Este punto contó con el apoyo de 34 diputados, los que suman todos los grupos pequeños. El PSOE, sin embargo, sí aprobó la otra parte de la proposición en la que se establece el compromiso de "iniciar las acciones necesarias que permitan la anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido" Companys y la "rehabilitación pública del honor" de este hombre "mediante la celebración de un solemne acto de desagravio en el Castillo de Montjuïc", en Barcelona. El PP se abstuvo en esta segunda parte de la moción de ERC, después de criticar sus argumentos.
El grupo socialista contó ayer con el apoyo del PP para rechazar una parte de una proposición no de ley de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en la que se pedía a «la instituciones del Estado español» que «demanden perdón a los descendientes familiares del presidente [de la Generalitat en 1939] Lluís Companys y al pueblo de Cataluña representado por sus instituciones nacionales».
Este punto contó con el apoyo de 34 diputados, los que suman todos los grupos pequeños. El PSOE, sin embargo, sí aprobó la otra parte de la proposición en la que se establece el compromiso de «iniciar las acciones necesarias que permitan la anulación del consejo de guerra sumarísimo a que fue sometido» Companys y la «rehabilitación pública del honor» de este hombre «mediante la celebración de un solemne acto de desagravio en el Castillo de Montjuïc», en Barcelona. El PP se abstuvo en esta segunda parte de la moción de ERC, después de criticar sus argumentos.
El larguísimo debate sobre la rehabilitación de Companys y la recuperación de la memoria histórica en general, en el que intervinieron todos los grupos, se centró en un punto fundamental : la consideración o no del régimen democrático como una continuidad del franquismo, ya que no se han anulado sus leyes. El diputado de ERC Joan Tardá, que comenzó su discurso en catalán, señaló que «sólo en la excepción española las calles están dedicadas a aliados de los nazis, se rinde culto al fascismo, Azaña no tiene un monumento en Madrid, y sobrevive el Valle de los Caídos, la vergüenza de la Europa democrática».
Para corregirlo, ERC y los demás grupos pequeños exigían que el Gobierno pida formalmente perdón por los crímenes del franquismo, y en particular el de Companys. «La demanda de perdón no lleva a ninguna parte», señaló el socialista Daniel Fernández. «La democracia española asume los daños del franquismo, pero no puede asumir que es culpable por ellos, porque ni es ni puede sentirse heredera del régimen franquista», aunque reconoció que la «transición no llevó luz a algunas zonas oscuras», como la recuperación de la memoria histórica y el trato dados a las víctimas del franquismo y sus familiares.
El diputado del PP Jorge Fernández, catalán como la mayoría de los intervinientes, se confesó «profundamente entristecido» por el debate, que le pareció «una recuperación de las dos Españas». «Con este espíritu no se hubiera aprobado la Constitución de 1978, que ERC no votó», concluyó. Su tesis consiste en que durante la transición «una generación renunció a legítimas reclamaciones» para desterrar el odio y seguir a Azaña cuando pedía «paz, piedad y perdón».