En 1969 y tras un enfrentamiento con la policía en Stonewall Nueva York nació el movimiento gay cuya efemérides se cumple en Junio. Stonewall se encuentra en el Village de la capital de los rascacielos donde vivieron varios escritores y artistas ; No es casualidad que este movimiento que, inicialmente parece romper con un idea de sexualidad patriarcal, tenga en la bohemia su origen. De la misma forma en otras ciudades esta historia y estructura de barrio-ambiente ha sido la misma : Castro, el distrito próximo a Ashbury Park el barrio hippie en San Francisco, Chueca cercano a la movida de Malasaña en Madrid, etc. Ese fue el origen del movimiento gay, así como el movimiento feminista nació en Chicago al salir la mujer de su habitual trabajo doméstico.

En 1969 y tras un enfrentamiento con la policía en Stonewall Nueva York nació el movimiento gay cuya efemérides se cumple en Junio. Stonewall se encuentra en el Village de la capital de los rascacielos donde vivieron varios escritores y artistas ; No es casualidad que este movimiento que, inicialmente parece romper con un idea de sexualidad patriarcal, tenga en la bohemia su origen. De la misma forma en otras ciudades esta historia y estructura de barrio-ambiente ha sido la misma : Castro, el distrito próximo a Ashbury Park el barrio hippie en San Francisco, Chueca cercano a la movida de Malasaña en Madrid, etc. Ese fue el origen del movimiento gay,
así como el movimiento feminista nació en Chicago al salir la mujer de su habitual trabajo doméstico.

Pero si uno se da una vuelta ahora por USA verá como no queda vestigio de la “mujer trabajadora” en Chicago, ni del sindicalismo en el seno de cuya lucha nació, ni tótem ni museo ni recuerdo, sólo blues (término anglosajón para designar lo triste, precisamente opuesto a gay=alegre)). Por la contra esta lucha es presentada hoy ( y en parte es cierto, pero ocultando algo de su Historia) como una lucha casi individual de, por ejemplo, Lucy Stone, Victoria Woodhull y Francis Wright, luchadoras por el movimiento abolicionista de la esclavitud y el voto femenino, continuadoras del “manifiesto de los derechos de las mujeres” de Séneca Falls , a su vez subsidiario de los movimientos literarios de Boston ( siempre la bohemia. . .) La Historia o la forma de presentártela en EEUU, olvida el 8 de marzo, el sindicalismo. . . Sólo queda el Blues. . .

Es conocida la capacidad de Sistema para “integrar” a aquellos movimientos que, como un síntoma, demuestren Su enfermedad interna. Como los síntomas son molestos, se trata de dopar la enfermedad, taparla, no sea que muestren su raíz. Conocido es el pensamiento de Marcuse, analizando precisamente el capitalismo americano en “El Hombre unidimensional”, en el que trata sobre la gran capacidad de integración que tiene este tipo de sociedad hacia todo lo que le resulte discordante ; su integración, es precisamente vía consumo de esos mismos “valores” que oprime, permitiendo precisamente su “frivolidad”, integrándolo pero barriendo su potencial revolucionario.

Pero en lo que al movimiento gay se refiere, este panorama es escandaloso : Decíamos que este movimiento surge de un enfrentamiento con la policía en NY y si hoy se da una vuelta por este gueto se podrá observar a todo el mundo disfrazado de policía
( ¿moda ? ¿frivolidad ? ¿mecanismo de defensa de identificación en el agresor temido, en Freud, el famoso “síndrome de Estocolmo” ?)

Que la “frivolidad” sea consustancial al movimiento gay es una falsa asociación, o al menos, no está en su origen en Stonewall ; La famosa “pluma” es decir, el homosexual que imita las conductas más “frívolas” de la mujer, no es consustancial a la historia humana, es en Las Vegas donde en la años 20-30 el shoman Liberace “inventa” la pluma asociada a una opción sexual, resulta gracioso y llena los casinos. . . Negocio, frivolidad.. . . En la época clásica la conducta homosexual (palabra que no se inventa hasta el siglo XIX) es asociada a la fuerza, a lo masculino, como hoy apuntan los antropólogos que estudian las pocas tribus e indígenas que quedan en el mundo. Esta última característica clásica idealizada se está poniendo de moda últimamente en el mundo gay masculino ; el kouros o atleta de cuerpo perfecto griego, el Cop (poli, madero) en NY. Estos barrios-guetto, a menudo presentados como el colmo de la libertad y de la democracia, se encuentran llenos de saunas, gimnasios, librerías (con escaso contenido político) tiendas de moda gay ( ?), y demás elementos de consumo proveedor de la denominada “identidad gay”.

Pero ¿cuál es esta identidad ? ¿se basa en aspectos naturales ; masculinidad, femeneidad, que necesitan de un mantenimiento del cuerpo, de una estética determinada ? : En un artículo reciente del Libre Pensamiento (Nº 47), Noa Redero, apuntaba que el negocio de las industrias de la belleza es una de las estrategias actuales de represión y control del sistema sexista patriarcal sobre la mujer. Bueno, tranquilas, hasta Beckam se ha apuntado ahora a ese negocio. La frivolidad hace que la aldea global sea un Las Vegas de metrosexuales, homo, lesbos-camioneras que cruzan el Oeste, lo que sea, el caso es consumir y disfrazarse. Maria Zambrano, ya en los años 40 escribía que la frivolidad con la que se vio a la mujer en los años 20, al menos la sacaron del “armario” que era el hogar, pero la primera mujer en obtener el premio Cervantes también dijo que la frivolidad la desnaturalizaba y no era el objetivo de la mujer.

