Lo que mal empieza mal acaba y las chapuzas del Grupo GSS de nuevo serán examinadas por los tribunales. El Grupo GSS presentó el pasado 14 de abril un expediente de regulación temporal de empleo que afectaba a más de 50 trabajadores/as del servicio de la Oficina de la Vivienda de la Comunidad de Madrid.

Vamos a exponer de manera detallada cuestiones de forma y de fondo de toda esta “negociación”.

Nos vamos a “enrollar” un poco, pero creemos que hay que sacar las conclusiones de todo este proceso porque sin duda quien no aprende las lecciones de la historia está condenado a repetirla.

Para empezar, contaremos que este ERTE se presentó porque el Grupo GSS alegó que la Comunidad de Madrid había tardado en licitar el nuevo pliego porque la Consejería de Vivienda no tenía presupuesto debido a una enmienda parlamentaria de otros grupos políticos.

Vamos a exponer de manera detallada cuestiones de forma y de fondo de toda esta “negociación”.

Nos vamos a “enrollar” un poco, pero creemos que hay que sacar las conclusiones de todo este proceso porque sin duda quien no aprende las lecciones de la historia está condenado a repetirla.

Para empezar, contaremos que este ERTE se presentó porque el Grupo GSS alegó que la Comunidad de Madrid había tardado en licitar el nuevo pliego porque la Consejería de Vivienda no tenía presupuesto debido a una enmienda parlamentaria de otros grupos políticos.

No te fíes de los políticos si no quieres salir escaldado

Como diría el refrán, “los unos por los otros y la casa por barrer”. Realmente el pliego no ha salido todavía pero eso no significa que haya causa productiva y organizativa para mandar tres meses a los trabajadores al paro. Con respecto al tema político, CGT se reunión con el Director General de Vivienda de la Comunidad de Madrid y con los grupos parlamentarios, pero los políticos son políticos y, salvo buenas palabras, no hubo ninguna solución al conflicto, por lo que por esa vía no había ninguna solución. Sí nos sorprende y destacamos la actitud del Director General de Vivienda de la Comunidad de Madrid, José María García, que solo atendió las directrices de la empresa y, cuando esta le pedía un papelito aparecía de manera inmediata y cuando los representantes de los trabajadores le pedíamos soluciones reales se hizo el longuis. Nada que CGT no advirtiera a los trabajadores/as, que los problemas de los trabajadores los tenemos que solucionar los trabajadores porque si esperamos que los solucionen los políticos estamos apañados.

Las trampas de GSS

Cerrado este paréntesis, nos enfrentamos a un expediente en el que la empresa quería que nos tragáramos que no tenía carga de trabajo para que los trabajadores/as estuvieran temporalmente reubicados hasta que saliera el pliego definitivo. La empresa quería una solución fácil, que el Comité de Empresa le firmara un ERTE, mandarles tres meses al paro y ahorrarse los salarios de sus trabajadores/as, pero sin embargo, cuando CGT se puso a ver la documentación presentada al Comité de Empresa y a la autoridad laboral se dio cuenta de que nada de lo que decían se sostenía.

GSS Venture es una filial de GSS que tiene actualmente los contratos del Canal de Isabel II, de la Comunidad de Madrid y de la Oficina de la Vivienda de la CAM, pero GSS Venture en realidad no existe, dado que ni tiene una dirección propia, ni tiene entidad propia real, simplemente a nivel mercantil los trabajadores/as están adscritos a esta sociedad pero en realidad GSS es una única empresa y así funciona en Madrid desde hace más de una década. Esto puede parecer superfluo, pero no lo es, porque la jefa de personal y el director de relaciones laborales que negociaban el ERTE eran los mismos que llevan meses firmando contratos eventuales y centenares de contratos con ETT para realizar trabajos en Madrid. Es absolutamente inadmisible utilizar una fórmula legal como un ERTE, que sirve para las empresas que no tienen capacidad productiva durante un tiempo determinado, cuando simultáneamente se están contratando centenares de trabajadores/as en Madrid de manera precaria.

