Artículo de opinión de Octavio Alberola y Tomás Ibáñez
Para las generaciones que no tienen la experiencia de la historia, de los cuarenta años de dictadura franquista, es normal que no se interroguen sobre el por qué la «Transición a la Democracia» fue tan «atada y bien atada», como lo deseo Franco, y España sea hoy un país en el que «la España que va a helarte el corazón» sigue condicionando su futuro…
Es normal; pero no debería serlo. No solo porque el conocimiento del pasado es esencial para preparar el mañana, sino también porque ese mañana concierne más a esas generaciones, pues son ellas las que van a vivirlo.
Para las generaciones que no tienen la experiencia de la historia, de los cuarenta años de dictadura franquista, es normal que no se interroguen sobre el por qué la «Transición a la Democracia» fue tan «atada y bien atada», como lo deseo Franco, y España sea hoy un país en el que «la España que va a helarte el corazón» sigue condicionando su futuro…
Es normal; pero no debería serlo. No solo porque el conocimiento del pasado es esencial para preparar el mañana, sino también porque ese mañana concierne más a esas generaciones, pues son ellas las que van a vivirlo.
Es por eso que los que aún quedamos de aquel periodo tenemos el deber de recordar lo que en aquel pasado contribuyó a que la Transición fuese lo que finalmente fue, y que, cuarenta y cinco años después de la muerte (en la cama) del dictador, aún sea una quimera la recuperación de la memoria histórica y que ésta se haya convertido en una farsa institucional.
Un deber, porque, como es bien sabido y lo estamos comprobando, el Poder, todos los Poderes tratan de apoderarse de la memoria y desterrar al olvido las luchas contra la dominación, para construir un relato que sirva a sus intereses. Y eso es lo que esta sucediendo con las leyes de Memoria Histórica o de Memoria Democrática por venir… Como también con todos los festejos y actos memorialistas orquestados desde la institucionalidad de la «coalición progresista».
Estas son la razones de haberse creado la Lista de memoria libertaria de CGT, pues es obvio que no es la Memoria oficial la que reconocerá la contribución de los libertarios a la lucha contra la dictadura franquista. A lo sumo englobándonos bajo el epíteto de «republicanos», para desdibujar el sentido de nuestra acción. De ahí el por qué es tan importante no prestarnos a favorecer la tramoya memorialista oficial.
La memoria y la Asociación 24 Août 1944
Estas consideraciones previas nos han parecido necesarias para dejar clara nuestra posición, en lo que concierne al trabajo de recuperación de la memoria libertaria, y poder abordar en consecuencia el conflicto planteado en el seno de la Asociación 24 Août 1944. Ese conflicto se origina porque, frente a un video -difundido por esa Asociación en la Lista de memoria libertaria de CGT- donde un antiguo compañero -Tomás Marcellán- era presentado como un ejemplo del quehacer libertario, consideramos oportuno recordar en un breve escrito la actitud poco libertaria -al menos para nosotros- de dicho compañero en la expulsión de la CNT exilada de Cipriano Mera y cuantos denunciaban el clima de enfrentamiento creado por el sector esgleista en el Congreso de Montpellier.
Esa breve puntualización suscitó un amplio comentario de los excluidos de la asociación, Frank Mintz y Daniel Pinos entre ellos, aportando mas datos en respaldo de nuestra postura, así como la correspondiente contra replica de la presidenta de la asociación.
Para no «prolongar las discusiones sobre la asociación parisina 24 août 1944 y tampoco entorpecer la Lista del grupo Memoria Libertaria» el compañero Daniel Pinos a enviado una carta a vario/as compañero/as explicándonos el histórico del conflicto en esa asociación.
Pues bien, considerando que la recuperación de la memoria histórica libertaria no debe limitarse solo a los aspectos positivos de las luchas y actividades libertarias sino también a sus aspectos más oscuros que tuvieron un impacto negativo en ellas, tanto en el pasado como en el presente, reproducimos a continuación la carta del compañero Pinos, que nos recuerda los tiempos en que el inmovilismo esgleista prefirió romper el movimiento libertario exilado en sus afán de controlarlo y poner fin a los acuerdos del DI (Defensa Interior):
«Querida compañera y queridos compañeros,
Me gustaría aclarar unas cuantas cosas escritas en la carta recientemente enviada por Véronique Salou y la asociación 24 août 1944 sobre la lista del grupo Memoria Libertaria. En abril de 2019, durante el coloquio de París sobre el tema «Los 80 años de la Retirada», propuse la participación de Tomás y Geneviève Dreyfus-Armand porque no aceptaba un primer proyecto propuesto por Véronique Salou y Aimable Marcellan, en el que los únicos ponentes previstos eran los tres mosqueteros de la ortodoxia cenetista, los tres hijos de dirigentes de la CNT con sede en la rue de Belfort de Toulouse: Aimé Marcellan, Raúl Carbeillera y Francis Pallares. Me apoyaron cuando presente mi contra-proyecto compañeros de nuestra asociación, como Marie-Claude Boj, en nombre de la pluralidad del movimiento libertario. Tomás recordará sin duda el sentido de la fraternidad, del pluralismo y de la diversidad que demostró Aimé Marcellan cuando monopolizó la palabra durante 40 minutos, mientras que Geneviève y Tomás respetaron el límite de 20 minutos.
