En enero de 2016 la patronal de la librería trasladó a dicha trabajadora de su puesto de trabajo en las ventas (en la librería) al puesto de los encargos por correo electrónico. Este traslado se hizo unos días después de haber caducado el plazo de “protección” de los trabajadores con acción sindical de despidos y en general de las arbitrariedades de la patronal. La trabajadora es miembro de la Asociación de Trabajadores en Librerías, y durante muchos años ha sido miembro de su Junta Directiva.
En enero de 2016 la patronal de la librería trasladó a dicha trabajadora de su puesto de trabajo en las ventas (en la librería) al puesto de los encargos por correo electrónico. Este traslado se hizo unos días después de haber caducado el plazo de “protección” de los trabajadores con acción sindical de despidos y en general de las arbitrariedades de la patronal. La trabajadora es miembro de la Asociación de Trabajadores en Librerías, y durante muchos años ha sido miembro de su Junta Directiva.
En este nuevo puesto de trabajo la trabajadora tenía que estar de pie y constantemente agachada por encima de los libros apilados, para ordenarlos y colocarlos en los estantes adecuados según los encargos. Tanto la trabajadora como la Asociación, consideran este traslado modificación sustancial y perjudicial de sus condiciones de trabajo. Este cambio empeoró notablemente su estado de salud, dado que la trabajadora padece hipotensión ortostática e isquialgia.
La trabajadora recurrió a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, ¡sin embargo, los encargados de la Inspección le dijeron que el tema no les competía y que tenía que recurrir a la vía judicial! La Inspección del Trabajo no sólo pasó por alto los comentarios sexistas y racistas del patrón hechos delante de sus representantes durante la reunión entre trabajadora-patrón-Inspección, ¡sino que aceptó el posicionamiento de la patronal de la librería que la Inspección de Trabajo no tiene nada que ver con tales asuntos!
A principios de mayo de 2016 la trabajadora envió a la patronal de la librería una notificación extrajudicial, pidiéndole regresar al puesto de trabajo que ocupaba durante trece años, dentro de un plazo de cuatro días. En caso contrario, según la legislación, y debido a la modificación perjudicial de sus condiciones de trabajo, la trabajadora sería considerada despedida y la patronal tendría que abonarle la indemnización por despido prevista por la ley.
Hasta hoy la patronal de la librería Protoporía se ha negado a pagar la indemnización. Le ha propuesto a la trabajadora dimitir por voluntad propia. En este caso el magnánimo patrón se comprometió a darle a su esclava asalariada unas migajas, “en agradecimiento por sus servicios prestados”. La trabajadora no aceptó la generosa oferta y ha optado por el camino de la reivindicación de sus derechos laborales.
En la concentración de protesta delante de la librería participaron varios miembros de la Asociación Sindical de Trabajadores en Librerías, Papelerías y Editoriales del Ática, así como miembros de otros sindicatos de base y solidarios. La protesta duró una hora y media. Se desplegaron dos pancartas con lemas contra la actitud de la patronal de la librería, y a los transeúntes se les repartió el comunicado de la Asociación (en el cual se ha basado la redacción de esta entrada). La mayoría de las personas que tenían la intención de entrar en la librería, cuando se informó de lo acontecido cambió de opinión, solidarizándose con la trabajadora.