Un funcionario del Ministerio de Medio Ambiente lleva una semana sin comer para que se investiguen supuestos cobros ilegales en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
Primero fue el etarra José Ignacio de Juana Chaos. Luego el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz. Después, una decena de islamistas acusados del 11-M. Ahora es el funcionario Carmelo, que se ha instalado en la puerta del Ministerio de Medio Ambiente con una silla plegable, una botella de Aquarius y una bolsa de El Corte Inglés llena de papeles para hacer, él también, su huelga de hambre. Lleva siete días sin comer, más que lo que aguantó el novio de Isabel Pantoja.
Un funcionario del Ministerio de Medio Ambiente lleva una semana sin comer para que se investiguen supuestos cobros ilegales en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir

Primero fue el etarra José Ignacio de Juana Chaos. Luego el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz. Después, una decena de islamistas acusados del 11-M. Ahora es el funcionario Carmelo, que se ha instalado en la puerta del Ministerio de Medio Ambiente con una silla plegable, una botella de Aquarius y una bolsa de El Corte Inglés llena de papeles para hacer, él también, su huelga de hambre. Lleva siete días sin comer, más que lo que aguantó el novio de Isabel Pantoja.

No la abandonará, contaba ayer [martes 22], hasta que « la ministra Cristina Narbona investigue, depure responsabilidades y erradique la corrupción que hay en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir », organismo dependiente de Medio Ambiente. Carmelo Sánchez, que trabaja en el Departamento de Seguridad de Presas de esta Confederación, acusa a su jefe, Fernando Girón, de « pedirle dinero a los contratistas adjudicatarios de las obras y presupuestar proyectos por encima de su coste real ».

« Mi jefe subcontrataba servicios y hasta admitió conservar cheques en blanco firmados por un empresario », denuncia Carmelo, que tiene 55 años, domicilio en Granada, un título de Ingeniería Industrial y varias arritmias en su historial médico.

« Al parecer, este tipo de cobros ilegales eran frecuentes. Todo el mundo lo hacía, pero como yo no tragué, mi jefe comenzó a marginarme laboralmente. Me dijo : ’Hay que sacarle el dinero a los empresarios. Si tú no colaboras en esto, yo no te voy a dar tareas que hacer’ », relata. Y comenzó su calvario en el trabajo.

Carmelo informó de todo esto a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, pero su denuncia fue desestimada. El Ministerio de Medio Ambiente terminó acusándole a él de cohecho, aunque la cosa tampoco prosperó. A cambio, se le suspendió de empleo y sueldo durante medio año en una sanción que la Audiencia Nacional ha anulado.

Carmelo ha interpuesto, junto al sindicato CGT, otra querella contra su jefe por cohecho, prevaricación, estafa, malversación de fondos públicos y otros delitos que un juzgado de Granada finalmente ha admitido a trámite. « Lo único que pido es que se investigue, que los tribunales aclaren qué pasa en la Confederación, que el Ministerio no mire hacia otro lado y deje de proteger y encubrir la corrupción », insiste, reconociendo que está « un poco espeso por la falta de alimento ».

Ayer [martes 22], varios funcionarios del Ministerio se reunieron en asamblea -convocados por la CGT- para apoyar a Carmelo (en su defensa se ha recogido ya medio millar de firmas). Él, mientras tanto, se encoge de hombros : « Ya no tengo hambre, con lo que a mí me gusta comer. Eso sí, cada día hace más frío ».


Fuente: OLGA R. SANMARTIN (El Mundo)