Según informa el diario “El Mundo”, Fernando Petidier solicitó en el Corte Inglés de Castellana (Madrid), el centro donde trabajaba como técnico escaparatista, su traslado a Vigo para vivir con su novio. El único requisito que le pusieron fue pasar una entrevista con el jefe de personal de la ciudad gallega. Así lo hizo. Los problemas llegaron cuando éste le preguntó sobre su pareja. “¿Su mujer es de Vigo ?”. Petidier fue sincero : “sí, aunque no es mi mujer, es mi marido”. Cuando salió del despacho, Petidier escuchó al que hubiera sido su jefe comentar “estos maricones de mierda se creen con el mismo derecho que todos”.

Según informa el diario “El Mundo”, Fernando Petidier solicitó en el Corte Inglés de Castellana (Madrid), el centro donde trabajaba como técnico escaparatista, su traslado a Vigo para vivir con su novio. El único requisito que le pusieron fue pasar una entrevista con el jefe de personal de la ciudad gallega. Así lo hizo. Los problemas llegaron cuando éste le preguntó sobre su pareja. “¿Su mujer es de Vigo ?”. Petidier fue sincero : “sí, aunque no es mi mujer, es mi marido”. Cuando salió del despacho, Petidier escuchó al que hubiera sido su jefe comentar “estos maricones de mierda se creen con el mismo derecho que todos”.

Petidier se casó el 28 de octubre de 2006. Tras varios meses, el 18 de julio de 2007, el jefe de personal de Castellana le comunicó por fin la decisión. “Ni a corto, ni a medio ni a largo plazo se va a producir el traslado”, le dijeron. Ahora, la Inspección de Trabajo ha instado al Corte Inglés a conceder de modo automático el traslado al trabajador, dado que se le denegó por su orientación sexual. La decisión de Trabajo también se apoya en el hecho de que desde mayo de 2006 se han trasladado cuatro trabajadores a Vigo, donde además se han hecho seis contratos indefinidos y otros tantos temporales.

Petidier se encuentra de baja por un cuadro ansioso-depresivo, según cuenta él mismo. “Estoy contento por la decisión, pero a mí me han destrozado la vida”. Ahora se plantea demandar a la que ha sido su empresa durante dos décadas por daños y perjuicios. “No quiero grandes cantidades de dinero. El dinero es casi simbólico. Sí quiero que un juez diga que el Corte Inglés me ha causado un daño. Y lo peor es que como yo hay muchas personas”.


Fuente: www.dosmanzanas.com