La profesora del IES Pirámide Charo Ochoa cerró las charlas del curso de violencia doméstica organizado por la CGT
HUESCA.- Charo Ochoa, profesora del IES Pirámide de Huesca, se mostró partidaria de redefinir el concepto de “escuela coeducativa” (escuela mixta). Ochoa habló ayer sobre el papel que tienen los institutos en la creación de los esquemas mentales de mujeres y hombres, en un acto enmarcado en el curso titulado “Contra la violencia de género, ¿qué puede hacer la escuela ?”, organizado por la CGT y que ayer completó su ciclo de conferencias. El curso finalizará con una mesa redonda y con la presentación de las conclusiones.
La profesora del IES Pirámide Charo Ochoa cerró las charlas del curso de violencia doméstica organizado por la CGT

HUESCA.- Charo Ochoa, profesora del IES Pirámide de Huesca, se mostró partidaria de redefinir el concepto de “escuela coeducativa” (escuela mixta). Ochoa habló ayer sobre el papel que tienen los institutos en la creación de los esquemas mentales de mujeres y hombres, en un acto enmarcado en el curso titulado “Contra la violencia de género, ¿qué puede hacer la escuela ?”, organizado por la CGT y que ayer completó su ciclo de conferencias. El curso finalizará con una mesa redonda y con la presentación de las conclusiones.

“Que los chicos y chicas compartan clases no significa que aprendan lo mismo”, afirmó Ochoa, basándose en las críticas que algunas corrientes feministas hacen a la escuela mixta. Lejos de abogar por una separación en las aulas por sexos, consideró necesario un nuevo impulso en el modelo coeducativo que se cristalice con la eliminación de “los valores masculinos”, predominantes en el sistema educativo actual en su opinión ; con el objetivo de “avanzar en la igualdad” entre sexos, lo que repercutiría positivamente en la violencia de género.

Ochoa consideró que ese nuevo empujón a la educación mixta se encuentra con varias resistencias. Una es la percepción que tiene la sociedad sobre la educación mixta. Por una parte, un sector de población opina que los cambios de las últimas décadas, como que las chicas sacan mejores notas en general o que ya sean mayoría en la universidad, son suficientes. Por otra, hay ausencia de impulso social a favor del cambio, juzgado como “necesario” por Ochoa. “No existe un grupo de personas que promueva esta reforma, aunque se ve necesaria”.

El gran reto estaría en “el cuestionamiento del modelo de masculinidad hegemónico”. “Hay personas que lo cuestionan pero no son las suficientes”, precisó. Esa reformulación del modelo de masculinidad, explicó Ochoa, aboga por hombres “más sensibles y que den mayor importancia a los sentimientos”, en oposición al actual, en el que la “agresividad” que transmite “puede acabar” en violencia de género.

Los institutos son uno de los muchos sujetos que transmiten el “modelo de masculinidad hegemónico”. La jerarquía escolar (“con muchos más hombres que mujeres”), el lenguaje, las imágenes que se usan en los materiales educativos (“casi siempre de hombres”) o la orientación profesional son varias de las maneras con las que el sistema educativo sigue transmitiendo ese modelo.

Ese hecho supone, en su opinión, que “los chicos, a pesar de tener menor interés como norma general, reciben mayor atención de los profesores” o el aprendizaje de “habilidades sociales diferentes a las de las chicas”. Al pasar al mundo laboral, el menor interés de los chicos y el sacar peores notas “no les pasa factura”, sino que es compensado por esas habilidades sociales aprendidas, a lo que se le une “la discriminación empresarial”. Es una de las causas por las que reclama el cuestionamiento del modelo masculino, para dar con “un punto de encuentro”, en el que la violencia esté “cada día más deslegitimida” y que “fomente la igualdad”.

O. ISARRE


Fuente: www.diariodelaltoaragon.es