Ayer viernes, a las 19:30, tenía lugar en el Ateneo de Madrid un acto organizado por la Fundación Aurora Intermitente en conmemoración del 30º aniversario del primer mitin anarquista después de la dictadura : el del 27 de marzo de 1977 en San Sebastián de los Reyes.
Ayer viernes, a las 19:30, tenía lugar en el Ateneo de Madrid un acto organizado por la Fundación Aurora Intermitente en conmemoración del 30º aniversario del primer mitin anarquista después de la dictadura : el del 27 de marzo de 1977 en San Sebastián de los Reyes.
El acto, especialmente emotivo, contó con una nutrida asistencia de compañeros y compañeras de las distintas organizaciones del movimiento libertario, en un ambiente de sincero compañerismo y satisfacción por estar allí presentes celebrando nuestra historia común.
La presentación corrió a cargo del compañero Eloy Martín, de la Fundación Aurora, que justificó este acto conmemorativo en la necesidad de que las distintas organizaciones que se reclaman libertarias «hagamos cosas juntos», ya que nuestra lucha es la misma y tiene el mismo objetivo : cambiar la realidad para hacer posible ese mundo nuevo que todos y todas llevamos en nuestros corazones. En ese sentido, el de seguir tendiendo puentes entre las organizaciones, anunció el próximo proyecto de la Fundación Aurora Intermitente : la celebración de unas Jornadas Libertarias para octubre de este año.
Tras la presentación, qué mejor forma de comenzar un acto de estas características que con poesía, para alimentar al espíritu y hacernos volar. Eso fue lo que consiguió un compañero que subió al estrado y nos recitó un poema, aunque más que de un recitado cabría hablar de una escenificación en toda regla, dado el derroche de expresividad de que hizo gala, muy aplaudido por todos y todas.
A continuación tomó la palabra el periodista Moncho Alpuente, que enhebró su intervención en clave personal, contándonos su experiencia en el Movimiento Libertario de la época. Definió la Transición como el gran robo de la dignidad de un pueblo, el tránsito de un régimen a otro con un barniz diferente, pero en el que realmente poco cambió. En esta época, comentó, el anarquismo aparecía como lo más cercano ideológicamente a un sector de la juventud que se sentía, de forma natural, activo y antiautoritario. El problema era que resultaba difícil contactar con las organizaciones. «Nadie te dice dónde te tienes que apuntar a la CNT o a la FAI. No aparecían en la guía de teléfonos», bromeó, provocando las risas cómplices del público asistente. Alpuente terminó su intervención haciendo una convencida defensa de la utopía, que todos los allí presentes compartimos. «El mal menor nunca es deseable. Lo peor que se puede ser en esta vida es pragmático, porque ser pragmático significa renunciar a todo lo que piensas», concluyó.
La siguiente en intervenir fue Ana Sigüenza, tesorera de la Fundación Anselmo Lorenzo, que también orientó su intervención en clave personal, contando sus vivencias y visión de la época desde la perspectiva que le han dado estos treinta años que han pasado desde el mitin de 1977 y ofreciéndonos algunas anécdotas.
Cerró el turno de intervenciones Javier Souto, sociólogo y miembro de la Fundación Aurora Intermitente, que definió el mitin de San Sebastián de los Reyes como una «gran fiesta después de largos años de lucha», algo que resulta perfectamente visible a la hora de contemplar las imágenes del mitin y comprobar el ambiente reinante aquel 27 de marzo. Souto cerró su intervención hablándonos de la campaña que se hizo en aquella época por la derogación de la Ley de Peligrosidad Social.
A continuación, se apagaron las luces y empezó la proyección de un DVD creado especialmente para el acto, recopilando todas las imágenes (fijas y en movimiento) que se han podido conseguir del mitin. De estas imágenes llama poderosamente la atención la ilusión que se puede ver en los rostros de los y las que estaban allí ese día, que, tras años de dura lucha y salvaje represión, se enfrentaban a un futuro que percibían como lleno de posibilidades. Posibilidades que, en gran parte, difuminaría esa monumental engañifa que conocemos como «La Transición».
Durante la proyección de las imágenes, la emoción asomaba claramente en los ojos de muchos de los y las asistentes que estuvieron en San Sebastián De Los Reyes aquel día de marzo. Paralelamente, otro sector del público presente en el Ateneo, que aún no habían nacido o eran bebés entonces, salió de allí con las pilas bien cargadas, pues habían reconocido esa ilusión que se veía en las miradas de los asistentes al mitin como la misma que anida en las suyas propias. Hoy, en marzo de 2007, no hemos perdido esa ilusión. Actos como éste confirman que el Movimiento Libertario goza de buena salud y que, digan lo que digan, somos muchos más de lo que pensamos. La lucha sigue, queda mucho trabajo por hacer y seguimos adelante, paso a paso, hasta el horizonte y más allá.
Salud, compañeros y compañeras. Sigamos caminando todos y todas de la mano. Nos vemos en las Jornadas de octubre, si no antes.
Fuente: Roberto Blanco