La enorme crisis que corroe las economías del mundo, inevitablemente, está entre nosotros y el poder ejecutivo nacional no anticipó respuestas para conducir la incertidumbre y la escasez. Después de malgastar fabulosos ingresos durante varios años producto de los altos precios de nuestro petróleo como siempre, los trabajadores/as no mejoramos nuestras condiciones de vida y de trabajo y desde el poder político del Estado y desde las elites económicas continúan asaltando nuestros derechos laborales, flexibilizando las condiciones de trabajo, subcontratando, tercerizando el empleo (miles de contratados y cooperativas) y cercenando nuestra contratación colectiva lo que representa un síntoma inocultable de la crisis, la demagogia y el neolibéralismo salvaje.

La enorme crisis que corroe las economías del mundo, inevitablemente, está
entre nosotros y el poder ejecutivo nacional no anticipó respuestas para
conducir la incertidumbre y la escasez. Después de malgastar fabulosos
ingresos durante varios años producto de los altos precios de nuestro
petróleo como siempre, los trabajadores/as no mejoramos nuestras condiciones
de vida y de trabajo y desde el poder político del Estado y desde las elites
económicas continúan asaltando nuestros derechos laborales, flexibilizando
las condiciones de trabajo, subcontratando, tercerizando el empleo (miles de
contratados y cooperativas) y cercenando nuestra contratación colectiva lo
que representa un síntoma inocultable de la crisis, la demagogia y el
neolibéralismo salvaje.

Al depender sólo del petróleo como principal producto de exportación y
fuente determinante de las finanzas públicas, es inevitable esconder el
impacto de la crisis global sobre nuestra economía, los programas públicos y
privados y lo que es peor las consecuencias de la inflación sobre los
precios de los alimentos y sobre los costos de los servicios básicos
fundamentales, lo que genera deterioro del poder adquisitivo de nuestros
salarios desaparición de nuestros ahorros y una caída masiva del empleo
productivo y digno por la disminución creciente de la actividad empresarial,
el crecimiento violento del desempleo y de la economía informal.

Frente a este escenario los trabajadores y trabajadoras de Venezuela tenemos
dos opciones : permitir pasivos que las consecuencias de la crisis recaiga
sobre nuestros hombros o defender nuestros derechos frente al patrono
público y privado, ante este desafío, el MOVIMIENTO DE SOLIDARIDAD LABORAL
ha decidido levantar su voz desde las bases sindicales con una plataforma
organizativa clasista, unitaria, pluralista, democrática y solidaria y,
convocar a la unidad de acción de toda la clase trabajadora para defender
nuestros derechos y reivindicaciones.

El compromiso es por la unidad posible, la que debe surgir desde los
trabajadores en los centros de trabajo con la participación directa de los
sindicatos y sus dirigentes naturales sin exclusión por colores o siglas.
Hablamos de la construcción de un movimiento que exprese de modo claro y
nítido los intereses de la clase trabajadora y sólo de la clase trabajadora.

El compromiso es por un movimiento autónomo del. Estado, de los partidos y
de los patronos porque la sujeción de las organizaciones sindicales a los
gobiernos de izquierda, .de derecha, de centro o de lo que sea, siempre
termina perjudicando a los trabajadores, sus organizaciones y sus luchas.

No podemos repetir errores, la división de los trabajadores y de sus
organizaciones es uno de los peores saldos de estos largos años de
conflictos políticos. Quebrarle el espinazo a esa división, manipulada por
intereses distintos al de la clase trabajadora, constituye un desafío para
este movimiento. En esta perspectiva queremos reafirmar que los
entendimientos burocráticos sólo en el ámbito de las cúpulas de las
centrales sindicales constituyen prácticas contraproducentes pues sus jefes
más visibles están marcados por la división partidista del movimiento
sindical, por ser operadores políticos, por las descalificaciones y los
desencuentros.

