Si lo enganchara bien Calderón le haría un sainete con un par de nudos que le iba a doler para los restos. Cuenta en su voluminoso, reciente y documentado Informe Anual nuestro levitante y nacional Defensor del Pueblo de los severos estragos de la repugnante telebasura sobre la desvalida niñez. Sea. Podríamos felicitarnos de poder estar ya rizando el rizo, porque la absorción audiovisual de rayos catódicos no es todavía obligatoria, que yo sepa.
Lo que fulminantemente no le perdonaré nunca, ni mucho menos lo hará mi pobre hijo, ni tampoco escapará a los cientos de menores de edad que como él mismo, en territorio español, han sido hasta la fecha reducidos por la pura fuerza, amordazados, maniatados, despojados violentamente de su ropa y mutilados de por vida en sus genitales, según dicta inequívocamente la tradición mahometana de prescriptiva circuncisión religiosa, es que, una vez más, y continuando con la tónica que le es propia desde su creación, les haya olvidado absolutamente a todos ellos en bloque, por completo.
Defensor, despierta y defiéndete, por lo menos, a ti mismo. De momento, irritado por los humillantes pescozones de la maestra y, evidentemente, abrumado por el musical bombardeo de la publicidad mediática del Cola-Cao, ni te has levantado de la banqueta con la campanada de comienzo del primer asalto. Tu persistente y voluntaria ignorancia al respecto de otros asuntos que más palmaria y profundamente conculcan los Derechos Humanos fundamentales te coloca, ante los ojos limpios y cristalinos de la infancia realmente maltratada, y mientras no rectifiques, en una insostenible y triste evidencia. Tires o no tires la toalla… estás acabado.
Ilustración gráfica de este escrito :
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Par : José Francisco Sánchez Beltrán