Además de acelerar la cada vez más cínica deriva hacia el capitalismo de su pretendido “socialismo”, el Estado-Partido castrista vuelve a activar su política de diatribas y de intimidación contra los grupos y personas que denuncian tal deriva en nombre del socialismo auténtico: el socialismo con libertad, el socialismo autogestionario.

No ha sido una sorpresa. Sabíamos cuales eran las verdaderas
intenciones de los que gobiernan en Cuba, lo que esta oligarquía burocrática
buscaba y busca con ese reformismo economicista impuesto por el PCC a través de
los “Lineamientos de Política Económica y Social” (LPES ). No era necesario ser
adivino, su conducta evidenciaba muy claramente lo que se buscaba: justificar
la flexibilización laboral (el remedio clásico del capitalismo a la crisis)
para “sanear” las cuentas del Estado-Empresa y conservar el monopolio del Poder.

No ha sido una sorpresa. Sabíamos cuales eran las verdaderas
intenciones de los que gobiernan en Cuba, lo que esta oligarquía burocrática
buscaba y busca con ese reformismo economicista impuesto por el PCC a través de
los “Lineamientos de Política Económica y Social” (LPES ). No era necesario ser
adivino, su conducta evidenciaba muy claramente lo que se buscaba: justificar
la flexibilización laboral (el remedio clásico del capitalismo a la crisis)
para “sanear” las cuentas del Estado-Empresa y conservar el monopolio del Poder.

Lo sabíamos; pero no por ello deja de ser indignante comprobar,
una vez más, lo que hay detrás de las ambigüedades conceptuales del discurso
castrista para ocultar la cruda realidad del pretendido “perfeccionamiento
del socialismo
”. Como también lo es ver la desfachatez para descalificar e
intimidar a cuantos osan criticar y poner en evidencia una conducta
descaradamente antisocialista y contrarrevolucionaria.

La prueba: la manera en que el Estado-Partido ha actuado para
impedir cualquier debate que cuestionara -teórica y prácticamente- el rumbo
antisocialista del proceso de transformación socioeconómico, político y
cultural impuesto desde el poder autoritario que ese Estado-Partido detenta. Un
cuestionamiento que ni el oficialismo partidista ni la intelectualidad política
orgánica pudo rebatir y que, ahora, se intenta desacreditar mediante
profesionales de la pluma (“voluntarios” o designados) que no tienen ningún
escrúpulo en recurrir abiertamente a las diatribas y a las amenazas.

Lo sorprendente es que, al mismo tiempo que se descalifica y se
reprime a las corrientes del pensamiento socialista libertario, el
Estado-Partido tolera abiertamente debates propiciados por las fuerzas
antisocialistas (con la venia de la Iglesia católica) para intenta definir y
posibilitar un endeble “consenso de la nación cubana” basado en la
libertad económica para explotar el trabajo ajeno.

Por todo ello es necesario denunciar esta campaña de
descalificación y de intimidación contra los libertarios cubanos, a los que se
quiere imponer el silencio con calumnias tan grotescas como el calificarlos de “anarco-capitalistas” por no defender “al
gobierno que representa la alternativa anticapitalista
”… Y no sólo
porque es una manera insidiosa de intentar silenciar el pensamiento crítico
socialista y revolucionario, de crear una atmósfera de miedo y un ambiente de
desprotección al poder difamar impune y públicamente, sino también porque su
verdadero objetivo es justificar las inconfesables desviaciones ideológicas del
Estado-Partido que le han llevado, con los LPES, a dar un paso más hacia la
restauración del capitalismo en Cuba.

Consecuente pues con este deber de solidaridad, reproduzco a
continuación el artículo-denuncia de Julio Tang Zambrana, miembro de la Cátedra
Haydeé Santamaría” y de la Red Protagónica “Observatorio Critico”, en respuesta a
los artículos(1) de los profesionales de la pluma más beligerantes en esta
campaña de descalificación y de intimidación contra los compañeros libertarios
cubanos.

Octavio Alberola

(1)
Artículos difundidos ampliamente a través de los medios de propaganda
procastrista de la blogósfera y que se pueden leer en estos enlaces:

http://lapolillacubana.blogcip.cu/2011/07/13/erasmo-calzadilla-y-el-anarco-capitalismo/

http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2011/07/la-nueva-izquierda-esclarece.html

Para completar la
información aquí va también el enlace del artículo de Erasmo Calzadilla,
miembro del Observatorio Crítico, al que hacen alusión los otros dos:

http://observatoriocriticodesdecuba.wordpress.com/2011/06/24/ubieta-quiere-dividir-y-no-lo-puede-conseguir/


De derecha a izquierda: Julio Tang, Armando Chaguaceda, Regina Cano, Dimitri Prieto y Ramón Guerra durante el primer encuentro del Observatorio Crítico.

