DESPEDIDA leída por su hermano Miguel A. en el crematorio civil del cementerio de la Almudena (Madrid).

A Jesús

Primogénito / Amigo / Compañero / Hermano de aventuras, juegos y militancia.

Nació con la retirada de las cartillas de racionamiento franquista y la muerte de Stalin. Curiosa paradoja que situó su ideología entre esos dos aberrantes regímenes. Ya era libertario sin saberlo.

A Jesús

Primogénito / Amigo / Compañero / Hermano de aventuras, juegos y militancia.

Nació con la retirada de las cartillas de racionamiento franquista y la muerte de Stalin. Curiosa paradoja que situó su ideología entre esos dos aberrantes regímenes. Ya era libertario sin saberlo.

Desde su niñez manifestó una rebeldía innata, quizás provocada por su poliomielitis, contraída en la epidemia desatada en el país a finales de los 50. Una época donde el estraperlo de la penicilina y la mala praxis médico-política, mató a más de dos mil personas y afecta con sus secuelas, hasta hoy, a otras 14.000 vidas. Sin duda la cojera moldeó tu carácter.

En esa rebeldía se conjugó, con otras de tus virtudes, la solidaridad y la amistad. Fuiste uno de los pocos que no ignoraba a los más excluidos. Te recordamos de amigo íntimo del hijo mayor de un portero de la Colonia –sevillano analfabeto con portes de maltratador y padre de familia numerosa-, defendiéndoos como jabatos ante las miradas displicentes de aquellos vecinos de clase media que veían con absoluta inquina que un chico de su clase pudiera ser íntimo de una persona de clase inferior. Lo cierto es que os hicisteis famosos en la Colonia del Hogar del Empleado y de los más respetados de la chiquillería. Y otra paradoja, por tu enfermedad y recomendación médica junto al esfuerzo económico de la familia, te convertiste en el primer chaval con bici de la zona, haciendo del cojo del 4º B el compañero de juegos más deseado.

El barrio, como para muchos de nosotros, fue la Universidad de tu adolescencia y dónde fuiste capaz de forjar más amistades leales e indestructibles al paso del tiempo. Te recordamos, junto a tu queridísimo Anises, cuando aparecisteis una tarde de verano  subidos a una Sanglas y una Montesa Enduro, haciéndonos soñar a muchos con Easy Rider y con escaladas de motocross con pendientes del 25%, aunque nunca supimos ni preguntamos por la procedencia de ambas máquinas.

El fin de los estudios dio pie a los primeros trabajos y estos al contacto con la cruda realidad social, con noviazgos tempranos, boda y paternidad juvenil. Fuiste el primero de la panda que ligó su vida a una mujer. Nuestra más que querida Nati, esa afable gallega que consiguió hacerte un poquito más cercano con las responsabilidades paterno-filiales. Como con la bici, fuiste el primero en tener casa y por supuesto, en convertirla en la polvera y la disco de toda la banda. Lo que nos tuvisteis que aguantar, Gallega y Susana. Desde aquí gracias a las dos por vuestra paciencia. Luego vinieron dos vástagos más, Paloma y Chechu. Pero estos no nos tuvieron que aguantar.

Ah!, también fuiste de los primeros hippies. Alquilando a módico precio casa en la Sierra Norte, zona denostada por las clases pudientes. ¿Quién conoce nombres como Gandullas o Piñuecar?. Pionero del nudismo en los pantanos de Madrid y menos, mucho menos practicante del amor libre, porque en el fondo las chicas aún no eran guerreras.

Jesús, el animador de las fiestas, el cantaor de coplas, el que nos enseñó ‘Ojos Verdes’ sin cesura, el hombre que siempre contribuía a alegrar una reunión aburrida. Aquel que fue capaz de tirarse un pedo sin inmutarse cuando estaba dando el pésame a la familia del cacique del pueblo.

Y Jesús el militante, el creador de modalidades pacifistas de resistencia a la autoridad, aquel que era capaz de tirarse al suelo para que la policía no avanzara con sus cargas. Aquel creador de consignas, como aquella famosa donde defendiendo a un despedido en el Barclays Bank que estaba encadenado en el tejado del edificio de su sede en la Plaza de Colón pidiendo su readmisión y al que acudieron los bomberos para hacerle desistir intentando cortar con cizallas las cadenas. Abajo, desde la acera, se oyó el grito desgarrado de Jesús, coreado por los demás: “bomberos no actuar, conflicto laboral”, haciendo desistir a este Cuerpo de su intervención, aunque no a los bestias de los antidisturbios que nos desalojaron sin contemplaciones.

Jesús, el gran orador ante asambleas masivas de trabajadores de banca, instándoles a luchar por sus derechos, el gran ganador en las elecciones sindicales de su centro de trabajo. Jesús, aquel campeón en cerrar sucursales bancarias en época de huelga, chapándolas una a una, 100 en una noche con su grupo, con el famoso sistema Confederal de grapa en el bombín de la cerradura y chorrito de pegamiento “superglue”.

Bueno estamos llegando a la madurez y ya tenemos un Jesús formado, sereno, templado y curtido, tanto en el debate cómo en sus posiciones políticas y sindicales, no siempre coincidentes con la mayoría, pero que nunca dejaría de respetar.

Jesús, el “bon vivant”, el amante del buen cordero asado churro, del vino, del naipe y de la alegría de vivir. Guilly Mey, O’Gran Chulin o el Bielas, que más nos da. Lo llenabas casi todo con tu tozudez y casi siempre con tu sabiduría.

Las partidas con tus clases magistrales de Mus y las tertulias ya no podrán ser iguales. Tendremos que reinventarnos, nos has partido el corazón, te echaremos siempre de menos, porque además sabemos que no te has ido muy lejos.

Que la tierra te sea leve.

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Amigos y compañeros de la Confederación

 


Fuente: Amigos y compañeros de la Confederación