La causa abierta contra los responsables de la página web de películas gratuitas EliteDivx por presunto delito contra la propiedad intelectual ha sido sobreseída por el Juzgado de Instrucción nº 4 de Cartagena. La web tenía enlaces a programas de intercambio de archivos P2P, utilizados por Emule, BitTorrent o KaZaa.

La causa abierta contra los responsables de la página web de películas gratuitas EliteDivx por presunto delito contra la propiedad intelectual ha sido sobreseída por el Juzgado de Instrucción nº 4 de Cartagena. La web tenía enlaces a programas de intercambio de archivos P2P, utilizados por Emule, BitTorrent o KaZaa.

No hay delito ni daño directo, ya que los imputados “no intervienen directamente sobre las obras, salvo en lo tocante a actuaciones de tipo técnico y de control, y no obtenían una ganancia directa proveniente del acceso a la página web o de las obras que serían intercambiadas”, sentencia el juez, que concluye que los acusados, que fueron denunciados por las principales sociedades de gestión de derechos de autor, no tenían ánimo de lucro. Como en otras sentencias, el juez considera que no es delito la intermediación en la comunicación pública de obras a través de Internet sin autorización de los titulares de los derechos de propiedad intelectual.

Según la Asociación de Internautas, esta página informaba a los usuarios sobre enlaces presentes en las redes P2P y se financiaba mediante publicidad. “Esta sentencia descarta lógicamente el ánimo de lucro de la publicidad porque se actúa como intermediario entre el programa de descarga y el usuario”.

Pese a las reiteradas sentencias en contra, las patronales del sector siguen con su ofensiva contra los creadores y gestores de este tipo de software. Tampoco es casualidad que un día antes de la sentencia Promusicae denunciara a Pablo Soto, creador de los sistemas P2P Blubster y Omemo. También la web wikisubtitles ha sufrido amenazas.

Viendo este “frente”, lo que buscan con toda probabilidad es intimidar, meter miedo ante demandas millonarias y crear sensación de que el P2P se encuentra fuera de la ley y es perseguido.


Fuente: Carlos Bahillo