__________

Julio Tang Zambrana: «Respuestas
a los consejos y diatribas de un “camarada”»

Tal vez debí haberme apurado… pero, no, es mejor hacer las cosas
con calma. Confieso que me bullía la sangre y que, mientras leía, no me tenía
tranquilo en mi asiento. Mas, siempre recuerdo la palabra suficiente de mi
padre cuando se trata de plantear una opinión: piensa bien antes de hablar,
siempre hay tiempo para quedarse callado ante una equivocación o una palabra
necia.

Al parecer a Enrique Ubieta y Santos Pérez les faltaron esas
buenas enseñanzas cuando eran niños o jóvenes. Es la única explicación que me
queda ante tanta prepotencia y desliz, incluso habiendo tenido en cuenta las
opiniones de los que consideran contendientes políticos y que, sin embargo, se
niegan en comprender en toda su amplitud. Me consta que tanto el primero,
porque he leído sus trabajos de estos últimos días, como el segundo, por ser la
primera vez que leo algo de él, han demorado lo suficiente para llevar a la
letra lo que pasa por sus mentes: las opiniones de Erasmo fueron publicadas
hace varias jornadas atrás y evidentemente tuvieron suficiente tiempo para
reflexionar… pero al parecer no fueron válidas las horas invertidas en ese
proceso.

Así, después de tomarme el tiempo necesario, hago presente mi
derecho a debatir en un pugilato en el que, como una amiga días atrás, me veo
involucrado y salpicado y aunque tampoco lo pedí, sí me meto por dos razones:
primero, Erasmo es un amigo cuya suerte me es enormemente cercana, hace varios
años que conozco de los recovecos de su (nuestra) difícil existencia. Segundo,
compartimos espacios de creación humana y política en las discusiones y
hermanamientos de la Cátedra Haydeé Santamaría (CHS) y el Observatorio Crítico
(OC). Por ello, y aunque no conozca a plenitud –pero sí adecuadamente- su
pensamiento me planto a su lado como ente protagónico, no seguidor, en el duro
batallar de la política cubana actual.

Sin embargo, no voy a plantear consideración alguna sobre sus
trabajos publicados en Havana Times (HT) ni sobre lo que Ubieta ha expresado
pertinente apuntar sobre ellos, aunque derecho a ello me sobre. Eso se lo dejo
al propio Erasmo, si tiene a bien hacerlo, consciente de su capacidad
cognoscitiva y humana para desenredar entuertos que otros se desvelan en tejer.
Concentraré mis opiniones en aquellos planteamientos más generales de Ubieta y
Pérez –y gracias a esto van indirectamente algunas ideas respecto al diferendo
Ubieta-todo el que esté en su contra- que considero centrales en sus dos últimos
escritos aparecidos en el blog personal del primero. Y subrayo la palabra “personal”
pues esa es la primera de las consideraciones que deseo presentar aquí: Ubieta
considera que aquel es su blog, lo cual más allá de cualquier válido sentido de
pertenencia, se conecta con otra palabreja –seguidores- y de ahí surge un
planteamiento crucial dentro de su weltaangschung (¿se escribe así?) trópico-estalinista.
La idea modernista-razonadora-estatista de la vanguardia privilegiada e
iluminada, con la cual ha comulgado toda la tradición socio-comunista desde el
siglo XVIII hasta nuestros días.

Y es lógico entonces por ese camino llegar a lo que desde un
primer momento Ubieta considera el sumun de la práctica política, la toma del
poder. No me voy a extender en un análisis filosófico sobre estas cuestiones,
muchos autores lo han hecho ya y mejor que yo. Solo me interesa apuntar algo,
esa dirección a la que apunta la evidente posición de Ubieta está siendo
transcendida ampliamente desde la segunda mitad de la pasada centuria y en los últimos
veinte años se han llegado a conocer ampliamente movimientos políticos que
comulgan con una filosofía más emancipadora y generadora de posiciones más
horizontales que la que venimos citando. Valga recordar las luchas selváticas
del Ejercito Zapatista y las fajazones de los Foros Sociales iniciados en
Davos, hasta la desconcertante movilización de los nuevos españoles.