El desarrollo del período de consultas no evidenció nada más que lo que CGT constató con la documentación inicial. El Grupo GSS quería utilizar al Comité de Empresa de GSS Venture para que firmara lo que ellos querían y ahorrarse el dinero que deben pagar a sus trabajadores.

La legislación dice que durante el período de consultas se debe negociar de buena fe. Lo que CGT encontró en la mesa de negociación por parte de la empresa fue una actitud autoritaria y prepotente de la empresa con afán de imponer su voluntad. La empresa se negó a reubicar a los trabajadores/as pactándolo con el Comité de Empresa, pero cuando quería reubicaba a espaldas de los representantes legales de los trabajadores a quien ella determinaba. Los afectados del ERTE deben ser elegidos mediante criterios objetivos, según los principios de igualdad que marca cualquier procedimiento de este tipo. Sin embargo, la empresa pretendió que aceptáramos que eligiera a dedo a los trabajadores/as afectados, sin aceptar ningún criterio transparente como se le repitió una y otra vez por parte de CGT.

La empresa, a la vez que negociaba el ERTE, seguía realizando contrataciones a través de ETTs y lo único que quería era complementar el dinero que los trabajadores iban a percibir por el paro sin llegar en ningún caso al 100% del salario que habrían recibido por desempeñar el trabajo al que tenían derecho, y cargando a cuenta del paro sus propios costes laborales.

El papel de CCOO y UGT

CGT respeta mucho en todos estos procesos traumáticos la unidad de todas las organizaciones sindicales en defensa de los derechos de los trabajadores/as. En ese sentido no ha habido ni una sola crítica a nadie durante todo este proceso, pero eso no significa que no tengamos ojos y no veamos cómo se ha comportado cada organización sindical y cada delegado/a en este proceso.

Cuando se trataba de luchar contra la Comunidad de Madrid, al igual que la empresa, tuvieron mucha prisa en legalizar paros en el servicio de la Oficina de la Vivienda y reunirse con la Administración autonómica y con los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid. A pesar de que CGT es el sindicato mayoritario, no tuvimos ningún inconveniente en colaborar con las demás organizaciones sindicales sin protestar porque se les había olvidado avisarnos de la convocatoria de la huelga, de la legalización de la concentración y de todos los actos que querían impulsar a la limón con la dirección de GSS Venture.

En todas las reuniones en las que participamos dimos argumentos legales para que el problema se desactivara a este nivel pero a la vez les explicamos a los trabajadores/as lo que pensábamos: que los políticos no iban a solucionar el problema que ellos habían creado y que la empresa realmente estaba intentando utilizar a sus sindicatos para que solucionaran lo que ellos no habían podido solucionar.

Pero este proceso político terminó rápidamente y nos sentamos al principio de las negociaciones del ERTE los sindicatos CGT, CCOO y UGT, en principio con un mismo objetivo: defender los derechos de los trabajadores/as. El papel protagonista de CGT durante todo este proceso fue evidente. Nosotros argumentamos que era inaudito intentar enviar al paro a 50 trabajadores/as, mientras se contrataba masivamente.

Sin embargo, hay una cierta doctrina que siguen en los últimos años estos sindicatos que CGT combate día a día. CCOO y UGT defienden que vale más un mal acuerdo que un buen juicio, o dicho de otra manera, que más vale tragar con las migajas que da la empresa que luchar por la dignidad y los derechos de los trabajadores/as. A espaldas de la mesa negociadora oficial, intentaron la jugada que hacen siempre en estos procesos: llegar a un acuerdo con la dirección de la empresa que ratificara la asamblea de los trabajadores/as afectados. De la noche a la mañana se olvidaron de los principios e intentaron que los trabajadores/as aceptaran una oferta de complementar su salario hasta el 95%.

