Dentro de poco estará en la calle y en Internet www.nodo50.org/ellibertario el # 56 de El Libertario, vocero de ideas libres y movimientos sociales autónomos en Venezuela y Latinoamérica.

Dentro de poco estará en la calle y en Internet
www.nodo50.org/ellibertario el # 56 de El Libertario, vocero de ideas
libres y movimientos sociales autónomos en Venezuela y Latinoamérica.

Como
un anticipo de su habitual contenido combativo, irreverente y sin
concesiones frente al poder autoritario y la opresión, aquí va el
Editorial :

Todos los analistas medianamente rigurosos coinciden en la alta
vulnerabilidad de la economía venezolana para afrontar las consecuencias
de la crisis económica mundial. La pregunta es obvia : ¿Por qué nuestro
país será uno de los más afectados por los aprietos del sistema
capitalista global, si se tiene una década construyendo al denominado
“socialismo del siglo XXI” ? La respuesta, a su vez, es simple : porque,
contradiciendo discursos y espectáculos, no ha caminado en una dirección
diferente a la globalización economicista que ha primado en las últimas
dos décadas en el planeta.

En efecto, Venezuela ha profundizado el rol asignado por el flujo de
capitales : la venta, de manera “segura y confiable” de insumos energéticos
a los mercados internacionales. De esta manera el país ha incrementado aun
más su dependencia del consumo foráneo de nuestro petróleo, fundamento de
la industrialización y desarrollo que ha cimentado la arquitectura
capitalista planetaria después de la Segunda Guerra Mundial. Es por ello
que en esta vigorización estatal de la extracción minera, las proclamas
incendiarias acerca de la promoción de una economía “endógena” han
mostrado los resultados conocidos, quedando como anécdotas folklóricas
para el divertimento de la población. Es de sobra conocido que cada vez
que el gobierno declara impulsar la “soberanía alimentaria”, aumenta la
cantidad de alimentos importados, cuyo subsidio sólo es posible por la
renta petrolera.

Tras contar con la mayor bonanza económica de las últimas tres décadas, y
prácticamente el control de todo el aparato político e institucional
estatal, el gobierno bolivariano ha sido incapaz de promover
transformaciones estructurales que merezcan a “positivo” como adjetivo,
así como de elevar significativamente –y no solamente por la vía del
consumo, que como sabemos es un indicador capitalista-, la calidad de vida
de las mayorías. Como extensión de los defectos de la democracia
representativa, y no como ruptura, el chavismo realmente existente ha
repetido una tras otra las perversiones de gobiernos anteriores en épocas
de bonanza fiscal : la instrumentación de una amplia red clientelar y
populista, el agigantamiento del aparato burocrático institucional, el
enriquecimiento súbito y grotesco de una nueva burocracia en el poder y el
fomento de la corrupción a todos los niveles de la administración pública.
Y es ahora, en época de vacas flacas, que pesarán los desmanes de todos
los Juan Barreto y Diosdado Cabello que bajo la boina roja parasitan en
ministerios y gobernaciones.

Como ya lo demostró el pacto chavista con Gustavo Cisneros, la crisis
colocará en un segundo plano los enfrentamientos entre poderosos, quienes
conciliarán sus intereses para que el trance sea pagado por l@s de abajo.
El desdibujamiento del espectáculo polarizante brindará una oportunidad
para que oprimidos y oprimidas podamos reconocernos de nuevo peleando por
nuestros derechos, sin la mediatización de los auto-erigidos
representantes mediáticos. En esta necesaria recomposición del panorama
social los antagonismos se encauzarán a su dimensión real : o se toma
partido por gobernantes, patrones y privilegiados o se apuesta por los que
tienen todo por ganar.

En este contexto, el gobierno realiza una agresiva avanzada para afinar
mecanismos de control sobre la sociedad y aumentar su concentración de
poder. Aprovechando la conmoción e incertidumbre originadas por la debacle
económica mundial, la excusa de la crisis le ofrece una oportunidad única
de implementar medidas autoritarias y regresivas en derechos laborales,
sociales y políticos. Como ya se ha dicho antes, la mejor manera de
permanecer orientados y resistir al shock como política de Estado, es
comprender la naturaleza y las causas de lo que nos está sucediendo. Y, en
el caso venezolano, es el agotamiento de un modelo político –el
caudillismo populista, los cambios decretados desde arriba- y económico –
la dependencia petrolera- que lejos de superarse han sido oxigenados por
el llamado “proceso bolivariano”.

Sin embargo, esta encrucijada es también un chance para la transformación
real y profunda de nuestra sociedad. En donde l@s de abajo prescindamos de
líderes providenciales y atajos, para construir poco a poco un vasto
movimiento social, autónomo, beligerante y popular, ajeno de todos los
partidos políticos y órganos del poder. Desmontando una a una las falacias
pseudo-revolucionarias de la nueva burocracia estatal, a la vez que se
rechaza la influencia y accionar de los partidos políticos herederos del
pasado. Reconociendo todos los factores que limitan nuestra superación
individual y colectiva y generando propuestas, no para la toma del poder,
sino para su disolución en el tejido social. Promoviendo experiencias e
iniciativas con las cuales ir generando, aquí y ahora, una cultura
diferente. Tendiendo lazos y puentes horizontales y no coercitivos con
todos los sectores en lucha.

¡Contra la crisis de los de arriba, movilización y hermanamiento de l@s de
abajo !

El Libertario – ellibertario@nodo50.org

www.nodo50.org/ellibertario


Fuente: www.nodo50.org/ellibertario