Las fuerzas estadounidenses han lanzado hoy un intenso ataque contra la ciudad de Faluya, donde han tenido lugar bombardeos aéreos y de artillería pesada. Los marines se han enfrentado con los insurgentes en la ciudad que permanece sitiada desde hace tres semanas.

Las fuerzas estadounidenses han lanzado hoy un intenso ataque contra la ciudad de Faluya, donde han tenido lugar bombardeos aéreos y de artillería pesada. Los marines se han enfrentado con los insurgentes en la ciudad que permanece sitiada desde hace tres semanas.

El corresponsal de la televisión Al Yazira en la ciudad ha señalado que se trata de «un ataque total» centrado en el barrio de Al Yulán, en el que se han utilizado bombardeos de aviones y helicópteros, así como artillería pesada. También se escuchan numerosos disparos de mortero y de ametralladoras, sin que quede claro si proceden de las fuerzas estadounidenses o de los milicianos iraquíes.

Las tropas estadounidenses están utilizando bengalas para iluminar sus objetivos o confundir a sus atacantes, que se suman a los varios incendios desencadenados en el barrio por los bombardeos. Mientras tanto, las mezquitas de la ciudad han comenzado a emitir cánticos religiosos desde los altavoces de los alminares.

Fin del ultimátum

Las fuerzas estadounidenses habían dado un ultimátum que expiraba hoy -después de extenderlo 48 horas- para que los milicianos se rindieran, entregasen las armas pesadas y permitieran patrullas combinadas de policía iraquí y tropas estadounidenses en la ciudad. Los soldados estadounidenses habían repartido hoy panfletos en la ciudad en la que conminaban a los terroristas a rendirse porque estaban «rodeados».

El ejército estadounidense sitió la ciudad de Faluya hace tres semanas, poco después de que cuatro civiles estadounidenses fueran asesinados y sus cadáveres ultrajados por una multitud en la ciudad. Las dos primeras semanas dejaron 600 muertos iraquíes y más de mil heridos, a los que hay que sumar varios decenas de marines estadounidenses muertos. En la última semana se alcanzó un precario alto al fuego que permitió a la ciudad recuperar una relativa calma.