Al igual que en su momento el movimiento 15M apostó por la formación de asambleas en los barrios y pueblos de nuestro país, ahora ha llegado el momento de dar un paso más, el paso más importante en la auto-organización social, constituyendo también asambleas en la empresa, en los centros de trabajo y en el mundo laboral en general.
Extendamos la epidemia democrática también al mundo laboral.
Una reivindicación fundamental de nuestro movimiento es la lucha por una democracia real y participativa, donde los ciudadanos pasemos de ser objetos a sujetos, de mercancía a ciudadanos activos. Y cuando hablamos de democracia y participación no sólo nos referimos a lo político, sino a todos los ámbitos sociales, incluyendo el laboral. La democracia real y la vida participativa también deben estar presentes en el mundo laboral.
Extendamos la epidemia democrática también al mundo laboral.
Una reivindicación fundamental de nuestro movimiento es la lucha por una democracia real y participativa, donde los ciudadanos pasemos de ser objetos a sujetos, de mercancía a ciudadanos activos. Y cuando hablamos de democracia y participación no sólo nos referimos a lo político, sino a todos los ámbitos sociales, incluyendo el laboral. La democracia real y la vida participativa también deben estar presentes en el mundo laboral.
La lucha obrera y sindical en nuestro país. Vaya panorama…
En nuestro país sólo un 17% de la población activa es miembro de algún sindicato; esto nos indica que quienes llevan el peso de la lucha por los derechos de los trabajadores son una pequeña minoría. Además, los dos sindicatos que aglutinan a más afiliados están secuestrados por una jerarquía burócrata, y en ellos la mayoría de sus afiliados no son requeridos para cumplir un papel participativo, sino para ser un número más en sus censos. El resto de la fuerza laboral, alrededor de un 83%, no pertenece a ninguna organización sindical, y están al margen de cualquier organización que luche por sus derechos.
Este panorama en el ámbito laboral es una mala caricatura de lo que pudiéramos llamar democracia. Y la gravedad de la actual situación de paro, subempleo, trabajo en negro, precariedad, pensiones insuficientes, alargamiento de la edad de jubilación, el porcentaje de muertes en el trabajo, etc., es consecuencia directa de la falta de democracia, desorganización y domesticación de la lucha obrera.
Asambleas del 15M en centro de trabajo
El capital utilizado para la especulación procede del esfuerzo del trabajador; las reservas del Estado con las que se pagan sueldos a políticos o subvenciones a sindicatos se han recaudado de la riqueza creada por el trabajo. No vienen de otro sitio. No hay magia, ni nuevas formas misteriosas de crear riqueza, sólo nuevas formas de aumentar la explotación del trabajador.
El sistema capitalista no puede sostenerse sin la explotación del trabajador, de quien obtiene la savia que le hace sobrevivir, crecer y expandirse. Eso es lo que lo hace fuerte y débil a la vez, porque a la vez que crece y se expande, empobrece y hunde a la clase social que le da sentido. Es la lucha de la clase trabajadora lo que lo puede tumbar, ya que esta clase es, a la vez, la que lo sostiene.
El movimiento 15M ha roto esquemas y ha dado esperanzas a millones, desplazando a la apatía y la desilusión; y esto es sólo el principio: las cosas están cambiando y podemos cambiarlas aún más Si queremos construir una sociedad mejor, con justicia social, debemos dar el salto fundamental a la organización y lucha de los trabajadores.
Esa es la gran bestia para el sistema: que en las empresas, centros de trabajo y mundo laboral en general, comiencen a germinar y extenderse asambleas de trabajadores, esto les causaría auténtico pavor, porque significaría que el pueblo trabajador comienza a auto-organizarse en sus centros de trabajo, sin el control de gobiernos, partidos, patronal, medios de comunicación o cúpulas sindicales.
Es el momento de aprovechar esta coyuntura inédita, esta efervescencia popular nacida del 15M, para comenzar la ruptura con el dominio sobre la clase trabajadora.
