El Roto publica un vocabulario figurado de "sátira deformante"


  •  "Mi trabajo no es pesimista", declara el dibujante Andrés Rábago

    El dibujante El Roto (Andrés Rábago, Madrid, 1947) presentó ayer el libro Vocabulario figurado (Círculo de Lectores), en el que recoge 220 dibujos publicados en 2004 y 2005 en EL PAÍS. Una selección de los originales se expone en el Centro Cultural Círculo de Lectores (O’Donnell, 10, hasta el 29 de enero). "El trabajo de la sátira no es equilibrado, es deformante", declaró el autor de El pabellón de azogue y El libro de los desórdenes.

    El Roto publica un vocabulario figurado de «sátira deformante»

  •  «Mi trabajo no es pesimista», declara el dibujante Andrés Rábago

    El dibujante El Roto (Andrés Rábago, Madrid, 1947) presentó ayer el libro Vocabulario figurado (Círculo de Lectores), en el que recoge 220 dibujos publicados en 2004 y 2005 en EL PAÍS. Una selección de los originales se expone en el Centro Cultural Círculo de Lectores (O’Donnell, 10, hasta el 29 de enero). «El trabajo de la sátira no es equilibrado, es deformante», declaró el autor de El pabellón de azogue y El libro de los desórdenes.

    «Hipnosis : manteneos alerta, pero convenientemente dormidos, dormidos… dormidos…». «Empresas : cuanto más opacas se vuelven las empresas, más transparentes hacen sus sedes». «Monterroso : en cuanto despertamos, el dinosaurio dejó de estar allí». Los dibujos de El Roto / Andrés Rábago aparecen reunidos como un diccionario, con términos que suelen estar en el propio texto de la viñeta. Los originales ofrecen también los tonos de las tintas, pequeños collages y algún arrepentimiento.

    Los dibujos son el resultado de la reflexión de la lectura de los periódicos y de las imágenes de los fotógrafos. «Mi única fuente de información es la prensa escrita. No tengo televisión y la radio me parece insuficiente para saber lo que ocurre. En la prensa podemos saber algo de lo que pasa, a pesar de las deficiencias. Mi trabajo en un periódico es un pequeño cuadradito, apartado de las páginas importantes, pero es más que suficiente. Lo importante es estar», declaró.

    Rábago / El Roto considera que «un dibujo nunca resume una situación compleja», por ejemplo no puede situar la cuestión educativa. «Un dibujo no abarca más que un fragmento pequeño de las cosas, un fragmento caracterizado, modificado, un ángulo visible. El trabajo de la sátira no es equilibrado, es deformante. Las imágenes o las ideas no deben ser contradictorias, tienen que tener una idea común».

    Rábago aclara la lucidez y el pesimismo del mundo de El Roto. «El texto de un dibujo dice que la lucidez es un trastorno que se puede curar. Lúcidos somos todos y forma parte de nuestro sistema de pensamiento, que está muy deformado. Mi trabajo no es pesimista. Intento poner de manifiesto lo que creo que son las cosas. Además, creo que representan a una colectividad que se siente identificada o que canaliza a través de tus trabajos el pensamiento de una parte de tu generación. No es un trabajo personal, es colectivo, responde a las preguntas de la gente. La sátira tiene mecanismos de lenguaje para poder decir las cosas incluso en situaciones difíciles. Se pueden decir todas las cosas con inteligencia, sin ser acusado de terrorista».

    El Roto se refirió a cuestiones laterales que pueden aparecer en sus dibujos, como su postura frente a la televisión, «uno de los instrumentos más poderosos para construir nuestras falsas identidades, que podemos eludir apretando un botón», o la política. «Creo que la política mete demasiado ruido, que nos impide ocuparnos de nuestro propio pensamiento. Para bajar el nivel de ruido he adoptado una posición de alejarme lo más posible de opinar sobre lo que otros opinan. Pocos dibujos tratan o reflejan personajes públicos, salvo Aznar y Franco, por razones históricas, o mejor prehistóricas, se merecen ese puesto de honor ya que no son coetáneos».

    «Pongo ejemplos a no seguir», indica El Roto sobre los personajes que aparecen en sus dibujos. «La sátira crea una imagen. Es un mecanismo complejo, que también llega a crear una contraimagen. Si lo tomas al pie de la letra tienes la complicidad del lector. La ironía, sarcasmo, broma, juego, forman parte de los mecanismos de la sátira».

    El autor de Vocabulario figurado niega que sus viñetas tengan poderes curativos. «Los enfermos se sienten menos solos. Es una labor de acompañamiento a los afligidos. Yo no necesito terapia. Creo que estoy bien, y se nota que lo paso bien. Me gusta dibujar y me gusta pensar. Me resulta muy complicado hablar con gente que está pensando mucho. Tenemos otros mecanismos de información que no son sólo pensamiento. A veces las mejores ideas no parten de la información de los medios, sino que parten del silencio, que es donde mejor brotan los pensamientos eficaces. En el barullo es más complicado».

    Los dibujos del libro han sido seleccionados por el escritor Felipe Hernández Cava, quien comentó que el autor «trata de restituir a las cosas el nombre que se merecen y dar fuerza y vigor a la imagen gráfica, para desandar de forma orgullosa parte del camino hacia la indiferencia».

    Pensar en imágenes

    El escritor y académico Luis Goytisolo, es el autor del prólogo del Vocabulario figurado de El Roto, que aceptó «por amistad y admiración». «Su obra es una forma de pensar en imágenes, donde la palabra cobra importancia que no tiene en ningún otro dibujante». Aplica términos conceptuales a los personajes (empleados, hombres de negocios, niños, ancianos) que aparecen en las piñatas, junto con las palabras para dar un conjunto «más atractivo y fértil». En su texto, Goytisolo señala que la mezcla de ingenuidad y maldad, de piedad y horror es muy semejante en Goya y en El Roto, además de un rasgo más específico : «El carácter inequívocamente hispánico de la realidad representada». Añade que estas «breves fábulas de contenido moral» invitan a la reflexión.


    Fuente: F. SAMANIEGO / EL PAIS