Cuando ofrecieron esto a la asamblea se olvidaron de los trabajadores/as despedidos del servicio de atención de la Oficina de la Vivienda, se olvidaron de los criterios unilaterales de afectación impuestos por la empresa y, sobre todo, se olvidaron de lo fundamental: que en este ERTE no hay causa, dado que se pretende mandar al paro a 50 trabajadores/as cuando se contrata simultáneamente a 200 a través de ETT. Se las prometían muy felices cuando, sin una razón muy clara, se amplió el último día del período de consultas para plantear a los trabajadores/as la última oferta de la empresa en la sede de UGT. Una encerrona sin duda.

Antes de contar el final de esta historia, recordamos que en el año 2012 GSS presentó en Madrid un expediente de regulación de empleo que afectaba a un grupo de trabajadores/as escogidos a dedo. El ERE no tenía causa real, por circunstancias parecidas a las actuales, pero CCOO intentó la misma jugada entonces: presentó firma de la mayoría de los trabajadores/as afectados para que se firmara el ERE y se validaran las causas de la empresa. Sin embargo, en esta ocasión ni CGT ni UGT cedimos a estas presiones, no tragamos el acuerdo, impugnamos ante los tribunales y el ERE fue nulo (http://cincodias.com/cincodias/2012/07/19/economia/1342677380_850215.html).

Volviendo al 2016 y a la Oficina de la Vivienda, en este caso eran ya CCOO y UGT los que estaban de acuerdo en firmar lo que fuera justificándolo en que así lo querían los trabajadores/as, pero no contaban con que estos estaban muy bien informados por CGT y, sobre todo, tenían una dignidad de la que ellos carecen.

CGT fue el martes 3 de mayo a las instalaciones de UGT a esa asamblea de trabajadores/as por el ERTE, pero prácticamente no habló. En sucesivas intervenciones los trabajadores/as demostraron una dignidad impresionante. Le dejaron claro a UGT y CCOO que no se vendían por esas migajas que daba la empresa y que se ganara el juicio o se perdiera ellos querían luchar por lo que era justo. CCOO y UGT sacaron un comunicado lamentable el día anterior intentando meter miedo a los trabajadores/as y apelando a que tomaran la decisión pensando en “sus circunstancias económicas y familiares” y pensando “si podían asumir el coste que va a suponer un ERTE”. CGT no enturbió ni la asamblea ni el proceso criticando esas intervenciones, pero creemos imprescindible sacar las conclusiones que nos da este proceso.

Los sindicatos servimos para algo, y sin duda gracias a la lucha de muchos compañeros en el pasado disponemos de mucha más información que los trabajadores/as en este tipo de procesos. Nuestra obligación es defender a los trabajadores/as en todo momento y no firmar acuerdos que permitan a las empresas seguir haciendo lo que les da la gana. Que una empresa con beneficios, que está contratando a centenares de trabajadores/as intente hacer un ERTE es absolutamente inmoral, además de ilegal, y eso no es necesario consultárselo a ningún trabajador/a. Hay que tener claros los principios y actuar conforme a ellos. Los sindicalistas tenemos que aprovechar nuestras garantías y toda la información de la que disponemos para que las empresas cumplan la ley.

Roma no paga traidores

Este proverbio se lo deberían aplicar aquellos sindicalistas que creen que haciéndole favores a la empresa les espera un futuro mejor. Llegado el momento el Grupo GSS en este caso, tal y como ha hecho a lo largo de su historia, buscará sus propios intereses (su beneficio económico) sin importarle en ningún caso los intereses de los trabajadores/as que le hacen obtener mes a mes una cuantiosa plusvalía. Nos gustaría que de este ERTE todos aprendamos varias lecciones y por eso hemos explicado en esta noticia todo lo sucedido en este caso. CGT ya ha puesto en manos de su asesoría jurídica la impugnación del ERTE y defenderá hasta el final a los trabajadores/as con todas las herramientas a su alcance.

 


Fuente: CGT-GSS Venture