El día 20 de este mes de Noviembre el Sindic de Greuges (defensor del Pueblo en Cataluña) reconoce públicamente la sensatez de las demandas realizadas hasta la fecha a las Administraciones pertinentes en relación al tema del amianto en el Municipio de Castelldefels.
Cuando los trabajadores de Correos y Telégrafos empezamos a ahondar sobre este grave problema de salud no podíamos prever su magnitud. A nuestros diez afectados había que añadir otros muchos, estos sí claramente relacionados con estas fibras (enfermos de asbestosis, mesotelioma y cáncer pleural), ¿y qué se había hecho por ellos ? Nada, absolutamente nada. Puede parecer increíble pero esta es la realidad : los ex- trabajadores de Rocalla o bien morían en silencio o no podían levantar la voz por que simplemente se estaban ahogando.
Tras conocer un gran numero de casos acompañados de situaciones familiares deplorables el Colectivo Ronda (Asesoría Jurídica Laboral) interviene reclamando las compensaciones económicas que correspondan obteniendo hasta la fecha unos resultados muy por debajo de los esperados. Es decir, a pesar de la claridad de las demandas presentadas, los Tribunales se obstinan en no reconocer la enfermedad laboral amparándose en los diferentes grados de incapacidad, en todo caso vuelva usted mañana, cuando lo suyo no tenga ya remedio.
Salud Laboral por su parte amplia el seguimiento de la salud a los ex-trabajadores de la Rocalla este pasado Febrero quince años después del cierre de la fabrica,un poco tarde atendiendo a la prohibición absoluta del amianto en el 2002.Pero esto no es todo a estos afectados directos hay que sumar los indirectos o sea personas que no trabajaban en este tipo de procesos de producción pero convivían con el amianto ya sean familiares o vecinos.
En Cerdanyola, donde se ubicaba Uralita SA, se ha presentado la primera demanda de víctimas pasivas actualmente admitida a tramite en Madrid. El impacto de este tipo de empresas como no podía ser de otro modo también ha pasado factura al medio ambiente generando toneladas de tierras contaminadas, y para muestra un botón, 4.000 m3 de lodos amianticos detectados a unos 200 metros de nuestra Oficina, cuya limpieza generara un gasto público de 1.500.000 euros.
Actualmente el mayor riesgo de nuevas emisiones de fibras en la atmósfera radica en las tareas de demolición y reforma . Existe un Real Decreto que regula estas actuaciones pero si no se confecciona un censo de edificios que contengan fibrocemento difícilmente se podrá garantizar el cumplimiento de la ley, más aún teniendo en cuenta que su retirada y posterior deposito en vertederos autorizados encarece los costes finales.
Con todo el panorama no es muy halagüeño, esperamos contribuir con nuestro pequeño granito de arena a que a partir de ahora la gestión del problema sea asumida con mayor rigor y seriedad. Si el mal ya esta hecho hay que subsanarlo en la medida de lo posible y pedir responsabilidades a aquellos que aun sabiendo que amianto y cáncer estaban relacionados ya desde los años 60 del siglo pasado, bien por ignorancia, codicia o inercia lo obviaron, se enriquecieron o lo consintieron.
Fuente: Laura Martín – Correos Castelldefels