La sumisa mayoría sindical ha firmado el ERE de Bankia, por el que "se destruirán miles de puestos de trabajo". El coste de este ERE será "a cargo del erario público, como públicos son los 24.000 millones de euros metidos en Bankia" hasta ahora. Y encima, los sindicatos firmantes se jactan de las "bondades" del ERE, argumentando que "ya hay más de 2500 peticiones de bajas voluntarias". Hay que ser cínicos, o serviles, o las dos cosas a la vez, para hacer semejante lectura.

El ERE de Bankia supone un chantaje, para la plantilla. Es «como elegir entre recibir un tiro en la cabeza o un tiro en la rodilla». Y estamos seguros que las personas que prefieren irse «voluntariamente», en su inmensa mayoría, han elegido que el tiro se les dé en la rodilla.

El ERE de Bankia supone un chantaje, para la plantilla. Es «como elegir entre recibir un tiro en la cabeza o un tiro en la rodilla». Y estamos seguros que las personas que prefieren irse «voluntariamente», en su inmensa mayoría, han elegido que el tiro se les dé en la rodilla.

Cuando la acción sindical se desnaturaliza, cuando «los directivos de esos sindicatos acomodados» «asumen», de manera natural, «el papel de colaboradores de los proyectos patronales», y de las privatizaciones de los recursos públicos, como el caso de Bankia, pasan estas cosas. En su día hicieron como que se oponían al ERE, /»ma non troppo»/. No les dio más que para convocar un día de huelga, a dos días de la finalización del «período de consultas», con tan poca convicción que parecía la crónica de una desconvocatoria anunciada, como finalmente sucedió. Cuando se impone la paz social de esta manera, ya sabemos quienes pagan las consecuencias.

El mensaje de estos presuntos sindicalistas ha sido demoledor: sálvese quien pueda. De hecho, en algunas zonas del Estado habrá más peticiones de baja que puestos a eliminar y en otras zonas será al revés. Todo ello genera un caos, donde se impone la arbitrariedad empresarial, sin ningún tipo de cortapisas.*

Pero Balears será uno de los territorios donde la plantilla de Bankia sufrirá más esas consecuencias. Según se van conociendo los datos de las oficinas y puestos de trabajo que piensan eliminar, de las 47 oficinas de Balears cerrarán 29 (un 62%), y de una plantilla de 260 personas, despedirán a 136 (un 52%). Además, la entidad desaparece de Menorca y sufre un recorte de áreas de negocio, lo que induce a pensar en un «traje a medida» de un posible comprador (¿por un euro?).

Debido a la insularidad, en Balears los traslados (se habla de diez, a València) son, de hecho, despidos encubiertos. Todo ello añade más presión, miedo e incertidumbre al conjunto de la plantilla, ante la aplicación de un ERE que, por más que los firmantes saquen pecho, ha dejado al conjunto de los trabajadores y trabajadoras de Bankia a los pies de los caballos, permitiendo a la dirección despedir a quien quiera sin ningún problema, y con el aval de la mayoría sindical.

Según se desarrollan los acontecimientos, *cobran más fuerza las razones por las que la CGT no ha firmado el ERE de Bankia. Además de que el mismo supone la destrucción masiva de empleo, en una empresa de titularidad pública, la forma en que se están desarrollando los acontecimientos nos está dando la razón: la negociación no se debió cerrar sin las medidas de presión que impidiesen que el ERE, al final, fuera un cheque en blanco para los directivos, como así ha sido. Y encima, tenemos que asistir en estos días a una campaña publicitaria de lavado de imagen de Bankia.

Y ahora que? No nos queda otra opción que la de organizarnos y convertirnos en protagonistas de nuestro futuro. No podemos, ni debemos, dejarlo en manos de estos «representantes» que, con muy poca vergüenza, por un parte toman decisiones en los Consejos de Administración de las Cajas fusionadas y, por otra, nos venden una y otra vez, firmando acuerdos como éste. Organización y lucha. No hay otro camino, /*SI NADIE TRABAJA POR TI, QUE NADIE DECIDA POR TI*/. Los que nos quedamos sin trabajo somos nosotros, y solo nosotros podemos parar esta sangría.

Además de la defensa de los derechos de las plantillas, y de los empleos en el sector, en la CGT nos preocupa la dilapidación de enormes cantidades de recursos públicos, en beneficio privado, que se están llevando a cabo en operaciones como la de Bankia. Entendemos que las empresas de titularidad pública, en vez de aniquiliarlas para ser regaladas a la especulación de la banca privada, han de formar parte de una red de banca pública, ética y democrática, al servicio de los trabajadores, la ciudadanía y con fines sociales. Por aquí pasa la posibilidad de librarnos del yugo de los delincuentes financieros que nos gobiernan.


Fuente: SABEI-CGT, marzo de 2013