CUANDO a los guiris les dé por la petanca, ¿en donde meteremos tanto campo de golf ? Andalucía practica el motocultivo industrial de los green y Benalup que antes fue de Sidonia y siempre fue Casas Viejas no iba a quedar al margen de ese fantasma que recorre el mundo y al que llamamos turismo de calidad : en abril, Ecologistas en Acción denunciaba que el nuevo plan local de urbanismo apostaba por un crecimiento desmesurado de la superficie urbanizable en torno a varios campos de golf para turistas de alto poder adquisitivo. Más de lo mismo, a pesar de la pertinaz sequía : desde la Costa del Golf (sic) malagueña a la Bahía de Cádiz, el único refrán posible es el del vivo al hoyo. Pero, en Benalup, hubo muertos. La diñaron 22, en el año 33, en tiempos de Azaña : la familia de El Seisdedos, con María Silva La Libertaria emprendieron una huelga que había sido desconvocada y la autoridad incompetente les apioló al grito de «ni muertos ni heridos, tiros a la barriga».
Desde antes de la independencia municipal de Casas Viejas, tanto su actual alcalde, Paco González Cabañas, como otros hijos de la transición local, han intentado tributarle memoria y justicia a aquellos antepasados. Pero ahora la CNT ha puesto naturalmente el grito en el cielo por la próxima apertura de un hotel de cuatro estrellas que llevará el nombre de La Libertaria, con un espacio para restaurantes, en donde espero que no lleguen a servir ensaladas Bakunin o un fumée de Kropotkin con salsa Durruti. Los promotores han elegido para ese proyecto el mismo solar donde se levantaron aquellas chozas proletarias cuando Casas Viejas ardió como Mississippi, un trienio antes de que lo hiciera el resto del país. A la historiografía derechista que ahora se pregunta si la guerra civil no se inició con la Revolución de Asturias del 34, habría que plantearle, puestos a ello, si más bien no comenzaría todo con aquel asesinato masivo y gaditano.
A partir de ahora, la palabra «utopía» será el nombre de una suite. Toda una metáfora de los tiempos que corren. Habrá que cambiarle la letra al himno anarquista : Negras tormentas agitan los cielos,/ nubes oscuras nos impiden ver el hoyo 18./ A las barricadas revolucionarias por el triunfo de Tiger Woods. No sólo olvidamos la historia y estamos condenados a repetirla, sino que la devaluamos y estamos condenados a manipularla : allí mismo, hace tiempo, un pastor lanzaba cubos de agua sobre el tajo de las figuras para que los visitantes pudieran apreciar con mayor nitidez sus trazos prehistóricos. Claro que, lo mismo, cualquier día los huéspedes verán junto al rush donde crezca la mala hierba el perfil de un viejo con la boina calada que les mirará fijamente y se desvanecerá en la calle que lleve desde el tee al green. Los jardineros no entenderán de donde surgen esas extrañas banderas negras junto al búnker y lo que es peor, cuando el Severiano Ballesteros de turno pida la madera, lo mismo el caddie levantará el puño para gritarle : «Ni Dios ni Amo». Justicia poética, ya saben.
Par : Cecilio
Fuente: Juan José Téllez / Diario de Sevilla