En nombre de esta pluralidad y para dar una voz discordante al discurso de Dolores Delgado y de los funcionarios del Estado español en la conmemoración de los hombres del Nueve el 24 de agosto de 2019, pedí a Charo que hablara en nombre del grupo Memoria Libertaria. También, porque era importante para mí al hablar de los hombres de la Nueve (una columna que estaba formada esencialmente por anarquistas), que debíamos durante esta conmemoración dar la palabra a los que hoy en día defienden en España la memoria histórica del movimiento libertario. Dejo a vuestra apreciación el pasaje de la carta dirigida a la lista de la Memoria Libertaria-CGT, en la que Véronique Salou acusa Dolores Delgado de haber dicho «burradas», mientras que la misma Dolores Delgado y el Ministerio de Justicia han financiado a alturas astronómicas las actividades de la asociación durante este año de aniversario de los «80 años del exilio español».
Tomás ha sido invitado a la conmemoración de los 50 años de mayo de 68 por la asociación por iniciativa de Marie-Claude Boj y apoyé esta propuesta, al igual que parte de la asociación. Había un problema, es cierto, pero no con respecto a la participación Tomás. Nos opusimos al hecho de que Edgar Morin, el presidente de honor de la asociación 24 août 1944, fuera excluido, sin ningún debate, de esta conmemoración con el pretexto de que apoyaba a Macron. Esto resultó ser totalmente falso. Tenéis aquí la prosa de Véronique Salou para excluir à Edgar Morin del proyecto:
«Hola, no había tenido un análisis tan minucioso de Edgar Morin. No nos arriesguemos a respaldar una política que se está gestando en la extrema derecha y a defender los poderes financieros. Propongo que eliminemos el nombre de Edgar Morin del programa MAYO 68.
Edgar Morin ha financiado la asociación 24 août 1944, siempre ha estado a nuestro lado, ha participado en varias de nuestras reuniones públicas. Lo hizo por lealtad a sus compromisos de juventud dentro de SIA y a su pasado como luchador en la resistencia francesa junto a los republicanos españoles. Todo esto no tiene nada que ver con Tomás.
Las palabras ecuménicas de la carta, que hablan de la ausencia de discriminación y de fraternidad, están muy lejos de los actos cometidos por el clan Salou-Marcellan para expulsarnos de la asociación y tomar su dirección. El hecho de que podamos mantener vínculos con Memoria Libertaria-CGT siempre ha sido algo muy mal vivido por el clan ahora en el poder. Al igual que a principios de los años 2000, cuando la CNT francesa tenía vínculos muy estrechos con la CGT española, gracias en particular a compañeros como Jérémy Berthuin, José Mari Olaizola y Àngel Bosqued, los Marcellan hicieron todo lo posible para romper este vínculo a través de una actitud sectaria y por su deseo de tomar el control de la CNT francesa. Esto lo lograron. Centenares de militantes fueron excluidos o dejaron de militar asqueados por las prácticas del clan, entre ellos Frank Mintz, Bernard Prieur Smester y yo. Los tres hacemos parte de los excluidos.
La asociación nunca forzó las puertas del Ateneo Cervantes de París para la exposición sobre los «80 años de la Retirada», fueron Francisco Martínez y Dolores Delgado quienes las abrieron ampliamente a cambio de dinero y de las genuflexiones del clan Salou-Marcellan. Un ejemplo de genuflexión, cuando Véronique Salou y yo escribimos los paneles de la exposición del Cervantés, omitió de hacer traducir un panel en castellano que yo había escrito sobre la transición en la que denunciaba a los firmantes del Pacto de la Moncloa. La verdad es que esta exposición fue financiada por el Ministerio de Justicia español y que no hay que rascarle las orejas a los representantes del PSOE.
Y para acabar con la cuestión de la «vindicta militante» que habríamos lanzado publicando fotos en las redes sociales, solamente hay que ir sobre el sitio web del Ministerio de Justicia español para descubrir estas fotos. Allí podéis descubrir las fotos tomadas durante la inauguración en Madrid de la exposición del fotógrafo Pierre Gonnord. En medio de los oficiales, se encuentran los miembros de la asociación 24 août 1944 y los representantes del gobierno español. Vemos a Dolores Delgado hablando frente al retrato de Lucio Urtubia, lo que me parece un gran engaño y una recuperación total de nuestro compañero.
Octavio lo sabe, siempre he contribuido a fortalecer los lazos del movimiento libertario francés con la CGT española, dentro y fuera de la CNT francesa. Perdonadme por esta larga misiva, me acusan en el correo enviado por Véronique Salou de difundir mentiras a través de la lista del grupo Memoria Libertaria, simplemente quería dejar las cosas claras.
Un saludo fraterno
Daniel»
No consideramos necesario agregar nada más; por parecernos suficiente con lo expuesto para que cada militante libertario saque su conclusión.
Octavio Alberola y Tomás Ibáñez
Fuente: Octavio Alberola y Tomás Ibáñez