Para cualquier sociólogo la identidades colectivas se construyen, no son, en tanto que producto social naturales, y tiene una función. Vivimos en un mundo en el que la necesidad de una identidad colectiva, ha puesto en auge hasta los nacionalismos más reaccionarios y el movimiento gay tiene en su estructura mucho que ver con el nacionalismo : Creencia en una sexualidad mítica-originaria, identidad colectiva dentro de un gueto fuera del cual no se puede vivir ; sólo la tribu protege, no existe ni el individuo ni la persona que se autoconstruye al margen de la tribu. Lejos estamos de la filósofa malagueña que escribió “Persona y Democracia” y de Marcuse, de aquel “Hombre bidimensional” (=libre) que proponía frente al unidimensional dirigido y consumista. ¿Sólo queda el Blues ?

Sabemos desde foucault, que el discurso sobre la sexualidad se esconde no sólo tras el velo de la religión (el patriarcalismo de la religión judeo-cristiana tan represor de toda sexualidad que no persiga la reproducción) sino que también tras otras estructuras que sustenta la cultura. Desde Marx sabemos que son las condiciones socio-económicas, el “velo”, la tapadera de lo social, (recordemos que la etimología griega de Verdad es des-velo). La verdad de lo social se esconde en Foucault tras muchas otras estructuras que conforman la vida humana, estas estructuras son, además de la citadas, religión, socio-económica, las de la educación (principal sistema de trasmisión de los “valores dominantes”), la justicia, medicina, y todo aquello que sea producto de lo social. Estas estructuras se presentan como autónomas (la “aparición, la luz” en las religiones), pero son heterónomas e interdependientes ; se han ido conformado con lo social e interactuando. Todas ellas son mecanismos que necesita el poder para mantenerse ; para ello necesita del “discurso”, no sólo de la fuerza de represión directa : ejército, policía, sino que de lo que Foucault denomina “Discurso del poder” : Este surge en cada una de la infraestructuras e interactúa con las demás ; Así, por ejemplo, los conceptos “masculino” o “femenino” implican ya de por sí una Historia (nótese la mayúscula), una carga moral (aunque a veces estos conceptos se nos presenten simplemente “al revés”, como lo es en la falsa identidad gay)). El individuo, la persona ahí no cuenta más que como mero sujeto que asume y trasmite esos conceptos-estructúra.

Foucault pensó que a partir del siglo XVI hay una proliferación de “discursos” sobre el sexo : Todo empieza con la histerización del cuerpo de la mujer, ello lleva a una pedagogización del sexo en el niño, que se entrega a una actividad sexual indebida, natural y contranatura, y ello acaba en la psiquiatrización del placer perverso. Todo esto produce, más sexo reprimido y con ello el control del Poder, las estructuras permanecen intactas.

Pero para ello hay que dar alegría (“gay”) al patio, permitiendo toda expresión de“alegría” relativamente controlada por un consumo determinado y una “identidad” que mantiene “unidos” a sus miembros, dentro del gueto-estructúra por supuesto, presentando todo esto, como decíamos, como imagen de apertura y permisividad .

Pero en la persona, que asuma una determinada identidad colectiva, nada cambia
(como decía Maquialevo cambia algo para que nada cambie), ni personal ni políticamente, de hecho, esas “aperturas” del Sistema tienen precisamente esa función : mantenerla.¿Cómo habría que analizar desde esta perspectiva la reciente legalización del matrimonio homosexual y la posibilidad de adopción ? ¿Es el novamás ? ¿Tiene la adopción una función si no reproductiva sí al menos productiva, luego responde al mantenimiento y trasmisión de esas estructuras ?¿Qué es el matrimonio ?.

El movimiento gay es la historia perfecta de la integración, incluso desde él se pide la integración. La religión cumple la función de ser único saco donde llevar las críticas, y a veces ni eso, no se critican otras estrutúras que han creado y trasmitido esa situación de represión, se pide el derecho a la diferencia, al principio eso no se pedía en Stonewall ; se hablaba de igualdad. . . ¿Gay ? ¿Blues ?. ¿Alegría o tristeza ?

El mito griego del Hilo de Ariadna, nos dice que ésta para salir del laberinto, es ayudada por Teseo, quien le da un hilo cuya función es sacarla de ahí.. Sigue el hilo y al final se encuentra con la salida : Otro laberinto. Nada hay a veces fuera del armario que ya no estuviera antes dentro de él. Tod@s vivimos dentro de un armario-laberinto, que nosotros mismos hemos creado y mantenemos, a no ser que un día nos de por abrir los ojos. Y cantar el blues del armario . . . . . .

Patxi Fernández Insausti

Afiliado al S. de Enseñanza de CGT de Málaga


Par : Sindicato de Enseñanza de Málaga



Fuente: Patxi Fernández Insausti | Afiliado al S. de Enseñanza de CGT de Málaga