Un litro de leche semidesnatada costaba 0,56 euros a finales de 2001 ; ahora vale 0,97. Una docena de huevos salía por 1,38 euros ; ahora, por 1,87. Un paquete de detergente, 3,91 ; en la actualidad, 5,35. Tres ejemplos de cómo han subido los precios. Tanto que en una comparación realizada por EL PAÍS sobre la base de una compra de diciembre de 2001 la cuenta final se ha encarecido casi un 43%.
El alza de los precios ha sido tal en los últimos meses que la inflación se ha disparado en noviembre al 4,1%, y ha llegado a poner en aprietos al Gobierno. El vicepresidente, Pedro Solbes, ha llegado a hablar de las propinas para salir del paso. Incluso, se ha revitalizado un debate con seis años de antigüedad : el valor del euro.
«Se nota mucho [en referencia a la llegada del euro a la calle], sobre todo en las cosas de pequeño valor. La gente no identifica el valor que tiene el dinero», apunta Juan, de unos 40 años, mientras hace la compra, quien incluso duda de las estadísticas oficiales. Ángeles Muñoz, de 41 años, no es tan escéptica con los datos oficiales, confía en ellos con resignación, pero no olvida : «Antes con 5.000 pesetas se compraba algo, ahora con 30 euros, nada». Para ella, ir cada semana a comprar supone gastar 300 euros.
En diciembre de 2001, EL PAÍS realizó una compra en un hipermercado de Madrid (el Hipercor del Campo de las Naciones), con motivo de la llegada del euro, que publicó el 30 de diciembre de ese año. Seis años después, ha recuperado la lista de productos que la componían y ha vuelto a tomar sus precios para mostrar a los lectores cuánto se ha encarecido aquella compra en el mismo centro.
No se trata de realizar un ejercicio científico ni estadístico, sino mostrar, con un ejemplo concreto, cómo ha podido encarecerse la compra semanal de una familia de cuatro personas. Y el resultado confirma, en buena medida, las palabras de Ángeles y de Juan.
En seis años, esta compra se ha encarecido un 42,8%, de 170 euros a 242. Un salto significativo que ya se apuntaba un año después. Este diario efectuó este mismo ejercicio en diciembre de 2002 y el resultado fue de una subida del 18%. Los alimentos tienen gran responsabilidad en el resultado por la composición de este carrito de la compra.
El incremento es menor, de un 31,6%, si se suman exclusivamente los productos en los que se ha podido realizar una comparación plenamente homologable. Es decir, aquellos productos elaborados en los que se ha podido encontrar la misma marca y cantidad que en 2001.
En ambos casos el resultado supera con amplitud el aumento del índice de precios al consumo (IPC) que en estos seis años ha crecido un 21,8%. Un periodo en el que el salario medio han crecido un 7,95% y se ha situado en 1.608,06 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En todo caso, en lo referente al IPC, hay que tener presente que se elabora de acuerdo a la cesta de la compra, compuesta por 491 productos entre los que los alimentos y bebidas pesan casi un 25%, mucho menos que en la compra de EL PAÍS. En la estadística del INE además ponderan la gasolina, la hostelería, las medicinas o el ocio.
La leche ha sido uno de los productos que más se ha encarecido, sobre todo en el último año, por déficit de oferta en Europa. Ha subido un 71,6% respecto a 2001.
Con ella han compartido estrellato en las tablas estadísticas los huevos, el aceite de girasol y el pan, cuyos precios han crecido un 34%, un 40% y otro 40% respectivamente. El aceite de oliva, la tónica o la cerveza también han experimentado crecimientos significativos en este sexenio, pero menos que la leche.
Por grupos, las carnes y pescados son los que más han subido, si bien en ese resultado ha podido influir el hecho de que en 2001, la compra se efectuó el 7 de diciembre y esta vez entre los días 19 y 20 de diciembre, más cerca de la Navidad, cuando estos productos suelen aumentar más de precio. Han subido un 63,1% respecto a hace seis años ; los de otros productos frescos, como con las frutas y verduras, han crecido un 12,6%.
No sólo hay subidas de precios en estos seis años, también hay alguna bajada. Son más difíciles de encontrar, pero haberlas haylas. Patatas, lechugas, tomate frito o arroz figuran en esta exigua lista. Mención aparte merece el clásico Cola-Cao. En 2001, quienes paseaban por los pasillos de los hipermercados encontraban un bote por 2,13 euros ; seis años después, también.
Fuente: MANUEL V. GÓMEZ (EL PAÍS)