Esto sí supondría el principio de un cambio real.
El cambio ya ha comenzado.
Desde el movimiento 15M ya han emergido algunas experiencias en este sentido, y ya han surgido algunas asambleas en centros de trabajo, como la de Investigadores del CSIC, la asamblea de trabajadores de la Biblioteca Nacional de España, Asambleas de parados, o la actual movilización de profesores de la Comunidad de Madrid.
Estos ejemplos eran desconocidos para nosotros hasta hace poco, y es probable que además de éstos existan más iniciativas en este sentido. Es una labor fundamental de todos darlas a conocer para enriquecernos, tomar ejemplo, ganar experiencia y provocar una retroalimentación que nos dé fuerza en nuestro desarrollo.
Otras formas de organizarse.
Según la realidad de cada trabajo o cada empresa, así deberán organizarse sus trabajadores; la flexibilidad es la filosofía de este movimiento y no pondremos corsés al lugar o las formas en las que germinen las asambleas. Por ejemplo: una asamblea de trabajadores de Carrefour Granada, una asamblea de pescadores de la cofradía de Carreira-Aguiño de Galicia, o una asamblea de funcionarios de la Consellería d’ Educació de les Illes Balears, son posibilidades para aquellos que tienen bien definida su vida laboral, una clara conexión con su centro de trabajo.
Sin embargo, nuestra sociedad es más compleja y en nuestro país no todos los que trabajan lo hacen permanentemente en la misma empresa u ocupación. La realidad neoliberal nos muestra un escenario de precariedad laboral, trabajo temporal, constante rotación de los trabajadores, idas y venidas desde el contrato al desempleo. En definitiva, una mezcla de temporalidad y paro no asociada con una empresa determinada.
¿Cómo organizarnos en esta situación? Apuntamos dos sugerencias.
Por un lado, se nos presenta la realidad de los parados de larga duración o trabajadores en precario sin profesión definida, que requeriría de las asambleas de parados/precarios (que ya han surgido en algunos lugares de nuestro país), donde se tratarían, entre otros, el problema del paro y la precariedad estructural.
Por otro lado, tenemos la realidad de trabajadores con una profesión concreta pero en continua temporalidad, saltando de contrato temporal a contrato temporal, o de chapuza en chapuza, pero siempre en un mismo oficio. Pudieran ser albañiles, jornaleros del campo, comerciales o camareros. Para ellos vemos más apropiado un modelo mixto, que combine su enraizamiento por localidad con el de su profesión. Por ejemplo: Asamblea de albañiles de Utrera o asamblea de comerciales de Vallecas.
Asambleas de trabajadores en conexión con las de barrios y pueblos.
No se debe pensar que la formación de asambleas en los centros de trabajo puede debilitar o dividir las asambleas de barrios y pueblos. Simplemente se propone apostar por la organización de los cientos de miles de asalariados que simpatizan con este movimiento, ampliando así los espacios de participación ciudadana para poder intervenir en los problemas que les atañen, ya sea en su barrio o en su centro de trabajo.
Apostamos por una fuerte interconexión entre todas las asambleas: las asambleas de trabajadores no deben estar desconectadas del resto de asambleas, ya sean de otros trabajadores o de zona (barrios y pueblos). Todas deben tejer conjuntamente la red que forma el movimiento, en continuo apoyo y desarrollo mutuo, dando músculo a esta gran marea de protesta y movilización que define al 15M. De la misma manera que para impedir desahucios han colaborado en solidaridad distintas asambleas de barrios, para acciones de conflicto laboral organizadas por asambleas de trabajadores también se debe apelar a la solidaridad de otras asambleas, ya sean de trabajadores o de zonas.
¿Sindicalista y a la vez participando en una asamblea del 15M en el trabajo?
