Con crisis o sin ella, los fallecidos en el trabajo son una lacra del mercado laboral que pervive. En 2008, a un ritmo de casi tres al día, murieron 1.089 personas durante su jornada laboral o en el trayecto, 78 menos que el año anterior, según el avance del Ministerio de Trabajo. En conjunto, la siniestralidad laboral mejoró un poco el año pasado. El número total de accidentes con baja laboral (1.739.765) descendió un 2,1%.
A priori este es un buen dato, que continúa la trayectoria mantenida en los últimos años, pero se ensombrece cuando se desagrega la cifra y se observa que los muertos en jornada laboral fueron 831, cinco más que el año pasado pese a la menor actividad económica. El descenso procede de la mejora en el trayecto al trabajo o viceversa, que se cobró la vida de 258 personas, 83 menos.
La lectura negativa del aumento de los fallecidos durante la jornada laboral llega porque se da en un año de intensa caída de la actividad económica y deterioro del mercado laboral, que cerró 2008 con una destrucción de 620.100 puestos de trabajo.
Esto se notó levemente en la construcción. Murieron 263 personas, 15 menos que en 2007. Pero esta bajada y la de la agricultura (en la que murieron 74), fue compensada con creces por la de la industria (167) y los servicios (327), donde aumentó la cifra de fallecidos.
En otro ámbito del mercado laboral, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, se mostró dispuesto a renovar el pacto que guíe la renovación de convenios colectivos en 2008, si bien con un calendario abierto. El pasado viernes, los sindicatos, tras una reunión con la patronal fijaron, un plazo máximo de una semana.
De hecho, fuentes sindicales aseguraban que el próximo sábado, de no mediar un compromiso claro por parte de la patronal con la renovación de este acuerdo, habrá una presentación pública por parte de UGT y CC OO en la que se fijarán los criterios para la negociación de los convenios colectivos durante 2009.
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