Nuestra estrategia apunta a un objetivo esencial no permitir que el peso de
la crisis que no propiciamos, caiga sobre los trabajadores y trabajadoras y
por el contrario conduciremos nuestra lucha hacia la reivindicación de
mejores condiciones de trabajo y de calidad de vida para nuestras familias
lo que implica demandar y conquistar trabajo decente, estable, bien
remunerado, con salud laboral y adecuada protección social. Queremos
comprometemos ante la clase trabajadora venezolana y ante el país con la
defensa innegociable de la libertad sindical, la negociación colectiva y a
la huelga, derechos consagrados en las leyes, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y en los Convenios Internacionales
ratificados por el Estado.

En la Venezuela de hoy los patronos nos piden más sacrificios, menos
exigencias reivindicativas y hasta la renuncia a derechos laborales y
sindicales, pero esos jerarcas de la burocracia gubernamental, poderoso en
corrupción, o los enriquecidos sectores privados que exhiben groseramente
sus bienes, no asumen ningún sacrificio y son los principales culpables de
la situación que sufren los mas pobres de nuestro país.

El patrono Estado ha llegado al colmo de intentar manipular a los
beneficiarios de las misiones sociales advirtiéndoles que a ellos le faltan
recursos porque se los quitan las demandas de los trabajadores de las
empresas públicas, una mentira que condenamos porque los trabajadores
defendemos las misiones sociales y exigimos que se amplíen y mejoren sin
discriminación alguna al igual que trabajamos para reflotar económicamente
las empresas del Estado para que sean exitosas, garantizar su
autofinanciamiento y evitar que sean una carga para el país.

Ese verdadero rostro oficial se ha expresado en la brutal arremetida contra
la dignidad y los derechos de los trabajadores y trabajadoras del Metro de
Careas, de las empresas petroleras, de las empresas básicas de Guayana, del
sector eléctrico, de la educación, de la administración pública, de la
salud, del transporte y para nosotros es una arremetida contra todos los
trabajadores y trabajadoras de Venezuela y sus organizaciones sindicales.

Es la criminalización de la lucha por nuestros derechos y la militarización
de las relaciones obrero – patronales, mientras se incumple el mandato de la
Asamblea Nacional Constituyente de reformar la Ley del Trabajo, los
servicios de salud son deficientes y de mala calidad, no se aprueba un
sistema de pensiones, existe una mora en la construcción de viviendas
dignas.

Queremos ratificar que los trabajadores luchamos por democratizar el poder
dentro y fuera de las empresas yeso es lo que está en peligro, el derecho a
expresarse con absoluta libertad y a respetar nuestras creencias,
aspiraciones y nuestro patrimonio histórico como clase trabajadora.

No puede haber revolución si todos estos trabajadores y trabajadoras están
afuera y son condenados como enemigos de la patria.

El Movimiento de Solidaridad Laboral hace un llamado a la unidad y a la
lucha juntos. Los trabajadores y trabajadoras de Venezuela tenemos derecho a
vivir mejor, a tener una casa propia, a que nuestros hijos e hijas puedan
tener educación de calidad, adecuada protección social, servicios de salud
pública eficientes y seguridad al salir de las escuelas yen la calle, a
gozar de una pensión digna luego de haber cumplido nuestra vida laboral.

El Movimiento de Solidaridad Laboral asume como eje de su acción la defensa
de la autonomía sindical, el derecho a la negociación colectiva y a la
huelga. Ratifica su compromiso con el diálogo social como mecanismo para
procesar y resolver las controversias laborales y por estas razones hace un
llamado unitario y combativo por la defensa permanente de nuestros derechos.

y en este llamado clasista a la unidad y solidaridad de la clase trabajadora
ratificamos nuestro compromiso de defender nuestro derecho a la contratación
colectiva de los empleados y obreros de la administración pública, de las
empresas del Estado, de los institutos autónomos y en la administración
descentralizada, de todo el sector público y privado y nos comprometemos a
impulsar con acciones concretas el inicio de esas discusiones y la firma
consensuada de todas las negociaciones pendientes para avanzar sin descanso
en la defensa integral de todos nuestros derechos.

Movimiento de Solidaridad Laboral

Caracas, 29 de abril 2009