La lista de mujeres muertas por violencia machista sumó ayer, de golpe, cuatro más, la más alta conocida en un día. Ese es sólo el número. Detrás están los nombres : Laura murió en Madrid a los 22 años, el lunes, la autopsia confirmará a qué hora ; María Victoria, a las tres de la tarde de ayer en El Puerto de Santa María, tenía 49 años ; Virma, de 45, en Cullera a las cinco y María José, de 55, en Valladolid dos horas después.
A las dos primeras las apuñalaron, las dos segundas murieron a tiros, una en un bar y la otra a la puerta de su antigua casa : el disparo salió de la ventana. Compañeros sentimentales y ex maridos acabaron con ellas, después de amenazas y discusiones. Un clásico que a las alturas de este año suma ya cuatro muertes más que el año pasado por estas fechas, en total, 17 víctimas.
Tres de los agresores han sido detenidos y un cuarto se suicidó después de rematar a su ex mujer. La víctima más joven era una boliviana que vivía en Madrid con su compañero, de igual nacionalidad, Néstor Wilfredo Villamatas, también boliviano y de 29 años. No tenían hijos. Él la apuñaló y se fue a casa de unos amigos a contar lo que había hecho. Uno de ellos lo denunció a la policía. Ayer por la mañana aún quedaba un pequeño resto de sangre junto a la puerta, además de un guante de plástico azul. Hadda Boutalis, una vecina marroquí, explicó que la noche del lunes al martes había sido movida. «Se escuchó bastante ruido. Mucha gente que hablaba. Le dije a mi marido que mirásemos qué pasaba. Pero me dijo que serían unos borrachos».
A las tres de la tarde otro cuchillo acababa con la vida María Victoria M. J. en El Puerto de Santa María (Cádiz). Tenía 49 años y su ex marido la apuñaló en pleno centro de la ciudad, después de una discusión. Un vecino que pasaba por la calle alertó sobre las tres de la tarde de la pelea. La policía no tuvo tiempo ni de llegar. Una ambulancia que se encontraba en la zona se llevó a la mujer al hospital. Inútilmente.
El agresor, J. L. G. R, de 56 años, se quedó en el lugar y fue detenido. El hombre había interpuesto en noviembre una denuncia por sentirse amenazado por su ex pareja.
Dos horas más tarde. En Cullera. Un disparo acabó con la vida de Virma G. S., de 45 años. También fue a la luz del día, en la calle. Su ex marido tenía una orden de alejamiento y la prohibición de manejar armas de fuego, porque había sido condenado por violencia machista.
La mujer estaba en la terraza de un bar cercano a la playa, donde había quedado con unas amigas. Su ex marido, con el que tenía dos hijos, paró el coche, bajó y le disparó con un revólver. La mujer quedó tendida en el suelo. Un médico de familia la atendió en un primer momento, pero el disparo resultó mortal. El hombre, A. V. A. de 58 años, fue detenido poco después, retenido por los clientes del bar, muy concurrido. Ambos son españoles, vecinos de Cullera y censados en la localidad. Los que lo vieron todo aseguran que el hombre actuó fríamente.
Virma lo había denunciado el 2 de enero por amenazas y el día tres se celebró un juicio rápido que le condenó a cuatro meses de prisión y 16 de alejamiento. No podía comunicarse con ella bajo ningún concepto.
Sobre las siete de la tarde. En Valladolid. Dos o tres tiros de escopeta acabaron ayer con la vida de María José M. C., de 55 años, a manos de su ex marido, Francisco L. F., tres años mayor que ella. A escasos 400 metros de la policía estaba la antigua casa de María José, donde había convivido con su marido y sus cuatro hijos. Se separaron hace dos años y ahora ella vivía con su madre en otro barrio. Pero ayer por la tarde se acercó a visitar a una amiga que vivía en un piso de al lado. Su ex marido no esperó a que entrara en el portal. Desde la ventana disparó con una escopeta y luego bajó a la calle para rematarla.
El hombre, pintor de brocha gorda y aficionado a la caza, subió entonces al piso de nuevo, prendió fuego y se suicidó.
Los bomberos, tras sofocar el incendio, encontraron en el suelo el cadáver del parricida. Una amiga de la mujer dijo que en algún momento él la había amenazado de muerte si la encontraba «con otro». El subdelegado del Gobierno en Valladolid, Cecilio Vadillo, confirmó que no existía ni orden de separación ni denuncia alguna por malos tratos.
Casi a la misma hora se produjo en Valladolid otro grave suceso en un bar : un hombre se quemó a lo bonzo cuando su mujer le dijo que tenía intención de separarse. El hombre, posiblemente un ciudadano portugués, fue rápidamente auxiliado por su mujer y un parroquiano, que resultaron heridos. Todos fueron evacuados al hospital clínico. La única información que ha trascendido es la gravedad del marido.
Y también en Madrid, otro suceso colmaba ayer el vaso de la violencia de género. Un hombre no aguantó más los cinco años de acoso a que estaba sometida su hija por parte de un ex novio. José Antonio, un portero de 65 años, apuñaló ayer al joven. Trabaja desde hace más de treinta años copmo portero en una finca y está a punto de jubilarse. Según varios vecinos, el ex novio de su hija fue a buscarlo.
«Ha venido con otros dos chicos. Venían a por él. Ha actuado en defensa propia», coincidían Félix y Mari Paz. Otra vecina, Manoli, opinaba igual, y explicaba que el portero le había comentado en alguna ocasión el acoso que sufría su hija. «Estaba muy preocupado y tenía miedo. Él es un hombre muy afable y tranquilo», aseguraba. Los vecinos sólo se explican el proceder del hombre por el acoso que sufría.
En el domicilio de José Antonio, en el barrio de Santa Ana, se encontraban ayer por la tarde al menos seis de los doce hijos del agresor. No querían hablar. Sólo confirmaron que su hermana hacía tiempo que estaba acosada. «Cinco años», dijo uno de ellos.
La de ayer fue la jornada más sangrienta por violencia machista, desde que las autoridades estudian este problema social. Pero la presidenta del Observatorio sobre la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Montserrat Comas, sostiene que no se puede «hablar de fracaso de la ley de violencia de género». En todo caso, pidió a los partidos que aprovechen la campaña electoral para impulsar la reflexión sobre este problema.
Muertes, cuchillos, disparos
El texto ha sido elaborado con información de Álvaro Corcuera, Francisco José Román, Lydia Garrido y Francisco Cantalapiedra.
Fuente: EL PAIS