La explotación, el despotismo, las brutales desigualdades, no son maldiciones bíblicas irremediables a las que tengamos que resignarnos. Son prácticas humanas, ruines políticas del poder que regula cíclicamente su dominación. Hoy asistimos a uno de esos ruines bajonazos del sistema, nacional e internacional, que muestra la cara oculta de la globalización neoliberal. Más de dos millones de familias españolas están atrapadas en el piramidal timo de la hipotecas. Pretendían hacer realidad el derecho constitucional (artículo 47) a una vivienda digna aprovechando la facilidad de préstamo (el 70 % del crédito financiero es inmobiliario) y se han encontrado con una losa que puede condenarles a cadena perpetua. No sólo casi no pueden pagar la subida continua de los intereses, sino que las casas que adquirieron en plena burbuja inmobiliaria están devaluándose al ritmo que aumentan sus deudas con bancos y cajas (el 44,8 % de la renta disponible de las familias : unos 600.000 millones de euros, en su mayor parte “dinero traído del futuro por la juventud”, en el argot de los nuevos usureros). Toda una generación entrampada y engañada, mientras las entidades financieras contabilizan beneficios siderales (en el primer semestre de 2007 un 20,4 % más que en el mismo periodo del 2006) y los constructores, los promotores y los políticos corruptos que hicieron posible el maná de las recalificaciones de suelo a golpe de maletín miran para otra parte.
¿Se urgirá una responsabilidad política y penal sobre los verdaderos culpables de este horror económico que se avecina ? De ninguna manera si la gente -¿existe la gente o sólo somos especímenes ?- no toma conciencia de la gravedad de la situación, del atraco perpetrado, y no se moviliza. Es más, a tenor del conformismo reinante, todo parece estar atado y bien atado para que otra vez -como el felipismo con la reconversión industrial, aunque entonces hubo dos huelgas generales- la izquierda política y sindical gestione la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. De momento, pretenden sacar a bolsa una parte del dinero de la caja única de las pensiones para inyectar liquidez al sistema. O sea, utilizar el dinero atesorado durante generaciones para sanear las cuentas de los gánsteres financieros (a algunas empresas del entorno deportistas de élite y actores ponen cara publicitaria : Alonso, Pau Gasol, Imanol Arias, etc.). Nuestros oligarcas saben que en estos casos el mejor derechazo se da siempre con la izquierda. Toca repetir el modelo de la transición, cuando vía Pactos de la Moncloa y otros trucos, la izquierda cargó aquel marronazo en el haber de las víctimas.
Estamos en plena involución, aunque la vuelta de la barbarie de ETA a los titulares permita solapar la realidad de triste balance. Un descarado ZP, tras un inicial periodo de encantamiento social para narcotizar al personal, ha iniciado la marcha atrás. Tras burlar a quienes le auparon a la secretaría general del PSOE cuando el derecho a decidir de los catalanes se concretó en un Estatut progresista ; permitir la amputación democrática que significó la laminación de ANV ; pactar con la derecha nacionalcatolicista más cerril en Navarra, haciendo un corte de mangas al sentir mayoritario de la izquierda ciudadanía ; aceptar que en el feudo socialista de Castilla La Mancha se desprecie la educación para la ciudadanía y se imposibilite el aborto terapéutico en la sanidad pública, promueve una redefinición de la rancia identidad de España como si de una nueva “unidad de destino en lo universal” se tratara. Todo ello en un contexto político de impostura moral y cinismo público que lleva a antiguos presidentes del Gobierno (servidores del Estado) a postrarse a los pies del gran capital : el ex abogado laboralista González como edecán del multimillonario mexicano Carlos Slim (2ª fortuna mundial) y el ex inspector de Hacienda Aznar como alto representante de un fondo de capital riesgo ubicado en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. Por no hablar de afamado “falangista-peronista” Juan Carlos Rodríguez Ibarra en el patético rol de comentarista rosa de Tele 5.
¿Y qué decir de la política europea pivotando sobre ese macarra de bolera que está “comprando” al PSF anunciando la buena nueva de la castración química -voluntaria, eso sí, como dictan las normas democráticas de pitiminí- para pederastas y la invasión de Irán tras su visita al ex alcohólico Bush ? ¿Será Irán el otro 11-S que permita ocultar la recesión hacia donde parece caminar la economía de Estados Unidos ? ¿En qué altar de la patria colocaran nuestros líderes políticos, para el memorial de esta civilización, su olvido del clamor social a favor de una constitución europea más social rotundamente expresada en sendos referendos ?
La propiedad es el robo, decía Proudhon, y ahora millones de españoles atrapados en el toco mocho del pisito en in-cómodos plazos lo están sufriendo en sus propias carnes. Tremenda lección de economía mafiosa ésta que usa los fondos estructurales de la Unión Europea en hacer carreteras e infraestructuras para que al negocio inmobiliario privado le salgan gratis sus urbanizaciones. Para la ONU, somos el primer narcopaís del mundo en cuanto a consumo de cocaína y blanqueo de su dinero, y según Balzac detrás de cada gran fortuna hay un gran crimen… Saquen las consecuencias. Por primera vez desde el año 2002 la esperanza de vida en España ha descendido.
La credibilidad política está por los suelos. Hoy el sistema es un estanque de ranas donde croan los esclavos del pensamiento único. Y las finanzas, despojadas ya de ese glamour mediático del capitalismo popular, devienen en puro horror económico. No ofrecen ni confianza ni esperanza. Lo que subsiste es virtual, sucedáneo, cutre, banal, insignificante y falso. Pero contra lo que pudiera parecer no son tiempos de zozobra. Cuando la hoja de ruta de la crisis amenaza saltar de las pateras al umbral de los adosados, ya sabemos que hay cosas que no valen lo que cuestan. Estamos solos. ¡Por fin ! Ha llegado la hora de movilizarse y gritar que pues vivimos anunciamos algo nuevo. Frente al caos provocado desde el poder, organicemos la anarquía. La máxima expresión del orden. La auténtica democracia.