El juez dejó esta madrugada en libertad con cargos a los cuatro antimilitaristas que bloquearon la salida de un tren con equipamiento del cuartel de la OTAN de Bétera, que partía de la estación de carga de El Grao (Valencia) en dirección al campo de entrenamiento militar de San Gregorio (Zaragoza), donde esta instalación tiene previsto realizar unas maniobras para probar su capacidad para comandar la nueva Fuerza de Respuesta de la Alianza Atlántica para el próximo año, según informaron fuentes de la Campaña Antibase.
Los hechos se produjeron sobre las 18.00 horas de ayer cuando un grupo de antimilitaristas procedentes de diferentes lugares del país advirtieron al maquinista del tren con material militar de que la vía estaba cortada. Al comprobar que el transporte no se ponía en marcha, dos personas se encadenaron con tubos metálicos a los raíles de la vía de servicio que recorría el tren desde la estación de carga mientras que junto a ellos, otros pacifistas desplegaron pancartas con los lemas ’Stop OTAN’ y ’Paremos las guerras’.
La acción, según la misma fuente, no causó ningún daño ni interrumpió la circulación ferroviaria ya que no afectó a otras vías excepto la que estaba usando el tren con material militar. La Campaña Antibase criticó la forma en que los efectivos policiales desplazados a la zona soltaron a los dos pacifistas encadenados en la vía y les acusaron de emplear «maneras brutales que a punto estuvieron de provocar una fractura de hueso» ya que «estiraron del brazo» de uno de ellos «hasta que consiguieron cortar la muñequera y el mosquetón con el que se fija la mano al tubo».
Los dos antimilitaristas encadenados junto con otras dos pacifistas que llevaban las pancartas fueron esposados y conducidos a la Jefatura de Policía, donde permanecieron detenidos durante seis horas. A las 2.00 horas de hoy todos ellos fueron puestos en libertad, acusados de un delito de desórdenes públicos por el que el fiscal solicita un año de cárcel. La vista se celebrará el 3 de noviembre en los juzgados de lo penal.
Según la Campaña, se ha tratado «de una acción de desobediencia civil, pública y no violenta, con la que los pacifistas quieren expresar su deseo de que sean clausurados y devueltos para uso social y ecológico tanto el Cuartel de Despliegue Rápido de la OTAN en Bétera como el resto de las instalaciones militares».
Par : EP