MOSCU.- Lleva 35 años sacando los colores al Kremlin. Bautizado por sus muchos seguidores como el pintor del pueblo, Serguei Bocharov plasma en sus cuadros el pálpito anarquista de quienes lo perdieron todo en la ruleta rusa de las privatizaciones tras la desintegración soviética.
Autor de mordaces sátiras al óleo de los políticos rusos, es aclamado por miles de admiradores y censurado por los galeristas
MOSCU.- Lleva 35 años sacando los colores al Kremlin. Bautizado por sus muchos seguidores como el pintor del pueblo, Serguei Bocharov plasma en sus cuadros el pálpito anarquista de quienes lo perdieron todo en la ruleta rusa de las privatizaciones tras la desintegración soviética.
Antítesis del manso retratista de corte sometido al gusto del zar, Bocharov desmaquilla al poder y expone sin tapujos su visión descarnada de los líderes y oligarcas de la era poscomunista, una casta de « ladrones » y « sanguijuelas » que « robaron todas las riquezas del país que pertenecían al pueblo », recalca el pintor a EL MUNDO.
Visto por sus incondicionales como una suerte de Robin Hood del arte, Bocharov aspira a vengar el latrocinio postsoviético a punta de pincel. « En mis cuadros trato de transmitir la esperanza de que algún día triunfará la verdad », sentencia.
En Lección de anatomía del doctor V. V. Putin, su último y más polémico lienzo, Bocharov disecciona con punzante ironía el ascenso al poder del presidente ruso Vladimir Putin. Arracimados en torno al cadáver lívido y decapitado del ex presidente Boris Yeltsin, los oligarcas que formaron parte de su estrecho círculo de poder -capitaneados por Boris Berezovski- entregan a Putin en bandeja la cabeza de su predecesor. Inspirado en Lección de anatomía de Rembrandt, el cuadro no deja títere con cabeza. Junto a los hombres de negocios, puede verse en actitud condescendiente al populista alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov o al mentor de la ruinosa privatización de los 90, Anatoli Chubáis. « He pintado este lienzo según las leyes de la logia masónica. Distribuí a los personajes siguiendo la forma de la estrella satánica, con la punta superior hacia abajo », explica el pintor siberiano ante el nutrido grupo de espectadores que copa la sala 10 de la Casa de los Pintores de Moscú, frente al parque Gorki. « Les pinté con ropaje occidental para mostrar que no tienen la intención de hacer nada para el pueblo ruso », explica ante su gente. Siempre tumultuosas, sus exposiciones violan la cuota mínima de silencio que exige la contemplación artística. Aplausos, risas y peticiones desesperadas de autógrafos rodean al pintor, que relata como si fuera un guía los misterios de sus alegorías paródicas, recreaciones de composiciones bíblicas y costumbristas. Los espectadores menos nostálgicos del pasado se quedan a cuadros ante los iconos irreverentes de Bocharov. « ¡Este pintor es un cretino ! », grita una mujer escandalizada.
Metido en el papel de bardo ante su público, Bocharov recupera el fin didáctico y narrativo del arte medieval de los retablos o del cartelismo soviético. « Tras la revolución de 1917 no hubo ni un solo cuadro de género que relatara de manera realista la verdad de lo ocurrido. Para que eso no vuelva a pasar, he decidido ilustrar en mis cuadros los sucesos que rodean mi vida creativa », explica Bocharov.
Orgulloso de haber recibido encargos de Versace, Paco Rabanne e incluso de Elton John, Bocharov se muestra agradecido con la crítica occidental. « Europa me aprecia y Europa nunca se equivoca, porque allí no contemplan mi obra con prejuicios políticos », dice.
Pese a que Bocharov ha sido avalado por la crítica internacional -que ha premiado en varias ocasiones la técnica paisajística de sus estampas venecianas-, Rusia nunca le ha premiado y los marchantes rusos no quieren verlo ni en pintura. El artista reconoce sentirse presionado en un país donde muy pocos osan criticar a la autoridad. « El alcalde Luzhkov me privó de mi estudio. Simplemente destruyó la casa donde lo tenía. La casa pertenecía a la alcaldía y él trasladó a los inquilinos a otros lugares, menos a mí », explica indignado a este diario. « Además, la Administración del presidente presiona a todas las radios y televisiones para que no reflejen mis exposiciones », añade. A Bocharov le ha costado seis años poder mostrar sus cuadros en la Casa Central de los Pintores, el templo expositor por excelencia desde los tiempos de la URSS.
Entre los cuadros paródicos que más revuelo han causado destacan Llegaron los grajos (en el que un centenar de periodistas rusos da rostro a una nube hitchcokiana de grajos), Cirrosis de hígado (en el que Yeltsin sostiene un vaso de vodka en la mano) o Aparición ante el pueblo. En este último lienzo de 3×6 metros fechado en 1988 aparecen los cuerpos desnudos de Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin retozando junto a ministros y oligarcas en un mar de escurridizos dólares que hacen las veces de oportunas hojas de parra.
Resumen de su visión crítica de los « mierdócratas » -como apoda Bocharov a los burócratas- el cuadro titulado Matrimonio desigual (1989) representa la interesada boda a lo Moratín entre Bush padre y Rusia, dibujada en forma de jovencita. « En 1989 preví que la URSS se iba a descomponer y por eso la joven aparece con el vestido nacional ruso », afirma el pintor, de pelambrera y alma rebeldes. Profundamente religioso, Bocharov atribuye a su pintura un poder premonitorio que -asegura- se ha revelado en repetidas ocasiones. Además de la citada predicción del fin de la URSS, la premonición más sonada la plasmó en 1981, cuando pintó al secretario general del PCUS Leónidas Breznev saliendo de su despacho del Kremlin. Detrás de la puerta entornada por el jerarca comunista, podían verse en penumbra dos retratos, uno de Gorbachov y otro de Yeltsin.
LO DICHO Y HECHO
« En mis cuadros políticos reflejo la opinión que tiene el 80% o el 90% del pueblo ruso »
1953 : Nace en Bagán (Novosibirsk). 1970 : Expone su primer cuadro.1970-80 : Se gradúa en la Escuela de Arte de Krasnodar. Se forma en París y San Petersburgo. Trabaja como pintor-decorador para 18 películas. Da clases en el Instituto de Cine de Moscú. Años 90 : Sus obras son adquiridas por museos y colecciones de Alemania, Noruega, Japón, Corea, Francia, EEUU e Italia. 2004 : Expone en la Casa Central de los Pintores de Moscú.
DANIEL UTRILLA
El Mundo