De igual manera que nuestro movimiento en los barrios y pueblos convive y con veteranas asociaciones vecinales, en algunos casos con colaboración, planteamos una situación análoga para el ámbito laboral. Debe quedar claro que el movimiento 15M mantendrá su independencia respecto a partidos, sindicatos o asociación alguna. Pero esto no significa que se le deba prohibir la participación en una asamblea a una persona que, a título individual, se acerca al movimiento, por el simple hecho de estar afiliado a uno u otro sindicato. Lo importante es que las asambleas conserven su autonomía y sean soberanas, abiertas, con democracia horizontal y mantengan el espíritu asambleario.
Todo el que quiera participar es bienvenido. Y es nuestro deseo que sindicalistas honestos y combativos se animen a fortalecer este movimiento y ayuden con su valiosa experiencia al establecimiento de asambleas por todo el mapa productivo del país, uniéndose a los trabajadores para desarrollar la lucha trabajadora desde las bases.
Funciones y alcances de una asamblea de trabajadores.
Dentro del amplio abanico de funciones y temas de las asambleas del 15M, las de centro de trabajo o de trabajadores tampoco deben ponerse ningún límite. Hablemos y afrontemos todo lo que sea necesario y hagamos de la política un patrimonio de los ciudadanos. Sin embargo, las asambleas de centro de trabajo estarán vertebradas por un asunto existencial y central para ellas: la situación laboral. Por lo que en sus temas primordiales de discusión se abarcan problemas que van desde las condiciones laborales que hay en nuestro país (reforma laboral, seguridad en el trabajo, jubilación, pensiones…) hasta los problemas concretos del centro de trabajo o de los trabajadores de la asamblea. Y obviamente en su forma de reivindicar y de actuar se hace evidente el cariz obrero. No ser sindicato no impide organizar formas de protesta y de lucha en el trabajo, incluso llegando hasta la propia huelga.
Tenemos que romper con corsés y moldes en el ámbito laboral y no caer en el grave error de pensar que el derecho de organizarse, y luchar en tu empresa no está permitido, o es papel único y exclusivo de tal o cual sindicato. No. Es un derecho ciudadano, de todos los trabajadores y debemos ejercerlo.
¿Y si empezamos ya?
Permítenos que te tuteemos. Sí, nos dirigimos directamente a ti que nos lees: ¿y si hablas con tus compañeros del curro, de profesión o en paro, con aquellos que están cansados de esta situación, que sabes que simpatizan con este movimiento, con esos que han ido a alguna manifestación, o incluso han participado en alguna asamblea del 15M? Por ejemplo en el momento del café, en un descanso, en un hueco… ¿y si les planteas formar una asamblea de trabajadores? ¿Te parece algo imposible? ¿crees que la gente pasa de todo, y no se quiere pringar en estos asuntos? Hace pocos meses nadie daba un duro por la capacidad de respuesta y de movilización del pueblo español. Siendo el país con la tasa de paro más alta de la UE éramos a la vez el menos luchador, el más sumiso. Un país donde todo el mundo iba a lo suyo y nadie es capaz de organizarse y protestar. ¡¡Pues mira lo que ha sucedido, mira lo que es capaz de hacer ese mismo pueblo¡¡ Medio mundo ha puesto los ojos en la revolución comenzada. ¿Te parece entonces utópico que la gente responda y se formen asambleas en los trabajos? Creemos que ya ha llegado la hora de extender la explosión de democracia por el mundo laboral, por puertos y campos, por la administración y centros comerciales, por minas y fábricas, por bares y hoteles, por escuelas y universidades, por obras y talleres, por comisarías y cuarteles. ¿Quién dice que no se puede?
Oye compañera, oye compañero, ¿y si empezamos ya?
Infórmate: http://asambleasdetrabajadores.wordpress.com
Contáctanos: asambleasdetrabajadores@gmail.com
¡Participa!
Facebook: Asambleas de Trabajadores –Toma la empresa
n-1: Asambleas de Trabajadores 15M-Toma la empresa
Fuente: Asambleas de Trabajadores – Toma la empresa