«Cuando vas de turista, todo esto no se ve» decía Marta a un atento auditorio, que llenaba el salón de actos de la Biblioteca Pública de Dávalos, donde se celebraba una jornada informativa sobre la situación de los territorios palestinos. Acompañaba estas palabras de imágenes tomadas en agosto de 2008 en territorio palestino. A la entrada de Belén, un cartel (ubicado bajo alambradas y entre dos torres militares de vigilancia) reza : «Que la paz sea contigo».
Para entrar en la problemática y peligrosa Franja de Gaza hay que pedir permiso a la Embajada Española. «Cuando les dices que quieres entrar, te preguntan que porqué y te dicen que es bajo tu responsabilidad» explica Mario. Él y Marta viajaron este verano, en el mes de agosto, a territorios palestinos. Acudían junto a otras 8 personas del Centro de Medios de Madrid y otras organizaciones, de la mano de Lidón Soriano, una cooperante que conoce esta zona de Oriente Próximo desde hace 12 años, tiempo que lleva visitando el lugar para ayudar a los refugiados.
No iban como turistas y, por eso, su visión de las cosas es ’ligeramente’ distinta. Si vas como turista, explicaba Marta, no tienes que esperar colas en los puntos de chequeo ni ves zonas deprimidas ni compras en tiendas de regalos palestinas, sino que «viajas con agencias israelitas que te llevan de un sitio a otro sin dejarte ver nada que no esté programado» y añade «además, a los palestinos no se les permite ser guías turísticos».
Las imágenes que mostraron de Hebrón, Belén y la Franja de Gaza eran bastante turbadoras : calles desiertas que reflejaban que aquello era zona de guerra, campos devastados, vallas, muros, casas derruidas, vallas, muros… No, no nos repetimos, es que hay muchas fotografías de muros. «En esta imagen, a la derecha hay un barrio de colonos israelíes, esto que se ve a la izquierda es territorio palestino» describía Marta. Entre ambas, un muro altísimo, «para que no se vean».
La charla concluyó con la proyección de dos vídeos que desde el Centro de Medios han realizado para mostrar esa otra cara de la historia.
Fuente: Laura Rincón (GuadaQué)