Pepe Pineda, recientemente fallecido, fue objeto de un homenaje de compañeros y amigos. Todos destacaron su tenacidad y ganas de vivir
Algeciras. Unas setenta personas se reunieron ayer en el aula de educación de adultos ubicada en la asociación de vecinos de La Piñera para tributar un homenaje a Pepe Pineda, al que una larga enfermedad arrancó la vida hace aproximadamente un mes y cuando sólo tenía 48 años.
Pepe Pineda, recientemente fallecido, fue objeto de un homenaje de compañeros y amigos. Todos destacaron su tenacidad y ganas de vivir

Algeciras. Unas setenta personas se reunieron ayer en el aula de educación de adultos ubicada en la asociación de vecinos de La Piñera para tributar un homenaje a Pepe Pineda, al que una larga enfermedad arrancó la vida hace aproximadamente un mes y cuando sólo tenía 48 años.

La disparidad de los asistentes da una idea bastante clara de que Pepe Pineda supo ganarse simpatías en muchos terrenos. Había compañeros de trabajo -de Algeciras y de otras localidades de la comarca- alumnos, afiliados del sindicato CGT, al que pertenecía, gente del deporte, y sobre todo del mundo del balonmano, y, por supuesto, familiares y amigos.

Pepe Pineda se pasó bastantes años de su vida volcado en la docencia y, en concreto, en la enseñanza dirigida a adultos. Su papel en barriadas como La Piñera ha sido importantísimo. Luchó para conseguir que un buen número de analfabetos pudiera sacarse el carné de conducir. Y lo logró, como logró otras muchas cosas en las que puso todo su empeño.

A esa constancia y a ese redoblar esfuerzos en momentos de adversidad aludieron ayer, durante el acto, Catalina Martínez y Josefina Riesco, que como compañeras de trabajo que fueron, supieron de su tenacidad y profesionalidad.

También destacaron de Pepe Pinera que era un hombre enamorado de la vida, lo que le hacía encarar cualquier actividad con espíritu positivo. Eso es aplicable a la educación, por supuesto, pero también para la lucha sindical -así lo recalcó su compañero Rafael Fenoy, quien también intervino en el acto de homenaje- en el deporte y, en especial, en el balonmano, que le entusiasmaba.

Pepe Pineda ha sido, de hecho, uno de esos artífices anónimos que, con su trabajo, ha contribuido de forma notoria a que ahora Algeciras tenga un equipo en la máxima categoría del balonmano nacional.

Fenoy, Catalina Muñoz, Riesco… Hablaron como compañeros, pero fundamentalmente como amigos, porque supieron ver no sólo los méritos profesionales de Pepe Pineda, sino también sus valores como persona, que ayer no dudaron en ensalzar.

No acudió al acto Miguel Alberto Díaz, histórico líder sindical -en Comisiones Obreras, en concreto-, que se disculpó con los organizadores por su ausencia pero que quiso sumarse de alguna manera al homenaje. Díaz comentó días atrás a uno de los organizadores del acto de recuerdo que la coordinadora antidroga Barrio Vivo le tendrá presente en sus actividades, probablemente dando su nombre a las competiciones de balonmano que organizan entre jóvenes de barriadas.

Y allí estuvo también, cómo no, su mujer, la que mejor le conoció y la que más sufre ahora su pérdida. Aunque no se repara con un homenaje así, al menos le puede quedar el convencimiento de que Pepe ha dejado aquí muchos amigos de los de verdad.


Fuente: europasur