El sindicato CGT y los trabajadores del Ciemat presentaron en julio de 2003 ante el Ministerio de Medio Ambiente unas 2.000 alegaciones al Pimic
El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) va a desmantelar el esqueleto del reactor y a retirar 10 metros cúbicos de tierra contaminada que se encuentran en el complejo de la Ciudad Universitaria Complutense (Moncloa), una vez que ha conseguido que sus planes sean aprobados por el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Medio Ambiente. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos será la encargada de proceder al desmontaje, que comenzará en octubre y estará finalizado en dos años.
El sindicato CGT y los trabajadores del Ciemat presentaron en julio de 2003 ante el Ministerio de Medio Ambiente unas 2.000 alegaciones al Pimic

El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) va a desmantelar el esqueleto del reactor y a retirar 10 metros cúbicos de tierra contaminada que se encuentran en el complejo de la Ciudad Universitaria Complutense (Moncloa), una vez que ha conseguido que sus planes sean aprobados por el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Medio Ambiente. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos será la encargada de proceder al desmontaje, que comenzará en octubre y estará finalizado en dos años.

El plan de desmantelamiento cuenta con un presupuesto de 60 millones. «Por fin vamos a limpiar el Ciemat», confirmó ayer Juan Antonio Rubio, su director general desde hace un año.

La historia del Ciemat y su política de investigación nuclear ha sido objeto de fuertes polémicas desde el año 1970. Fue entonces cuando se produjo un accidente, considerado como uno de los más importantes de España, provocado por la rotura de una de las tuberías del reactor. La avería produjo la fuga de 53 litros de líquidos radiactivos, de los que alrededor de 40 salieron al exterior a través del caudal de desagüe que vierte en el alcantarillado y en la red fluvial. Este incidente, sin embargo, no fue conocido hasta el año 1984.

Según los estudios realizados, los líquidos, en su recorrido alcanzaron la estación depuradora de La China y en los ríos Manzanares, Jarama y Tajo. Los otros 13 litros de líquido radiactivo se filtraron en los terrenos del Ciemat que ahora se pretenden descontaminar. Esta zona está protegida de tal manera que no emite radiacciones al exterior.

En este proceso que iniciará el Ciemat el próximo otoño también será desmantelado el esqueleto del reactor, que desde 1984 permanece inactivo, así como sus instalaciones complementarias. Los residuos serán enterrados en el cementerio nuclear de El Cabril (Córdoba).

El Ciemat llegó a albergar 60 instalaciones de investigación nuclear, por lo que a todos los efectos este organismo es tratado como una central nuclear. Con el desmantelamiento de los terrenos y del reactor perderá esta consideración. «Cuando esto suceda, seremos una instalación verde, una instalación limpia», aseguró Rubio.El nombramiento de Rubio al frente del Ciemat, adscrito al Ministerio de Educación y Ciencia, tras llegar el PSOE al Gobierno el año pasado, ha acelerado el desmantelamiento de estas instalaciones nucleares.

Los planes para desmantelar las instalaciones nucleares del Ciemat están recogidos en un proyecto conocido como Plan Integral de Mejora de Instalaciones (PIMIC), que divide este proceso en dos partes : rehabilitación y desmantelamiento. El plan de desmantelamiento -que comenzó a gestarse en el año 2000 y acabará en 2008- tiene un presupuesto de 60 millones, de los que 2,3 millones de euros serán gastados en 2005, según figura en la adjudicación a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), publicada el pasado día 20 en el Boletín Oficial del Estado. La Junta de Andalucía percibirá 30 millones del total en concepto de impuesto por recibir los residuos en el cementerio de El Cabril (Córdoba).

En la fase de rehabilitación se pretende descontaminar los lugares afectados por las anteriores actividades -edificios y terrenos-. Estos trabajos serán supervisados por el Consejo de Seguridad Nuclear, que será informado mensualmente a través de inspecciones y auditorías. Estos trabajos los ejecuta el Ciemat con sus medios propios.

