Tras una sentencia clara de acoso laboral de un superior hacia sus trabajadoras y trabajadores, La Manga Club ha pretendido cambiar de departamento a las personas acosadas, manteniendo en el mismo puesto al acosador.
El pasado mes de enero del presente año, salieron dos sentencias del Juzgado de lo Social número dos de Cartagena por las cuales se condenaba a La Manga Club a indemnizar a una afiliada y a un afiliado de la CGT de Murcia con 6.000 y 3.000 euros respectivamente. El motivo de dicha condena no era otro que la vulneración de derechos fundamentales por acoso laboral de un superior jerárquico hacia estas dos personas.
El pasado mes de enero del presente año, salieron dos sentencias del Juzgado de lo Social número dos de Cartagena por las cuales se condenaba a La Manga Club a indemnizar a una afiliada y a un afiliado de la CGT de Murcia con 6.000 y 3.000 euros respectivamente. El motivo de dicha condena no era otro que la vulneración de derechos fundamentales por acoso laboral de un superior jerárquico hacia estas dos personas.
Desde el año 2012, fueron sometidos a una situación permanente de insultos, vejaciones y amenazas por parte de su superior, el cual era jefe de pastelería y desayunos. El citado jefe les insultaba y gritaba con calificativos despectivos y humillantes. Así, cuando la trabajadora muestra su queja por estar de turno de noche durante demasiado tiempo seguido y con carga de trabajo insostenible el jefe le responde “que tenía que hacerlo porque lo decía él, capullo, y porque le salía de los huevos y diciéndole que, si no le conviene, puerta, y que la va a joder, y si me pongo cabrón vas a ver”. No contento con eso incide en descalificativos extremadamente machistas “las mujeres no valen para nada y que le quitan el puesto de trabajo a los hombres”.
Cuando se pone en conocimiento del comité de empresa la actitud represora del jefe de pastelería y se activa el protocolo de actuación de acoso laboral, él respondió con un aumento de la agresividad y del acoso. Como así consta en los hechos probados de una de las sentencias, en alguna ocasión el jefe de pastelería llegó a amenazar a la trabajadora: “recuerde que tiene tres hijos, que se aplique el cuento, pues al que ponga en peligro su trabajo es capaz de atropellar a sus hijos y dejarlos paralíticos para que sufran todos”
Pues bien, ante esta situación la empresa decide, en un primer momento, cambiar de departamento a las personas acosadas y mantener en el mismo departamento al acosador. Tras varias reuniones con la empresa se ha conseguido echar para atrás, en parte, este atropello. Y decimos en parte porque aunque las trabajadoras y trabajadores afectados se quedaran en su departamento, también lo hará el acosador.
Desde la Sección Sindical de CGT en La Manga Club no damos crédito a la actitud empresarial. La sentencia deja constancia del acoso laboral, tal y como hemos mencionado en párrafos anteriores, pero por si esto no es suficiente, la propia empresa admite en el juicio y así consta en la sentencia, que el jefe actúa de manera inadecuada, alzando la voz utilizando palabras soeces e inadecuadas y que no se trata de situaciones esporádicas, sino que es consustancial con su forma de proceder.
Teniendo en cuenta estos hechos y la manera de actuar de La Manga Club, esta Sección Sindical de CGT interpreta que la empresa tratar de quitarse de encima a determinadas compañeras y compañeros. De lo contrario no se entienden los gritos, amenazas, insistencia en que haces mal tu trabajo, hacerte el vacío, retirarte el teléfono o quejarse porque hablas, no acceder a tus peticiones de vacaciones o permisos, marcarte frente a los compañeros como responsable de que no vaya mejor la empresa, etc.
Las consecuencias de este proceder están claras: incremento desmesurado de las bajas por depresión, por estrés, etc., mal ambiente generalizado, división entre la plantilla, petición –voluntaria o no– de traslados, afectación de la calidad en la atención a la clientela, etc.
Los culpables directos no están tan claros. Hay algunos Jefes (no hacemos generalizaciones) que se extralimitan en sus instrucciones (agobio diario en las llamadas sobre objetivos, infinidad de correos electrónicos instando a conseguir más y más, etc.) y son los responsables de que se traslade esa presión y, ante la falta de medios humanos, cree la tensión. Sin embargo, lo más preocupante es que algunos responsables han empezado a aplicar medidas por su cuenta ante la indiferencia de RRHH y el silencio cómplice de los Jefes. La plantilla ha pasado de ser compañeros y compañeras a ser meros instrumentos de los directivos para aumentar su salario.
Para esta Sección Sindical el diagnóstico también está claro: al represor/acosador hay que anularlo inmediatamente para que no se reafirme y para que no cause daños (la mayoría de las veces serios) a la plantilla que depende de él.
Aunque la Empresa presume de criterios objetivos y de normativa general, los hechos demuestran lo contrario, aunque todavía queremos creer que se respetará un mínimo ético y que cortará radicalmente los abusos que se produzcan.
Sin embargo, y ante la experiencia de los casos denunciados, no estamos dispuestos a esperar indefinidamente a la “moderación y reforma” de los acosadores mientras que la plantilla sigue siendo agredida.
Más allá de la pobreza moral de quien es capaz de obrar de esta manera, esperamos que la dirección actúe en consecuencia, “los trabajadores son el mejor activo de LA MANGA CLUB” y evidentemente es obvio que nunca se han dignado a reflexionar sobre estos temas. Los derechos laborales y la salud de la plantilla son lo primero.
Desde la CGT no vamos a tolerar en ningún caso este tipo de actos y nos reservamos el derecho de realizar cuantas acciones creamos convenientes (incluidas denuncias), tanto a nivel de empresa como personal, hasta que este asunto sea solucionado a nuestra entera satisfacción.
Para más información: Alfonso,
Delegado Sección Sindical de CGT en La Manga Club
Sección Sindical de CGT en La Manga Club
Fuente: Sección Sindical de CGT en La Manga Club