El cúmulo de irregularidades denunciadas por sindicalistas y vecinos del barrio de Burgos donde fallecieron ocho trabajadores se confirman. La constructora en la que trabajaban, Arranz Acina, no estaba autorizada para guardar en el local los combustibles, pinturas inflamables y maquinaria que causaron la tragedia. Sólo tenía «permiso municipal para utilizar los bajos como vestuario», según fuentes del comité de empresa.
La Administración no inspeccionó los bajos pese a recibir numerosas quejas
La legislación laboral deja muy claro, además, que los locales usados para que los empleados se duchen o cambien «no pueden destinarse a otros fines», según explicó ayer la abogada laboralista burgalesa Laura Mínguez. Si la investigación judicial en curso ratifica finalmente estos extremos, no sólo la empresa puede acabar condenada, sino que el Ayuntamiento de Burgos y la Junta de Castilla y León podrían verse salpicados.
Las víctimas trabajaban en la construcción del carril bici que atravesará toda la ciudad de Burgos y desde hace casi un año utilizaban los bajos de la calle Sauce, 2, como almacén y vestuario. Los vecinos habían protestado por los ruidos y molestias y habían alertado al Ayuntamiento, pese a lo cual éste no efectuó inspección alguna.
El alcalde, Juan Carlos Aparicio, ex ministro de Trabajo del Gobierno del PP, se escudó ayer en que nunca llegó a formularse una denuncia por escrito, pero los vecinos recuerdan que el consistorio es doble responsable porque Arranz Acina estaba ejecutando una obra de titularidad municipal. Tampoco consta que la Junta, titular de las competencias de salud e higiene laboral, llegaran a efectuar ninguna inspección.
Los trabajadores llevaron ayer su protesta por esta situación a las calles de Burgos. Casi ninguno de los 12.000 empleados del sector de la construcción de toda la provincia acudió a su puesto de trabajo. Muchos participaron en una manifestación que durante dos horas llenó de banderas negras las calles burgalesas y que acabó frente a la delegación del Gobierno autonómico.
Con semblante triste y ojos vidriosos, encabezaron la marcha los miembros del comité de empresa de la constructora y compañeros de los fallecidos. «Basta ya de accidentes. ¿Cuántos más debemos morir ?» era el elocuente mensaje que portaban en la pancarta.
El presidente del comité, Rafael Cuesta, reconoció que, pese a lo declarado por los propietarios, no se habían cumplido las normas.
Par : Diario de Cordoba