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En noviembre del 200

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En noviembre del 2007 Islandia pasó a ser el país más desarrollado del mundo. El entonces presidente del Fondo Monetario Internacional ( FMI ), Rodrigo Rato, lo alabó como modelo a seguir, un ejemplo del resultado de aplicar todas las recomendaciones económicas emanadas de su incuestionable institución.

Islandia es una nación independiente desde que en 1944 dejó de formar parte de Dinamarca (antes lo había sido de Noruega), con una extensión de poco más 100.000 m2 y 300.000 habitantes, que crecía a un ritmo anual del 2 al 8% desde hacía varios años y donde trabajaban el 98% de la población activa.

Sin embargo en octubre del 2008, en pocas horas, el país quebró. Los tres principales bancos se vinieron abajo. Su deuda combinada pasó a exceder en más de seis veces el PIB nacional. La cotización de su moneda (la corona islandesa ISK ) decreció un 65% con respecto a un euro que a su vez se veía sacudido con fuerza por la embestida de la crisis. Se vió que el sistema económico tan elogiado consistía en crear burbujas. Islandia se declaró en bancarrota. Pero, tras el crack, el gobierno siguió decidido a aplicar las medidas neoliberales que aconsejaba el FMI y que se han venido introduciendo en Europa (reflote de los bancos con dinero público apoyado con reformas del sistema financiero y recortes laborales en beneficio de «los mercados»).

L@s ciudadan@s se negaron.

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Comenzaron las movilizaciones. La gente salió a la calle llegando a sumar hasta 1/3 de la población en alguna de sus manifestaciones. Primero dimitió el gobernador del Banco Central. Después tuvo que marcharse el Primer Ministro. Finalmente, el 26 de enero del 2009, todos los miembros del gobierno tuvieron que abandonar en bloque sus cargos. Se convocaron unas eleciones que ganó, por mayoría absoluta la coalición de izquierdas configurada en ese breve espacio de tiempo, pero, a su vez, se aumentó de forma considerable el poder de la población. Se creó una asamblea constituyente formada por estudiantes, abogados, electricistas, camareros, periodistas…, ciudadan@s comunes, para cambiar la constitución. Se nacionalizaron los bancos y, a través de un referendum, se decidió (con el 90% de la población) que sus arcas públicas no van a devolver la deuda contraida, que serán los antiguos responsables de los bancos los que tendrán que rendir cuentas de lo que hicieron.

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Esta última semana han sido detenidos por distintos paises de Europa 135 antiguos altos cargos de las instituciones financieras que originaron el desastre para llevarlos a juicio en su país.

Tras las medidas adoptadas por l@s ciudadan@s la economía islandesa ha vuelto a crecer. Ningún país ha salido tan rápidamente de la crisis.

La relevancia de lo acontecido en Islandia apenas a trascendido en los medios de comunicación.

Posiblemente este ejemplo no sea 100% extrapolable a todos los lugares, seguramente sea incluso mejorable, pero deja claro que hay otras formas de enfrentarse a la crisis.