Entonces, podríamos llegar a una segunda idea que conecta con la
pregunta del millón levantada por Ubieta: hay variadas formas de lucha
anticapitalista, de eso no hay dudas ya; y el socialismo tradicional –ese que
le encanta blasonar a Santos Pérez- es otra más dentro de ella que, sin
embargo, ha demostrado ser una de las más conservadoras precisamente por
componer un aparataje conceptual que no presenta contradicción alguna al del
andamiaje capitalista: ambos se construyen a partir de la concepción
verticalista y escalonada de la sociedad, en cuyo pináculo se concentraría toda
la fuerza “proveniente” de aquella. El Estado es, entonces, a la sociedad, lo
mismo que las vanguardias y líderes a los grupos sociales. La lucha política,
por lo tanto, sería el esfuerzo de un grupo iluminado por concentrar las
representatividades de la masa que lo sigue, muchas veces ciegamente, de eso se
trata la cosa.

No busco etiquetar las ideas de Ubieta como él desea que se
haga. No voy a decirle que está equivocado, le diré que tiene puestas las gafas…
y no se las quiere quitar, porque es cómodo tenerlas puestas. Eso es lo que
provoca la posición iluminada del que se cree líder y cree tener seguidores. Y
al final, esa posición es difícil de abandonar, de ahí salen también los burócratas
–seudolíderes que ante todo ansían mantener cotos de poder para satisfacer sus
designios. Pero no estamos escribiendo aquí de burocracia, no directamente al
menos.

Entonces, la pregunta del millón: ¿qué posición adoptar ante el
gobierno cubano? Primero, aclarar que prefiero el término Estado pues Gobierno,
es sólo una parte de aquel. Entonces, ¿mi posición ante el Estado cubano? Pues,
la misma que la que planteo ante cualquiera de ellos: son la más peligrosa y
elevada consecuencia del poder social y como tal hacia allí se deben dirigir
todas las luchas políticas, incluso aceptando su existencia táctica. Y aclaro:
esto último no quiere decir que esté de acuerdo con la falacia del Estado
proletario –pues sólo a un iluminado-vanguardista-poderoso-estalinista se le
puede ocurrir que el individuo proletario desprovisto de poder político quiera
construir otro Poder que lo siga manteniendo de esa forma. Ello sólo puede
provenir de ese iluminado que se cree con el único poder del mundo… como Ubieta
y Santos, que consideran que es el Estado cubano el único poseedor de la única forma
de lucha anticapitalista en este mundo.

¿De qué otra forma pensar cuando el primero espeta frases como “…defendemos
al gobierno que representa la alternativa anticapitalista…”, “… Derrocar al
Gobierno cubano no es hacer ninguna revolución, es la manera más expedita de aniquilarla”…?
Los subrayados son míos y no creo estar sacando nada de contexto, esas frases
hablan por sí mismas aún solas. Hay otra: “Yo creo que la Revolución tiene un
Contrapoder en esta pequeña isla; mientras que la Contrarrevolución tiene el
Poder en casi el resto del mundo”. Como bien leí en otro lugar, este mesianismo
político, que errónea y fatalmente podría ser buscado en Martí, no representa
otra cosa que lo mismo que piensan los que escriben los libretos del Noticiero
Nacional de Televisión cubano, o sea, todo el mundo está en contra nuestra,
nosotros somos los poseedores de la Espada del Poder, y los cielos y rayos
saben que estamos decididos a defenderla. Yo preguntaría a Ubieta: ¿quién puede
afirmar que el derrocamiento o sustitución del Estado cubano significa la
muerte de La Revolución? ¿Quién puede decir que un Estado socialista o
comunista es garantía contra la acumulación, originaria o no, de capital y de
poder, incluso contrarrevolucionario? ¿Acaso el Estado cubano ha sido garantía
de la sobrevivencia revolucionaria o contra la creación de posiciones
antiobreras o antipopulares?

Y aquí me detengo entonces en algunos planteamientos de Santos Pérez.
El espacio de HT se dedica a la crónica socio-política de la sociedad cubana,
no al manido seudoanálisis de los des(a)tinos estatales norteamericanos y
europeos. El espacio no se titula World Times o Las Arenas de los Países Bajos,
entonces, refiérase si quiere al citado Noticiero Nacional de TV. Se trata de
explicarse la realidad cubana, desde dentro y fuera de Cuba… para reflexionar
sobre otras existen otros espacios.

Segundo, tomo nota de la supuesta “omisión” en los análisis producidos
tanto por el OC, como por sus anarcos protagonistas en HT, de la crítica
anticapitalista. Refiérase Pérez, de nuevo, al blog común, solidario y autogestionado
–nada de mío, ni seguidores, ni de conectividad regalada- del OC en el cual
puede encontrar todo lo que desee y se le ocurra sobre lucha anticapitalista y
socialista. Pero, además, ¿acaso la critica “anticapitalista” que pregona los
beneficios de las sociedades venezolana, boliviana, ecuatoriana… ¡china!…,
lideradas por Estados del más puro corte liberal y, en el caso chino, burócrata
contrarrevolucionario antiobrero; acaso esa crítica es la que desea Pérez que
aparezca en los análisis del OC? Bueno, esa no la va a encontrar, desde ahora
se lo aseguro.