El desmantelamiento supone el desmontaje de dos instalaciones radiactivas y dos nucleares que aún hay en el complejo del Ciemat. Esos espacios serán usados después para otras investigaciones. «Una de las instalaciones radiactivas está en situación de parada segura desde el año 1970. Las otras tres instalaciones -una radiactiva y dos nucleares- se colocaron en situación de parada segura durante la segunda mitad de los años ochenta», explica José Luis Díaz, director de seguridad y del Pimic.

«Este proyecto lo ejecutará Enresa con la supervisión del Ciemat», añade Díaz. Toda la estrategia de desmantelamiento del Ciemat está recogida en un plan director del proyecto Pimic, aprobado por el Consejo de Seguridad Nuclear, único organismo competente en el Estado para todos los asuntos relacionados con la seguridad nuclear y la protección radiológica.

El proyecto de desmantelamiento contempla un estudio de seguridad, donde se estudiarán los espacios a limpiar para preservar la salud de los trabajadores y de los ciudadanos.

Además, el Ciemat confeccionará un plan de vigilancia radiológica ambiental, donde se describirán las precauciones a adoptar para evitar que los trabajadores reciban dosis de radiación indebidas, según los límites establecidos. También se hará un plan de gestión de residuos radiactivos, en el que se describirá la forma y modos de acondicionar los residuos radiactivos generados en el desmantelamiento y su destino final. Una vez concluido el proyecto integral de mejora de las instalaciones, comenzará el plan de restauración del emplazamiento, necesario para demostrar al Consejo de Seguridad Nucelar que el centro ha quedado exento de contaminaciones.

Todos estos documentos referentes al proyecto de desmantelamiento han sido aprobados por el Consejo de Seguridad Nuclear el pasado día 13. Corresponde ahora al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio autorizar la ejecución del proyecto en los términos establecidos. A esta autorización hay que añadir, además, la declaración de impacto ambiental del proyecto, que emitirá el Ministerio de Medio Ambiente y que ya está siendo tramitado. Una vez obtenidas ambas autorizaciones, el Ayuntamiento debe dar la licencia de obras.

Proceso

El proceso de desmantelamiento del Ciemat, que viene siendo anunciado desde hace años, ha sido observado con gran preocupación por los vecinos de la zona. Representantes vecinales de la Dehesa de la Villa, junto con Izquierda Unida, el PSOE, el sindicato CGT y los trabajadores del Ciemat presentaron en julio de 2003 ante el Ministerio de Medio Ambiente unas 2.000 alegaciones al Pimic. Solicitaban «garantías de seguridad y estudios eficaces de previsión».

Las instalaciones del Ciemat son aldeñas a la Ciudad Puerta de Hierro, la Dehesa de la Villa, San Nicolás, La Paloma, la colonia Saconia, Valdezarza y el barrio del Pilar. «La seguridad está garantizada», concluyen los responsables de Ciemat.

Nuevas energías

El Ciemat, adscrito al Ministerio de Educación y Ciencia, es un organismo público de investigación de excelencia en materias de energía y de medio ambiente, así como en múltiples tecnologías de vanguardia y en diversas áreas de investigación básica.

Desde su creación en 1951, realiza proyectos de investigación y desarrollo tecnológico, aunque en Madrid su nombre ha estado ligado a la fuga radiactiva que se produjo en 1970.

El Ciemat está formado por un equipo de 1.200 personas que tienen como misión contribuir al desarrollo sostenible. Trabajan en un complejo formado por 70 edificios.

Con la llegada de Juan Antonio Rubio, doctor en Físicas por la Universaidad Complutense de Madrid y antes director de la unidad de educación y transferencia de tecnología del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) a la dirección general Ciemat, el centro, además de proceder al desmantelamiento de sus instalaciones nucleares, potenciará su apuesta por nuevas energías.

«Estamos trabajando intensamente en programas de biomasa, energía eólica, fotovoltaica, solar y eficiencia energética en la edificación, entre otras cosas», dice Rubio.

Uno de los proyectos por los que más interés muestra el responsable del Ciemat es la utilización del hidrógeno como combustible. «Está claro que por ahí está el futuro. Pero lo importante es conseguir hacer un motor de hidrógeno que funcione. Mientras tanto, la utilización del hidrógeno, como sucede ahora por ejemplo en algunos autobuses de la EMT, es simplemente testimonial», señala Rubio.


Fuente: El Pais.