la explotación económica. Prologó bastantes de nuestras iniciativas editoriales y siempre estuvo dispuesto a colaborar con cuantas iniciativas se le presentaran, como la de un grupo de jóvenes maestros de la CNT que en el año 1985 trabajaba en su pueblo natal (El Coronil, Sevilla). Persona seria y rigurosa, pero afable, que nos deslumbraba a quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Y esa generosidad que manifestaba al estar dispuesto a compartir su sabiduría con quienes nos acercamos a él, por muy humilde que fuera nuestro proyecto o se tratara de una tarea imponente, como algunas de las mencionadas más arriba.
Geógrafo antes que historiador de la economía, o las tres cosas, como lo fueron otros maestros que consideraron el papel de la economía y la geografía en “la historia total” (como Fernand Braudel). Solía formular una síntesis tal como así: históricamente Andalucía no se entiende sin la agricultura como principal actividad económica, y ésta no se entiende sin una estructura de la propiedad en la que el latifundio representa una distribución de la propiedad clave en la estructura social (que genera, a su vez, un minifundio para mantener a una población fijada al territorio, y a su servicio). Y no se entiende esta estructura socioeconómica sin el papel desempeñado por el anarquismo y sus aspiraciones de transformación social. No es una opinión cualquiera, algunos de sus libros avalan una síntesis como la enunciada. Una síntesis que sólo puede venir de gente que ha alcanzado un nivel superior de conocimiento y reflexión sobre la historia de la sociedad en su más alta concepción.
Nos quedó pendiente concretar un proyecto que veníamos madurando: la reedición de un libro que él preparó para la Editorial Crítica en 1979: Tierra y Libertad. Memorias de un campesino anarcosindicalista andaluz. Sería un bonito tributo a su constancia que pudiéramos hacerla realidad.
Con el paso de los años, nos damos cuenta de lo que ha supuesto la existencia de personas como Antonio Miguel Bernal en nuestras vidas. Y lamentamos enormemente su pérdida. Se nos va una de las mentes más lúcidas y comprometidas de nuestro tiempo.
Siempre en nuestro recuerdo, maestro.
Gonzalo Acosta Bono
Ángela Sánchez García
Fuente: Rojo y Negro