Esa crítica es la que se ocupa de esconder, ya lo sabemos, los
males de la Cuba nuestra actual. Y no es que queramos ver más manchas que luz
solar… es que ya casi no hay luz en un lucero que quiso ser sol. “La demoledora
visión de la burocracia, el planteamiento de una revolución cubana nueva para
derrocarla, los llamados a la participación popular y a la democratización…”,
estas ideas de Pérez no son más que destellos de esfinges que no buscan otra
cosa que confundir y apartar a los obreros y gentes trabajadoras de Cuba de un
camino que se está opacando cada vez más por una realidad de funcionarios
corruptos, población envejecida y desencantos. ¿Qué aparato estatal y/o
burocracia permite demolerse a sí mismo(a)? ¿Desde cuando el Estado cubano está
hablando de “nueva” revolución? Si Pérez admite que existe burocracia, ¿quién
sino el aparato estatal actual –el mismo de siempre- ha permitido su
empoderizacion? ¿De qué llamados a qué participación popular y democratización
está hablando si todos los cambios actuales están siendo manejados a la
velocidad y dirección que el Estado considera imprescindible, sin siquiera
haber preguntado a nadie, como toda vanguardia iluminada hace?

Si en un momento determinado la lucha general del OC cuenta
entre sus elementos con la batalla por el apoderamiento de la información en
Cuba –eso es lo que esta sucediendo, gústele o no a Pérez- a través de Internet
u otras herramientas, ello no significa que esta sea la esencia de la primera.
Como tampoco significa que entender tácticamente la práctica de Yoani Sánchez y
considerarla positiva en los marcos que benefician a la sociedad cubana en
conjunto –no teniendo en cuenta sus tangenciales posiciones derechistas o
favorecedoras del Estado y políticas norteamericanos y sus adeptos en la isla;
ello no significa que estemos de acuerdo con sus bases de actuación ni la
apoyemos desde nuestros espacios. ¿Acaso Santos Pérez no acusó recibo de la
posición del OC ante las “invitaciones” de la SINA? Amén del estilo de redacción
que haya tenido la nota socializada, es más que evidente la negativa rotunda a
dejar que ese espacio sea convertido en palito barquillero o motivo de
chanchullo, por quien quiera intentarlo. Entonces, ¿a qué viene esa directa de
Pérez de que “el Observatorio salió corriendo a preguntar por la libertad de
Internet”, “solidarizándose” con Yoani y vinculándose con designios que van en
contra en primerísima instancia de las esencias del espacio? ¿Acaso Pérez y
Ubieta no pueden encontrar otros motivos para tratar de atacar y calumniar a
nuestros puntos de debate y lucha que los consabidos y evidentemente no
completamente trascendidas rayaduras de disco de la ingerencia extranjera?
Invito, mejor, exijo a Pérez que presente pruebas concretas de un posible
acercamiento en 2009 o 2010, o cuando fuere, a las posiciones de Yoani Sánchez
o de cualquier miembro de la “disidencia” o instituciones de derecha en Cuba.

Esta posición de Santos Pérez me hace vincularla decididamente a
las mesiánicas posiciones de Ubieta, cuando consideran que sólo una forma de
lucha, la del Estado histórico cubano desde 1959, es la ideal o única en la
batalla mundial y cubana contra el capitalismo. Los “instrumentos atesorados
por la izquierda tradicional”, esos que Pérez considera los caballos de batalla
de la Izquierda, esos no son los que utiliza el OC. Y menos sus miembros
anarcos: ¿Quién ha visto un anarquista defendiendo al capitalismo y haciéndole
señas a sus baluartes ideológicos? Pérez confunde –porque quiere, porque está
convencido de ello- la lucha contra el Estado, el capitalismo, el socialismo
burocrático, y a favor del socialismo libertario o emancipatorio, con la
alineación al camino capitalista pues considera al “Estado socialista” como el único
poder contrario a su “par dialéctico”. Entonces, según él, lo que no va con el
Estado socialista, va con el capitalista. Ello, sin entrever que Estado es el
mismo póngase el sayo que se ponga y sus prácticas seguirán siendo las
tradicionales, “izquierdistas” o no. De ahí su hermanamiento litúrgico y
elevado con Ubieta, los únicos que pueden opinar sobre el posicionamiento ante
el Estado cubano y su única y mundial ¿lucha? contra los demonios del capital.