madrid. El juez Baltasar Garzón acudirá hoy por última vez -antes de viajar a Nueva York para impartir clases durante nueve meses sobre temas relacionados con el terrorismo- a la Audiencia Nacional, un lugar del que dice que no se va "con mal sabor de boca". Sobre la mesa ha dejado la propuesta de que una "comisión de la verdad" investigue los crímenes que se cometieron durante el franquismo, algo que no le parece demasiado acertado al Partido Popular.
Los populares no ven muy acertada la intención del magistrado de constituir una «comisión de la verdad» sobre los delitos de la dictadura
madrid. El juez Baltasar Garzón acudirá hoy por última vez -antes de viajar a Nueva York para impartir clases durante nueve meses sobre temas relacionados con el terrorismo- a la Audiencia Nacional, un lugar del que dice que no se va «con mal sabor de boca». Sobre la mesa ha dejado la propuesta de que una «comisión de la verdad» investigue los crímenes que se cometieron durante el franquismo, algo que no le parece demasiado acertado al Partido Popular.
El secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, dijo ayer a este respecto que la iniciativa no le merece una valoración «demasiado positiva». Garzón, según una entrevista a la agencia Reuters que recogió ayer el periódico Abc, considera que «hubo excesos y auténticos crímenes contra la Humanidad en los primeros años de la dictadura y es necesario en algún momento establecer una comisión de la verdad, al menos para establecer qué sucedió y dejar al descubierto esta parte de la historia de España».
Elorriaga indicó que le parece «un tanto cansado que un magistrado instructor de la Audiencia Nacional sea un protagonista de la acción política española constantemente».
El secretario de Comunicación del PP opinó que «no es su papel» y agregó que «no deberíamos los demás contribuir a dárselo».
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) valoró positivamente las intenciones del juez Garzón. La ARMH solicitó hace casi tres años la creación de la citada comisión al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con sede en Ginebra.
De momento, Garzón se marcha a Estados Unidos. «No me voy sacudiéndome el polvo de los zapatos», afirma el magistrado en una entrevista concedida a Efe, en la que dice que ETA «nunca ha tenido intención de negociar, sino de imponer» y señala, en vísperas del primer aniversario del 11-M, que relacionar a esa banda con los atentados de Madrid es «cuando menos un atrevimiento y cuando más una negligencia».
Su libro Un mundo sin miedo, publicado por la editorial Plaza Janés, se ha situado en pocas semanas entre los más vendidos en España, circunstancia que atribuye en parte a «alguna publicidad complementaria», en referencia al intento del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, de denunciarle por presunta revelación de secretos.
El juez afirma que no se siente maltratado, algo que podría desprenderse de la lectura de su libro. «No, no, de verdad que no. No hay ningún resquemor ni ningún dolor, no me voy sacudiéndome el polvo de los zapatos. La Audiencia Nacional es mi casa, seguirá siéndolo y como en todas las casas hay discrepancias».
Sobre la postura del anterior Gobierno en la guerra de Iraq y su relación con la posibilidad de que la retirada de las tropas diluya la amenaza de nuevos atentados islamistas, Garzón advierte que no hay que hacer análisis simplistas . «El terrorismo islamista ya estaba arraigado en España antes, aunque probablemente no se le prestó toda la atención que ahora se ha desvelado que debería haberse hecho, sobre todo porque se estaba mucho más atento al terrorismo de ETA, por razones obvias».
Garzón tomará hoy declaración como imputados por un delito de integración en ETA a los diputados de Sozialista Abertzaleak Joseba Permach y Joseba Álvarez.
Fuente : Agencias